Defensores anónimos de los animales

Los perros de la calle que están identificados con cintita roja son “comunitarios”, están identificados y cuidados por los vecinos.

Defensores anónimos de los animales

Todo a pulmón: así es la tarea de estas personas que, desinteresadamente, se hacen cargo de los perros y gatos de la calle. Algunas funcionan como hogares de tránsito; otras cuidan de los llamados “perros comunitarios”. Historias ejemplares para no ser indiferentes al dolor que vemos a diario en nuestra ciudad.

TEXTOS. AGUSTINA MAI. FOTOS. AMANCIO ALEM Y PABLO AGUIRRE.

“Las personas son amigas del éxito”. Con esta frase, María resume una de las tantas enseñanzas que le han dado 20 años de trabajar con perros y gatos de la calle. “Nadie quiere un perro enfermo, viejo o con algún problema. Esos son los perros que encuentro a diario en la calle, que llevo a mi casa, cuido y trato de encontrarles un hogar. Pero no es un trabajo sencillo. Si encuentro un perro de raza, enseguida me lo piden, pero si es un PP (“puro perro”) es más complicado. A esos animalitos que nadie los quiere, me los termino quedando porque no los puedo dejar en la calle”, cuenta esta mujer que ha llegado a tener 12 perros en su casa, además de los que alimenta en distintos puntos de la ciudad.

Así como María, muchas personas recorren las calles santafesinas alimentando y cuidando perros y gatos que otros abandonan o que directamente nacen en la calle.

Por esto, todos los que trabajan con animales abandonados promocionan la castración quirúrgica -tanto de hembras como de machos-. “Es la única manera de evitar que se sigan reproduciendo y, por lo tanto, que se siga repitiendo la historia de abandono. Cada vez que encuentro una perra, lo primero que hago es castrarla. Después la doy en adopción. Si todavía es cachorra, me comprometo a castrarla cuando llegue a los 7 meses, que es la edad recomendable”, asegura otro defensor anónimo de los animales.

EL HOGAR BUENA PATA

Paula y Milagros trabajan como nutricionistas en el Hospital Psiquiátrico. A menudo encontraban cachorros abandonados en las inmediaciones del edificio y muchos perros accidentados sobre la avenida Blas Parera. “Empezamos llevándolos a casa. Los curábamos, alimentábamos, vacunábamos y después los dábamos en adopción. Nuestros amigos y familiares también nos daban una mano”, contaron las jóvenes profesionales.

Llegó un momento en el que era tal la cantidad de animales que tenían que asistir, que ya no los podían tener más en sus hogares. Fue así como -hace cinco años- surgió la idea de ocupar el patio de la veterinaria a la que concurrían a diario. “Siempre llevábamos los perros a la veterinaria Buena Pata. La verdad es que son excelentes personas, que siempre nos dejan pagarles cuando podemos y nos hacen muy buen precio. Un día les pedimos permiso para dejar un perro en el patio y así fue como arrancamos”, recordaron.

El espacio no es demasiado grande, pero por lo menos permite alojar algunos canes hasta que encuentren una familia que los quiera adoptar. En este momento, Paula tiene cuatro perros en su casa, al igual que Milagros, y otros cinco permanecen en el hogar “Buena Pata” (Blas Parera 8450). Desde que empezaron con esta silenciosa y admirable tarea, estas dos jóvenes dieron en adopción más de 100 perros.

“Lo más difícil es cuando uno no puede salvar a un animal porque lo encuentra en muy mal estado o porque se agarra moquillo, que es una enfermedad muy complicada. Por eso es tan importante que las personas vacunen a sus perros. Este año hemos visto muchos casos de moquillo. Si se implementara una vacunación masiva, seguramente no tendríamos que lamentar tantas muertes”, reflexionaron.

HOGARES DE TRÁNSITO

Los hogares de tránsito son casas donde albergan animales -de manera transitoria como lo indica su nombre- hasta que encuentran un hogar definitivo. Todos podemos ser hogares de tránsito; sólo hace falta compromiso y dedicación.

María comenzó con esta tarea hace muchos años. Siempre fue “animalera” y muy sensible ante el sufrimiento de los seres vivos. Sola, sin pertenecer a ninguna institución y sin apoyo estatal, ha adoptado más de 30 perros y gatos, castrado decenas de perras y dado en adopción cerca de 50 perros y algunos gatitos. “El año pasado pude salvar tres cachorros con moquillo y les encontré un hogar. Fueron meses de mucho sacrificio, porque los tenía que llevar al veterinario todos los días, pero se salvaron y hoy están felices con sus nuevos dueños. También di en adopción más de diez perros”, relata.

Ser hogar de tránsito no es una tarea sencilla. Muchas veces los animales llegan en muy mal estado -atropellados, desnutridos, enfermos, paralíticos- y para que se recuperen hace falta dedicación y una correcta atención veterinaria. “Uno pone todo el empeño del mundo en salvarlos. Una vez me dejaron tres cachorritas recién nacidas en la puerta de mi casa. Me pasé 30 días dándoles la mamadera con leche maternizada, levantándome cada 3 horas para darles de mamar. Finalmente, se salvaron todas y las pude dar en adopción”, contó María, con la satisfacción del deber cumplido.

Más allá del trabajo y esfuerzo personal, tampoco es fácil desprenderse una vez que están sanos y fuertes. “Después de varias semanas de cuidados intensivos, uno se encariña con el animal, ya le pone un nombre y crea un lazo, por eso el momento de darlo en adopción es un poco triste. Pero uno sabe que si no lo da en adopción, le está negando la posibilidad a otro animalito de ser recuperado. Es una rueda constante: apensa se va uno, enseguida entra otro, porque perros abandonados es lo que sobra en esta ciudad”, comentó esta mujer que no siempre ha podido dar en adopción a los animales y ya tiene 8 perros propios: “Siempre me quedo con los peores -se ríe-: los más feos, viejos o que tienen enfermedades crónicas. Porque la gente es amiga del éxito. Nadie quiere un perro tuerto, manco, sordo o epiléptico. Bueno, todos esos perros que nadie quiere, son con los que me quedé y a los que amo profundamente, justamente por todas las limitaciones que tienen”.

AMOR POR LOS GALGOS

Sonia es otro de estos ángeles anónimos. Particularmente ella recupera galgos y les busca un hogar. ¿Por qué esta raza? “Porque, desgraciadamente, es una de las más desafortunadas, ya que son criados exclusivamente para ser utilizados como máquinas de cazar o correr. Durante su vida útil son golpeados, quemados, aterrados, drogados, mal alimentados. Cuando ya no sirven son abandonados, algunos atados para morir de hambre y sed, otros cruelmente golpeados y arrojados a basurales donde posiblemente nadie los encuentre. La mayoría de ellos ha tenido una vida muy desgraciada”, explica Sonia.

Esta mujer desmiente la idea de que el galgo necesita fuertes ejercicios y asegura que “es un perro dócil y muy cariñoso, al que le gusta pasar horas echado al lado de su dueño”. En su primer año de intensa labor, Sonia ha rescatado más de 30 perros: 15 fueron dados en adopción 15 y otros tantos esperan ser adoptados.

NO SER INDIFERENTES

En nuestra ciudad existen muchas Marías, Milagros, Paulas y Sonias. Personas que realizan un trabajo silencioso, poco valorado y muchas veces criticado por los intolerantes a los que le molesta un tarrito con agua en la esquina de su cuadra o un platito con comida. Para ello dedican varias horas de sus días y hasta dinero de su propio bolsillo.

Son personas desconocidas, ángeles anónimos que les dan de comer a los animales que deambulan por la ciudad, que juntan cachorros cuando alguien los deja tirados en un zanjón o a la vera de la ruta, que castran a las perras de la calle... en fin, que no son indiferentes al sufrimiento de los de cuatro patas.

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En el hogar Buena Pata, los perros sin hogar tienen un lugar hasta encontrar un nuevo cobijo.

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HISTORIAS CON CINTITA ROJA

Los perros de la calle que están vacunados y atendidos, pero que no tienen un hogar son llamados “públicos” o “comunitarios”. Las personas que se encargan de alimentarlos han acordado colocarles una cinta o collar rojo. Ése es el signo de que ese animal es cuidado por algún vecino, que está controlado y vacunado.

“Las personas que no quieren a los animales pueden ser muy crueles y creen que porque no tienen dueño, les pueden hacer cualquier cosa. Por eso les ponemos una cintita roja en el cuello, para que sepan que los tenemos identificados y están atendidos. Tenemos una red, con gente de la Protectora, de la Asociación de los Derechos del Animal (Addera) y otras personas que no pertenecen a ninguna institución: sabemos por dónde andan, les ponemos nombre, los alimentamos, vacunamos y curamos si se enferman. Pero no todos los perros comunitarios tienen la cintita roja porque a veces se la roban”, contó Cristina, quien diariamente le da de comer a 40 perros en distintos puntos de la ciudad.

Algunos de estos canes ya forman parte del paisaje urbano, como los dos negros de la Plaza Constituyentes o el “Piquetero” o “perro colonista”, un can blanco con orejas marrones. “No se pierde ningún partido de fútbol y siempre está en las manifestaciones porque le encanta la multitud, la alegría y el ruido. Va detrás del trencito del tío Leo y para el día de la virgen de Guadalupe sigue la caravana. Es un perro maravilloso, súper manso”, contaron dos mujeres que se encargan de alimentarlo.

“No nos conformamos con darle la comida, sino que tratamos de encontrarles un hogar para que el perro salga de la calle”, sostuvo Cristina. Sin embargo, no es fácil, ya que no son muchos los que están dispuestos a adoptar a un perro adulto o viejo.

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En Santa Fe hay muchas personas desconocidas, ángeles anónimos que les dan de comer a los animales que deambulan por la ciudad.

INTERNET TAMBIÉN AYUDA

Las nuevas tecnologías también pueden contribuir en esta tarea de ayudar a los animales.

Desde hace un año, Natalia creó el blog www.adoptanos.com.ar. Esta joven cuenta que desde siempre juntó perros y gatos de la calle, los curaba y daba en adopción (funcionaba como un hogar de tránsito) y consideró que internet podía ser un muy buen medio para la difícil tarea de conseguirles un hogar.

“El objetivo principal de la página es ubicar perritos de la calle y lograr reencuentros con animales perdidos y sus familias. Pero a medida que el blog fue creciendo, sus usos se ampliaron. Es una herramienta multiuso para las personas que estamos en ésto. Se armó como una especie de ‘comunidad mascotera’ en donde nos ayudamos de otras maneras”, contó Natalia. En un año de vida, 232.512 personas visitaron www.adoptanos.com.ar. Hasta diciembre del 2009, se lograron 344 adopciones y 115 reencuentros.

David también es amante de la naturaleza y creó el blog www.sosecologico.com.ar, en el que denuncia hechos en contra de los animales, sobre todo los que ocurren en el Parque Garay. “Si veo un animal en peligro, simplemente lo ayudo a sobrevivir. En el caso puntual de las tortugas del Parque Garay que rescaté, lo hice porque no quería que se murieran en ese barro sucio y contaminado. Y sin ayuda de nadie -ya que nadie me la dio después de varios pedidos a organismos oficiales-, me metí y las saqué”, detalló.

Con esta simpleza, David cuenta su tarea. Para él, si todos fuéramos un poco más humanos y “con ánimo de compromiso, podríamos ayudar a la naturaleza. Mi deseo es que la gente respete cada vida: sea tortuga, pato, pájaros, peces, etc. Y que cada uno sea guardián de la naturaleza. Creo que es la única manera de salir de este desastre ecológico que vivimos. Ojalá un día todos tengamos respeto por la naturaleza”, concluyó este otro defensor anónimo.

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Más info

BUENA PATA

Se puede escribir al mail [email protected] o comunicarse telefónicamente: (0342) 156-145376 (Paula), 154-782707 (Milagros) ó 4561855 (se puede dejar mensaje en el contestador). El hogar tiene diversas necesidades: desde chapas, ladrillos y materiales de construcción para armar casitas para proteger a los perros de las lluvias, hasta elementos de limpieza y dinero para pagar operaciones y medicamentos.

BLOG DEL DIARIO

En http://blogs.ellitoral.com/mascotas/ se puede consultar por perritos y gatitos que se dan en adopción. Asimismo, el blog del diario El Litoral publica las fotos de animales perdidos o encontrados. Para comunicarse, mandar un mail (si es con foto, mejor) a [email protected]

EN ADOPCIÓN

Quien quiera adoptar uno de los galgos rescatados por Sonia, puede contactarse al (0342) 4528458 o por mail a [email protected]