Fue la gran figura de la cancha en Santa Fe

El arquero Gabbarini,

garantía de confianza

Darío Pignata

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Cuando estaba por comenzar el partido, la voz del estadio en el Cementerio de los Elefantes improvisó una arenga sabalera: “Aplausos para nuestro Diego Pozo, confirmado por Maradona como el tercer arquero de la Selección Argentina en el Mundial de Sudáfrica”. La respuesta fue automática: una ovación interminable de todos los hinchas de Colón y el reconocimiento a la gran temporada del mendocino bajo los tres caños sabaleros.

Claro que semejante cartel y presentación no tuvo nada de rodaje. Es que a Pozo le patearon una sola vez al arco en toda la tarde. Y, para colmo de males, fue gol. De lejos, pero bien pateado a la carrera por el “Gordo” Núñez —uno de los que mejor le pega en el fútbol argentino—, con la pelota viboreando en el aire y entrando junto al caño. Después de tener que buscarla adentro, el arquero de Colón fue parte del decorado.

Y así como los hinchas sabaleros ovacionaron a Pozo por lo de la frase de Maradona (“Si no pasa nada raro, va al Mundial como tercer arquero”) en el inicio del partido, cuando el 1 a 1 estaba sellado en el Cementerio de los Elefantes, los más de 4.000 hinchas del puntero se fueron cantando el tradicional “Borombombóm...Borombombóm...a Gabbarini... la Selección”.

De no ser porque el “Bichi” siempre tiene un cajón en su casa donde guarda goles, la tarde de Gabbarini en Santa Fe se hubiera llevado un 10 de puntaje en todos los medios. Sacó todo, menos el cabezazo perfecto de Fuertes que le cortó la racha sin goles al arquero de Independiente.

Todos hablaron de Gabbarini después del partido. Lo hizo el “Tolo” Gallego cuando dijo: “¿Gabbarini? Cuando pongo un arquero es para que no me hagan goles. Ya dije que un arquero en mi equipo debe ganarme siete u ocho puntos; si eso pasa, sos campeón”. Y también lo hizo Mohamed, en el vestuario de al lado, cuando ante la pregunta de por qué Colón no ganó, dijo: “¡Preguntale al que está ahí! Tuvo un partido de diez puntos, fue la clave. Otra no encuentro”. El que estaba ahí, rodeado de cámaras y micrófonos, era Gabbarini.

El golero rojo dijo que la más complicada de la tarde fue la doble tapada, primero a Fuertes de lejos y después a Moreno desde cerca, en el primer tiempo. Aunque también reconoció que el misil de Nico Torres en el complemento se le metía, en alusión a una jugada donde se suspendió en el aire, desvió el bombazo, la pelota dio en el horizontal y se fue al córner.

A ese listado, hay que agregarle otra tapada al “20” de Colón con los pies en el capítulo inicial y un mano a mano a Nico Torres a la salida de un córner. Pero, además de atajar bien, contó con la suerte de su lado, como cuando el caño le dijo no a Nieto y como cuando Tuzzio sacó un cabezazo de Fuertes casi desde la línea en una pelota que suavemente iba al gol de cabeza, cambiándole el palo con el parietal.

Encendido en los reflejos, pero muy rápido de piernas, este chico Gabbarini se llevó todos los aplausos y puntajes altos de Santa Fe.

“Se pareció al Pozo de las mejores tardes en Colón, cuando tapaba y sacaba todo en esos partidos que se complicaban”, comentaban los hinchas sabaleros, resignados porque sólo un arquero con tamaña actuación como Gabbarini pudo evitar que Colón volviera al triunfo en el campeonato, como premio indiscutido a un buen partido como en los no tan lejanos buenos viejos tiempos.

El arquero Gabbarini, garantía de confianza

Desequilibrante

Una de las tantas intervenciones donde el arquero de Independiente, Gabbarini, se juega la vida en el piso ante el acecho de Esteban Oscar Fuertes. Se atajó todo el “12” Rojo.

Foto: Pablo Aguirre

Si bien Fuertes le cortó la racha sin goles, el “1” de Independiente sacó todo. Ahora, Colón juega el Viernes Santo contra Huracán en el Ducó.