Lanús le empató sobre la hora en Santa Fe
Colón usó ese disfraz que
nadie quiere volver a ver
Dejó pasar una excelente oportunidad para quedar adentro de la Copa Sudamericana 2010 a cuatro fechas del final. Otra vez, por momentos, “Fuertes y diez más”.
A Fuertes se lo hacen
En realidad, el Bichi -que tiró un caño espectacular- lo fabricó basándose en su oficio y viveza de tantos años. Cuando quedó de frente al arco, amagó a patear, enganchó y buscó el contacto físico con el defensor. Faraoni marcó penal.
Foto: Pablo Aguirre
Darío Pignata
Esos silbidos mitad, queja mitad bronca, parecían archivados desde que llegó Mohamed. Esa impresión de jugadores parados y cansados como si jugaran torneo y copa cada tres días, también. Esa sensación de miedo a ganar, estando 1 a 0 y con miles de sabaleros que no pararon nunca de animar (dicho sea de paso: ¡cómo alentó la gente anoche de principio a fin!). Esa actitud de meterse atrás, de dejarse acorralar, de anunciar a los cuatro vientos que estaba todo dado para que le empatasen y, finalmente, le empataron. La verdad, no pareció Colón. Y también, desde la crítica constructiva, hay que decir que no pareció el Turco Mohamed el que hizo el cambio cuando sacó a Bertoglio. No porque no pueda salir Bertoglio -mucho más con lo que explicó el técnico del tema físico de la joyita-, pero sí por sacar un enganche para poner un zaguero. Y eso que, a la hora del repaso individual, el ex marcador central de la CAI sacó todo, de arriba y de abajo también.
En todo caso, si el Turco sabía que Bertoglio estaba golpeado y podía pedir el cambio en cualquier momento, debió colocar en el banco un recambio técnico con manejo. Porque, así como tantas veces mandó al equipo al frente con tres puntas y un enganche, anoche dio toda la impresión de que el cambio de Pablo De Miranda por Facundo Bertoglio confundió a Colón e indirectamente lo fue metiendo atrás. En realidad, fue la consecuencia previsible del ping-pong del complemento: avanzaba Lanús y contragolpeaba Colón. Entonces, en el río revuelto del palo y palo, hubo ganancia de pescadores y Lanús se lo llevó puesto en el anzuelo del reel al sabalero para clavar el agónico 1 a 1 cuando faltaba nada en Santa Fe.
Flojito de papeles
Colón arrancó este 2010 después de haber peleado el protagonismo en los dos últimos torneos cortos en AFA y arrancando la clasificación para la actual Copa Libertadores de América, sueño de fútbol que se quedó del otro lado de la Cordillera. Conformó un plantel numeroso y mixto, entre la base, los refuerzos y los chicos de abajo que piden pista.
Todavía está en carrera para poder cerrar su mejor temporada en Primera División y con chances de ingresar a la Copa Sudamericana. Quedan 12 puntos calientes, donde enfrentará a otro rival directo del certamen continental (Newell’s en Rosario), un equipo que pelea el descenso (Atlético Tucumán acá) y dos equipos que pelean el título (Godoy Cruz allá y Estudiantes de La Plata acá).
Más allá de la tiranía numérica, a la hora del juego en sí, este Colón no presentó credenciales como en los otros dos torneos con Mohamed. Está flojito de papeles. Fue demasiado vulnerable en defensa y Fuertes-dependiente en ofensiva, con un Bertoglio que da la sensación de ser un ventilador de pie en medio del Sahara: así, en soledad, no puede hacer nada. Porque puede pasar a uno, a dos, a tres en velocidad. Pero no es Maradona ni tampoco Messi.
Encima, como plus, la seguidilla de bajas que le impidieron darle continuidad a una idea, además de la grosera superpoblación de volantes que quedaron conformando un plantel largo para disputar una sola competencia: Caire, Moreno, Capurro, Rivarola, Pellerano, Ricky Gómez, Alfredo Ramírez, Coudet. Allí, sin dudas, estuvo el déficit del equipo, porque Colón careció de identidad en la zona de medios, donde se empiezan a “preparar” los partidos que se terminan cocinando en las áreas. Generalmente, estos nombres discutieron por cuatro lugares, con Bertoglio de enganche.
Un Porsche en la arena
Colón tiene hoy en Facundo Bertoglio a la mejor aparición técnica de sus divisiones inferiores en los últimos tiempos. Con apenas un puñado de partidos y sólo un par de pretemporadas, si algo hizo y hace Mohamed es llevarlo al chico responsablemente con los pies sobre la tierra. Desde ese punto de vista, si el Turco lo vio cansado o golpeado, su decisión es inobjetable. Lo que no comparto es quitar un enganche para poner un zaguero, por más cambios posicionales que expliquen el movimiento.
El próximo proyecto deportivo de Colón dependerá mucho de su clasificación o no a la próxima Sudamericana. Porque, como pasó en el arranque de 2010, una cosa es armar un equipo para dos torneos y otra -distinta- es afrontar una sola competencia.
Si Colón juega torneo y Copa, el limpia-fondo se usará de vez en cuando. Y si, lamentablemente, queda abajo de los primeros seis lugares de la tabla acumulada, seguramente serán varios los que deberán cambiar de aire.
Mohamed dice que tiene el diagnóstico del paciente y que los dirigentes ya saben qué medicina aplicar.
Colón tiene, entre Pozo, Garcé y Candia, más Nico Torres cuando juega en su puesto, la base defensiva. Y, mientras el Bichi siga sano, enchufado y el apellido Fuertes aparezca al lado del gol cada tres partidos, tiene referencia arriba.
El equipo que se venga post Mundial debe girar en torno a Facundo Bertoglio, porque hoy Colón tiene un Porsche pero vive en un pueblo con calles de arena. Lo usa para pasear y dar la vuelta a la plaza los domingos a la tarde. Entonces, los 414 kilómetros que puede “levantar” no le sirven para nada.
Hay que comprarle socios a Bertoglio, por lo menos uno con el que pueda hablar el mismo idioma y al mismo ritmo. Hay que invertir fuerte para ganar: ¿habría sido lo mismo el colombiano James Rodríguez sin Ervitti en el Banfield campeón? Salvando las distancias, apunto a eso: un socio de jerarquía para un chico que tiene en sus botines dinamita pura para explotar en Colón. Y el que mejor sabe qué le puede dar Bertoglio a Colón es Mohamed, que lo fue llevando de a poco y de manera correcta.