MÁS DE UN AÑO DE NEGOCIACIONES

Obama está cerca de alcanzar la

aprobación de la reforma en salud

Mañana votará la Cámara Baja y la semana que viene lo hará el Senado. Obama dijo que la fortaleza de su gobierno está en juego.

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Télam

Tras 16 meses de enconadas discusiones, el presidente estadounidense, Barack Obama, parece encaminado a lograr en los próximos días el mayor triunfo político de su Presidencia: la aprobación en el Congreso de una histórica reforma del disfuncional sistema de Salud de Estados Unidos.

Una votación prevista para mañana en la Cámara Baja y otra en el Senado la semana próxima prometen ser los dos últimos actos del debate que, según sondeos, más dividió a los estadounidenses desde la guerra en Irak, con todos los legisladores republicanos e incluso muchos demócratas en tenaz oposición al proyecto.

La apuesta no podría ser mayor para Obama, ya que una victoria en una cuestión en la que fracasaron tantos de sus predecesores lo elevará al pedestal de los grandes reformadores del país, y una derrota -como él mismo admitió- podría poner en jaque toda su agenda interna para los tres años que le quedan en la Casa Blanca.

Los riesgos son tanto mayores si se tiene en cuenta que Estados Unidos celebra este año elecciones legislativas en las que el oficialismo se juega su control de ambas Cámaras del Congreso.

Luego de defender su reforma con viajes y presentaciones por todo el país, reuniones con médicos, enfermeras y pacientes y hasta en una “cumbre” con legisladores demócratas y republicanos, Obama dijo hoy en su enésimo discurso sobre el tema en una universidad de Virginia que el proyecto beneficiará a la sociedad estadounidense.

“En este preciso momento estamos en el punto en donde vamos a hacer algo histórico este fin de semana”, dijo Obama a una audiencia entusiasta en la Universidad George Mason, según la agencia Ansa.

El mandatario norteamericano exhortó a los estadounidenses a apoyar la reforma del sistema de salud, afirmando que de ello depende la capacidad de Estados Unidos de preservar su justicia social y enfrentar los retos económicos.

“En este preciso momento estamos en el punto en donde vamos a hacer algo histórico este fin de semana”, aseguró Obama y remarcó: “Si esta votación fracasa, la industria de seguros continuará causando estragos. Ellos seguirán negando cobertura a las personas”.

La reforma, que se implementará en 10 años y costará 940.000 millones de dólares, busca extender el acceso a la atención médica a 30 millones de estadounidenses, la mayoría de bajos recursos, impedir que las prepagas denieguen cobertura por enfermedades previas y recortar el déficit en más de un billón de dólares.

La ley afectará la vida de casi todo estadounidense y reestructurará una sexta parte de la primera economía del mundo.

“Se hará historia y haremos progresos aprobando esta ley”, dijo ayer la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, al presentar la versión final del proyecto que el oficialismo tiene intención de votar el domingo, que introduce modificaciones destinadas a recabar el apoyo de detractores.

Mientras que los demócratas ensalzan la reforma, los republicanos mantienen su monolítico rechazo al proyecto, al que consideran una nacionalización encubierta del sistema de Salud del país.

Aunque Pelosi y otros demócratas destilan confianza sobre el resultado del domingo, la decisión de Obama de postergar hasta junio una gira por Asia pareció una confesión de que el oficialismo aún necesita votos, pese a que la reforma ganó esta semana el apoyo de varios legisladores hasta ahora opuestos.

Cobertura

Desde 2014, la mayoría de los estadounidenses estará obligada, por primera vez, a afiliarse a una prepaga, bajo pena de multas. Millones de familias con bajos o medianos ingresos recibirán ayuda del Estado para costar la cobertura, mientras que las grandes empresas serán multadas si no ofrecen una cobertura de calidad a sus empleados.

/// LA CLAVE