El público vibró con el artista

La leyenda de Carreras se

reactualizó en el Luna Park

El famoso tenor español exhibió los dones que lo ubican como una de las leyendas de la historia de la ópera.

De la redacción de El Litoral

El tenor español José Carreras ratificó en el estadio Luna Park su talento interpretativo y su fuerte ligazón con el público argentino al que, hacia el final del concierto, le regaló un set tanguero en que abordó clásicos del género como “El día que me quieras”, “Lejana tierra mía” y “Solamente una vez”.

“Pienso que es un programa lindo e interesante que incluye todos los estilos de la música clásica desde la ópera hasta la zarzuela y grandes piezas sinfónicas como “Farandole suite’”, había dicho Carreras cuando anunció su actuación porteña.

Lo cierto fue que el público vibró con Carreras como con una popular figura del rock. En el estadio se vieron cabelleras blancas junto a jóvenes de vestimentas jugadas, todos arrobados por la música y el artista, en reconocimiento de lo que estaban presenciando.

El nacido en Barcelona en el 5 de diciembre de 1946 compartió la velada de carácter lírico con la soprano Rebeca Olvera y una orquesta comandada por su paisano, el maestro David Giménez, para un variado y certero repertorio que reunió desde tramos de ópera hasta canciones y desde zarzuelas a grandes piezas sinfónicas.

Clima respetuoso

Desde las 21.30 el espectáculo se puso en marcha con el instrumental “L’arlesienne” de la “Suite farandole”, de Georges Bizet, pero el estallido se produjo cuando irrumpió Carreras para entonar “L’ultima canzone”, de Francesco Tosti, y “Pecché”, de Francesco Pennino.

El respetuoso clima de concierto pese al ámbito poco apropiado del Luna, alcanzó también a la mexicana Olvera quien en esa primera parte se lució en “Romeo e Juliette-Je veux vivre”, de Charles Gounod, y en “Les filles de Cádiz”, de Léo Delibes.

Carreras se hizo famoso por sus interpretaciones en obras de Verdi y de Puccini, pero su gran popularidad entre el público no operístico nació cuando integró Los Tres Tenores, junto a Plácido Domingo y al recordado Luciano Pavarotti.

El trío, sin embargo, fue criticado en su momento por los puristas, que consideraban que sus actuaciones fuera del ámbito natural de los teatros era más una demagogia que apuntaba al resultado económico más que de divulgación cultural.

Para el segundo tramo de la impecable puesta y con los espectadores entregados a la propuesta y decididos a exhibir devoción hacia los artistas, Carreras se lució en “O Marenariello”, de Salvatore Gambardella, “La del soto del parral”, de Reveriano Soutullo, y “Passione”, de Nicola Valente.

Otro momento saliente de la velada lo constituyó el encuentro entre ambos vocalistas para el “Dúo y Jota”, de “La africana”, de Manuel F. Caballero. La coloratura de ambas voces mostró majestuosidad en las actuaciones y un vínculo sonoro impecable.

El final a todo tango fue un obsequio cariñoso que terminó por sellar el fructífero vínculo entre el tenor y sus seguidores argentinos, a quienes Carreras había definido a Télam como “una audiencia que es muy educada musicalmente y muy cálida”.

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Un variado y certero repertorio reunió tramos de ópera hasta canciones, zarzuelas y grandes piezas sinfónicas.

Foto: Télam