Crisis en la carne

¿La cadena se quebró?

Mientras la cadena de la carne marcha hacia la zozobra, los productores, industriales y feedloteros se achican para pasar el temporal de la mejor manera. Por ahora, la única certeza es la incertidumbre.

 

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Federico Aguer

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“Una palabra te puede cambiar el precio”, le confía a Campolitoral Germán Piccioni, titular del frigorífico Don Raúl, de Vera. Lo dice en referencia al marco de incertidumbre a nivel nacional, que puede cambiar de rumbo drásticamente de un momento a otro.

“Sigue faltando hacienda en el feedlot”, analiza. “El consumo de terneros gordos bajó a la mitad, y para nosotros que vendemos el 40 % de esa categoría, se nota”, continúa. Sin embargo, este frigorífico no ha tomado ninguna medida de ajuste, por ahora. “Y eso que perdimos 1.000 cabezas sobre 4.000”, dice Piccioni. Mientras tanto, en su feedlot mantienen unas 2.000 cabezas, reponiendo todo lo que sacan. “No me sirve aumentar el stock porque no lo puedo vender a lo que vale”, critica. Con respecto al cierre de las exportaciones, cree que todo lo que se cierra en algún momento “te toca porque, los exportadores se meten en el consumo y nos pueden afectar en rentabilidad o en faena”, expresa preocupado. Para Piccioni, hay un tema clave, que es el consumo. Si bien de acá a dos meses puede llegar a salir hacienda gorda del campo, eso no significa que alcance para reponer las casi 400 mil cabezas que faltan en el departamento, pero igualmente la gente ya no la consume más. “En Santa Fe se consume feedlot”, concluye. “Nadie se agranda, todos se achican y eso en algún momento va a faltar, se achicó el consumo, una palabra te cambia el precio, puede haber por un mes o dos, nada más. El productor no tiene expectativas”, finalizó.

Tomarse un recreo

Gustavo Quirelli, Gerente del Frigorífico Recreo, le contó a Campolitoral que ellos destinan el 80 % de la producción al mercado interno y el 20 restante a la exportación. El golpe para ellos es duro. “Desde enero la faena cayó un 30 % con respecto al 2009. Ahora a la caída del consumo la atenuamos con la exportación, pero debimos suspender la faena un día a la semana”, dice. En enero a la medida la tomaron por falta de hacienda y en febrero por la caída del consumo. “Ahora estamos produciendo negocios ya cerrados de exportación esperando los ROE para exportar. Teníamos varios contenedores listos para cargar. Ahora, con esta medida no sabemos cómo responder”, se lamenta Quirelli, quien agrega que el mes pasado estuvo en Rusia gestionando negocios, pero que los mercados mundiales ya no nos creen.

“El problema lo tendrán algunos exportadores que van a perder la cuota asignada. “Estuve allá en febrero y firmamos un contrato de 200 toneladas mensuales, pero nos cobran una diferencia de U$S 200 por tn. por falta de confianza” aclara.

Según Quirelli, el consumo interno está parado por el alza de precios, pero eso no va a retroceder. Sin embargo, los supermercados que trabajaban con un 40 % de margen bruto hoy están con un 20 o 30, porque no trasladaron todo el precio. “Todos estamos asumiendo parte de ese costo”, explica.

En Recreo, trabajan unos 300 empleados, y por ahora no cesantearon a nadie. “Dudo que la hacienda retroceda, el consumo ha caído, pero la oferta -por más que se recomponga- no alcanzará para los 60 Kg. de consumo nacional”. Para el gerente de la planta, el cierre de las exportaciones es impredecible, “como todas las medidas del gobierno en esta materia. Sin ningún sostén y provocadora para el sector. Los exportadores deberán parar y cesantear gente, y que el campo proteste de manera más agresiva no resuelve nada, porque afecta a la vaca conserva y manufactura. Nadie exporta novillito, vaquilla ni ternera”, deja en claro.

En Recreo redujeron la compra orientada a la vaca de exportación. “Desde esta semana, van a estar a la expectativa para ver cómo sigue la situación. De persistir la misma, analizan la posibilidad de parar un día o dos por semana.

El feedlot

“La situación está mal, no se consigue hacienda y se paralizaron las compras”, dice Héctor Riboldi, feedlotero de San Justo. Actualmente están trabajando con el 70 % del stock, pero en la cámara que los aglutina denuncian que no llegan al 50 %, y que además, el mismo sigue decreciendo. “El cierre de las exportaciones no soluciona nada. Vivimos una fiesta y ahora todos tenemos que pagarla”, se lamenta Riboldi. En este establecimiento, cobraron el último subsidio nacional en mayo del año pasado. Y si bien el maíz está barato, no se consigue al precio oficial. El otro grano demandado para alimento (el sorgo) se paga $ 300 puesto en la planta. “El campo está vendiendo sus insumos vitales para subsistir. La reposición está muy cara. Cada mes perdemos un 3 o un 4 % del stock, el que está bajísimo en todos lados. Todo el mundo está acogotado, financieramente ajustados, con pocas perspectivas a futuro”, finaliza.

¿Habrá carne?

Miguel Romano, rematador de la Cooperativa Guillermo Lehmann, expresa enfáticamente sus dudas al respecto. Sin ir más lejos, el último remate de la cooperativa fue una clara muestra de la situación. “En Felicia vendimos 1.000 animales de invernada y 400 terneras raza carne, las que en 90 días ya no estarán más, porque las compraron los feedlot”. expresa.

Para Romano no hay invernadores que estén llenando al campo. “Tenemos una producción de terneros menor a la esperada, la vaca se sirvió como pudo, el ternero está saliendo chico. Como el productor tiene pasto lo larga desparejo y el feedlotero no tiene materia prima, porque de lo que vende repone el 50 %.

Según este experimentado rematador, éste no es un problema de precio, sino de oferta. “Los que se dedican a la exportación no tienen novillos para faenar”, critica. “La situación -para Romano- es más grave de lo que creen. Y lo peor es que nadie hace nada para modificarla. Iriarte dice que en septiembre estaremos peor y con la carne más cara. Tenemos que parar de matar las hembras. Esto se arregla con plata y plata no hay. No hay financiamiento y el cierre de las exportaciones no sirve. La vaca conserva que se exporta no se come en nuestro país”, dice.

Con respecto a la realidad de los rodeos tamberos en la zona, Romano dice que están tratando de subsistir. “Están aguantando, sin demanda. por ahora no se abren tambos nuevos, pero tampoco se cierran. Estamos estancados”. Hay buena cantidad de reservas que compensaron la falta de pasturas, ya que el 100 % de la alfalfa se perdió. “El precio de la leche va a seguir aumentando, las fábricas tienen menos producción, por la caída estacional del 30 %”. Según este especialista, las claves están a la vista, pero los dirigentes no lo quieren ver: se debe achicar el consumo. Por último, en el largo plazo hoy el maíz está barato: “con un kilo de gordo comprás 16 kg. de maíz y eso nunca se dio. El feedlot no precisa subsidios, no necesita pedir limosna, dejen trabajar libremente”, expresó.

Riesgo

Según el sindicato nacional, corren riesgo de desaparecer 10.000 puestos de trabajo, 11.000 productores y 30 frigoríficos. Los productores de Carbap y trabajadores de la carne de SICGBA, se declaran en estado de alerta y movilización. “Nos vemos con la obligación de defender una actividad fundacional y plantear con todos los sectores una marcha a la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, ONCCA y Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación para buscar revertir esta situación”, expresaron en un comunicado.


“Estamos atravesando una situación delicada”, alertó José Viñuela, secretario general adjunto del sindicato de trabajadores de la carne. Es que de los 2.000 trabajadores que se desempeñan en la industria de la carne del centro norte provincial, muchos están preocupados por la incertidumbre que reina en el sector.

Si bien todavía no se han producido despidos, muchas empresas se han acogido al beneficio de la garantía horaria, una salvaguarda adquirida por el gremio en la década del 70, la que permite el cobro del 70 % del sueldo, gracias al convenio colectivo de trabajo. Algunas empresas, incluso, han gestionado la asistencia del REPRO, programa nacional de asistencia para empresas en crisis. Lo cierto es que se está faenando de un 30 a un 50 por ciento menos que en épocas normales, culpa de la escasez de hacienda. Sin embargo, las perspectivas son alentadoras. “Creemos que con la llegada del otoño los ganaderos necesitarán vender la hacienda y la oferta volverá a aumentar”, se ilusiona Viñuela.

Con el fin de la sequía, los productores tienen buena oferta forrajera y de agua en el campo, por lo que están aguantando la hacienda para engordarla lo más posible y sacar el mayor rédito posible. Es lo más lógico”, finaliza el sindicalista.

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“El cierre de las exportaciones no soluciona nada. Vivimos una fiesta y ahora todos tenemos que pagarla”

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