30 años acompañando el crecimiento de los más chicos
Jardín Domingo F. Sarmiento: un
apoyo persistente, cordial y firme
La referida institución municipal fue fundada en 1980. En los festejos por un nuevo aniversario de su creación, se recordó a quienes impulsaron la concreción de dicho establecimiento.
Ariel Durán-Sergio Ferrer
En 2010, una de las instituciones educativas más representativas de la ciudad está cumpliendo treinta años de ininterrumpida labor junto a la sociedad santotomesina. Se trata del Jardín de Infantes Municipal Domingo Faustino Sarmiento, entidad que tiene sede en La Rioja 2911 y fue fundada el 14 de marzo del año 1980, cuando en Santo Tomé existía sólo un establecimiento de esas características, el Jardín de Infantes Provincial Dr. José Gálvez Nº 25. En virtud de dicho aniversario, se realizó un acto conmemorativo, que incluyó la proyección de un video con imágenes del quehacer cotidiano de la destacada repartición anfitriona y la degustación de la tradicional torta de cumpleaños.
Como cierre de la mencionada conmemoración, se presentó el espectáculo musical infantil “Canticuénticos embrujados”, protagonizado por docentes del Instituto Superior de Música de la Universidad Nacional del Litoral. De este encuentro, celebrado frente a la sede del jardín, participó toda la comunidad educativa del mismo, padres, vecinos, el intendente Fabián Palo Oliver, otras autoridades locales y Mauricio Herzog, secretario general de la Asociación Santo Tomé de Empleados y Obreros Municipales (Asteom). Allí, fundamentalmente, se recordó la función cumplida por la entidad en todos estos años.
Orgullo para la ciudad
“Al repasar la historia del jardín nos sentimos reconfortados como sociedad, al demostrar que se pueden construir grandes proyectos y que los mismos pueden hacerse realidad; su creación vino a responder a una demanda ligada al crecimiento demográfico de la ciudad y fue un gran desafío construir en muy poco tiempo un edificio que era modelo para esa época”, manifestó Palo Oliver en la ocasión, sin dejar de remarcar que “son pocas las ciudades de la provincia con instituciones preprimarias a cargo del Estado municipal”. “El jardín empezó a funcionar con 240 alumnos -divididos en dos turnos-, apenas 8 docentes y personal administrativo; sin embargo, la necesidad de contar con esta entidad era tan grande que al año de su fundación ya debió construirse un nuevo aula, con el esfuerzo no sólo del municipio sino de toda la comunidad, la Asociación Cooperadora y el Club de Madres a la cabeza”, agregó el citado funcionario.
Posteriormente, Palo Oliver quiso reconocer públicamente “a los hacedores de este sueño”, como el entonces intendente César Rey Leyes (mandatario municipal cuando se inauguró el jardín), Gladys Morello (primera directora), Julio Dupuis (primer presidente de la Asociación Cooperadora) y Angélica de Eier (primera titular del Club de Madres), sin olvidarse de todos aquellos que, dentro de la comunidad santotomesina, acompañaron y acompañan este proyecto institucional. “Repasando la historia de esta institución, se advierte que es muy grande la lista de egresados que dieron aquí los primeros pasos en la educación formal; asimismo, también fueron muchos los docentes que brindaron en este edificio no sólo su esfuerzo como trabajadores municipales, sino también su amor humano por los chicos de Santo Tomé”, concluyó el intendente.
Hacia la libertad adulta
Uno los pasajes más emotivos de los festejos correspondió a la lectura de una carta perteneciente a la directora del establecimiento, Alicia Benaglio, quien por motivo de fuerza mayor no pudo estar presente del referido acto. A través de sus sentidas palabras, al conmemorar este nuevo aniversario, Alicia recordó: “Han sido treinta años de juego; de trepar, leer, escribir, dibujar, colorear, fabricar objetos y juguetes, disfrazarse, mirar, pensar, preguntar y responder; pero también son treinta años de existir en esta comunidad; de cuidar a otros y cuidarse; a veces, las cosas que uno considera pequeñas, son grandes, mayores de lo que parecen o de lo que uno sospecha; frecuentemente, con el paso de los años, resultan ser enormes”.
“Así es la responsabilidad que han desempeñado los docentes y no docentes de esta institución a lo largo de todo este tiempo, al cumplir con la tarea de ser adultos que educan; dicha tarea supone estar presentes durante el período de formación, ser un apoyo resistente y cordial, pero firme, paciente y complejo, que ha de ayudar a crecer hacia la libertad adulta”, expresó también Alicia, en cuyo escrito -leído a los presentes por Patricia Módena de Buniva, encargada de la dirección de la entidad en ese momento-, sobresale un párrafo en el que hace hincapié en que “los docentes y no docentes de la institución que tienen la tarea de educar” y “los adultos que acompañan”, son los que verdaderamente pueden introducir los cambios que hacen a historias como éstas; “esos cambios que serán palpables y visibles en el aquí y ahora, como así también aquellos que estamos construyendo y que no llegaremos a ver”.





