Pedirán su sobreseimiento

Testimonio de Alicia Di Tullio favorece a Gastón de La Torre

Télam

El sobreseimiento de Gastón de la Torre, procesado por el robo del siglo del Banco Río de Acassuso e hijo de uno de los cuatro acusados que están siendo juzgados por el caso en San Isidro, será reclamada esta semana por su defensa, ante las pruebas a su favor surgida en este debate. El abogado Marcelo Mazzeo, defensor del imputado, informó a Télam que con el testimonio de Alicia Di Tullio (56), que comprometió aún más a su ex esposo Alberto “Beto” de la Torre (56), y las cartas que aportó días atrás en el juicio “se disiparon todas las dudas de que Gastón no es autor del hecho que le imputaron”.

Es que si bien Gastón de la Torre (32) no está en el banquillo de los acusados del debate que lleva adelante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de San Isidro, está imputado para un segundo juicio por el caso junto a su primo y la esposa de éste detenidos en el mismo allanamiento.

El fiscal de la instrucción de la causa, Gastón Garbus, solicitó que se lo enjuicie, debido a que en su casa del barrio porteño de Flores se hallaron dos bolsos con dólares y joyas, considerados parte del botín del robo y armas que se habrían utilizado en éste.

Gastón siempre declaró que esos dos bolsos y un maletín fueron dejados en su casa por su padre con el pretexto de que se había peleado con su mujer (Di Tullio) y que no los podía dejar en la casa en la que convivían, lo que no fue creído por el fiscal.

El jueves, Di Tullio dijo al TOC 1 que Gastón no mentía y que incluso “Beto” De la Torre le había pedido a ella que mintiera y que dijera a los investigadores que esos bolsos eran de su hijo.

Añadió que ella se molestó y le increpó que no podía hacerle eso a su propio hijo. “No te das cuenta de que él es joven y tiene mucho por vivir, en cambio a mí me queda poco”, aseveró que recibió como respuesta.

En la misma jornada del juicio declaró María de los Angeles Sánchez (30), esposa de Gastón, quien aseguró que esos bolsos los había dejado su suegro un mes después del asalto, diciendo que había tenido problemas con su esposa.

Explicó que cuando Gastón había sido detenido como sospechoso del asalto, ella llevó los bolsos a otro departamento, ya que tenía temor, porque consideró que “cada vez que Alberto de la Torre aparecía, siempre había problemas”.

Agregó que, aconsejada por un abogado, entregó los bolsos a la policía y que en ese momento se enteró de que contenían dólares, joyas, armas y hasta una granada.

Afirmó que la aparición de ese explosivo la indignó porque no entendía cómo su suegro había puesto en peligro a sus tres pequeños nietos y a ella que estaba embarazada de siete meses.

El abogado subrayó, además, que “Beto” De la Torre reconoció el jueves en el juicio por primera vez que había dejado un maletín con documentación en la casa de Gastón, a pesar de que siempre había declarado que no había llevado nunca nada a esa casa.

Mazzeo entregará las grabaciones de estos testimonios como nuevas pruebas al juez de Garantías de San Isidro Rafael Sal Lari, para fundamentar el pedido de sobreseimiento de Gastón y sumarlas a las ya incorporadas a la causa.

El letrado explicó que en el momento en el que se cometía el hecho, Gastón estaba en una oficina del gobierno porteño ante un controlador fiscal por una multa que le habían impuesto por una marquesina de su negocio y para el trámite, que es personal, tuvo que presentar su DNI.

Mazzeo recordó que desde que le encontraron el dinero que había dejado su padre, “los investigadores quisieron colocar a Gastón como el quinto hombre del asalto, hasta que detuvieron a Fernando Araujo (41) que ocupó ese lugar dentro del banco”.

“Cuando volvieron a indagarlo fue insólitamente como partícipe necesario en el planeamiento del robo y por presuntamente haber ayudado a resguardar el botín”, añadió el abogado.

El Robo del Siglo ocurrió el 13 de enero de 2006 en la sucursal Acassuso del Banco Río, cuando cinco ladrones, tras tomar decenas de rehenes, huyeron con unos ocho millones de dólares y joyas en gomón por un desagüe a pesar de estar rodeados de 200 policías.