Ganados y carnes

La retención sería más notoria

Consignatarios admiten que, en la medida en que se mantengan los precios y el clima, la retención para recomponer rodeos se afirmará.

Ignacio Iriarte.

Los consignatarios y los compradores de hacienda de los frigoríficos nos dicen hoy que no es que se esté reteniendo. Sencillamente, no hay hacienda o hay mucha menos cantidad que un par de años atrás.

En un seminario organizado la semana pasada, un economista -con fuertes inversiones en ganadería- sostuvo que estos precios de la hacienda y de la carne son insostenibles: nunca precios reales tan altos como los actuales han logrado mantenerse por más de dos o tres meses y nunca se han sostenido precios internos para la carne 15 ó 20 por ciento más altos que los internacionales.

Otros panelistas le dieron varias explicaciones, pero contestó muy convencido que en situaciones como la actual, donde los precios suben más allá de toda expectativa o razonabilidad, no hay que escuchar a nadie, ni hacer caso a ningún razonamiento. En situaciones como la actual debe prevalecer el buen sentido, el sentido común.

“No quiero escuchar razones; el precio de la carne no puede ser igual al de Estados Unidos. Es cuestión de tiempo un ajuste a la baja”, pronosticó el economista.

Otro economista le advirtió que lo que sostiene estos precios es una oferta muy baja, y que todo indicaba que la causa principal de este fenómeno se iba a sostener por varios meses y años. Porque la caída registrada en el stock bovino y en la parición no tenía antecedentes.

Un consignatario, presente también en la reunión, sostuvo que es cada vez mayor el número de campos vacíos que se están ofreciendo, con alquileres claramente a la baja y que con el paso de los meses, una proporción creciente de los animales que hoy todavía van a faena, se destinará a repoblar esos establecimientos, con lo que en el mediano y largo plazo sabemos que no quedarán vacíos.

“Estos excelentes precios son muy recientes; en la medida en que se sostengan en el tiempo y el clima además acompañe, la retención para recomponer rodeos se afirmará y podemos llegar a ver faenas incluso inferiores a las actuales”, proyectó.

Importaciones

En el año 2000, cerca del final de la convertibilidad, la importación de carne vacuna del Uruguay tocó un pico de 9.053 toneladas, para caer luego a lo largo de toda la década, hasta llegar a un mínimo de 796 toneladas el año pasado.

Hacia fines del año pasado, y pese a la repercusión periodística, las importaciones de asados y parrilleros (asado, matambre y vacío) del Uruguay llegó a sólo cinco toneladas en noviembre, destacándose como nota inusual que ese mismo mes se compraron 23 toneladas a Chile.

En diciembre, con las Fiestas encima y con la fuerte suba del precio mayorista de la carne en el mercado argentino, las importaciones de Uruguay subieron a 90 toneladas, volumen que habría caído a sólo 70 toneladas en enero último. Como se observa, las importaciones de carne del Uruguay siguen siendo prácticamente irrelevantes. Y si bien es posible que este año estas adquisiciones se incrementen, los exportadores del vecino país descreen que la Argentina llegue a ser este año un mercado de alguna importancia para las carnes uruguayas.

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Por varios meses. Lo que sostendrá estos precios es una oferta muy baja.

foto: federico aguer

Verdades de perogrullo

En el primer bimestre del año, y según datos del Instituto Nacional de Carnes (Inac), las exportaciones de carne uruguaya a nuestro país retrocedieron, cuando ya eran irrelevantes. Los envíos desde el país limítrofe cayeron 33 por ciento en volumen y 40 por ciento en valor con respecto a principios del 2009. En pocas palabras: aunque parezca de perogrullo, es difícil venderle carne a la Argentina

No hay hacienda. Las opiniones son variadas, pero todos coinciden en la necesidad de modificar esta lamentable situación.

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