El 11 de mayo

Primer juicio oral y público en Santa Fe

Será por un caso de “abuso sexual seguido de muerte” del que fuera víctima la pequeña Agustina Facio. El Tribunal lo conforman los jueces de Sentencia Cristian Fiz, Dardo Rosciani y Norberto Nisnevich.

Primer juicio oral y público en Santa Fe

El 8 de julio de 2009, Agustina Facio fue hallada muerta en su casa del barrio Nuevo Horizonte, en el límite con la ciudad de Recreo.

Foto: Archivo El Litoral

 

Juliano Salierno

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Diez meses después de violar y asesinar a la hija de su pareja, el “Gordo” Javier Cristian Díaz irá a juicio oral y público. Será el primero en Santa Fe desde que entró en vigencia el nuevo Código Procesal Penal en la provincia y comenzará el martes 11 de mayo. El Tribunal pluripersonal designado por la Cámara de Apelación Penal está constituido por los jueces de Sentencia: Cristian Pablo Fiz -presidente-, Dardo Rosciani y Norberto Nisnevich.

El juicio, que comenzará el martes próximo, será en la Sala de Audiencias de la Cámara, ubicada en el primer piso del Palacio de Tribunales, de calle San Jerónimo al 1500. Allí se expondrán los cargos en contra de Díaz, por el crimen de Agustina Facio, de 12 años, víctima de abuso sexual y vejaciones, y finalmente asfixiada por estrangulamiento. El horario de inicio de la audiencia será a las 9.

Entre los presentes estarán el imputado Díaz, junto a su abogada particular, Emma Piñeiro; la fiscal Graciela Parma; y Carina, la madre de Agustina Facio, la víctima, quien a su vez estará representada por los abogados Eduardo Jauchen y Mario M. Barletta, por la parte querellante.

La querella

A propósito de la proximidad del juicio, Eduardo Jauchen habló con El Litoral acerca de lo que ocurrirá la semana que viene en la audiencia oral a realizarse en Santa Fe, primera circunscripción judicial.

—¿De qué se trata el juicio?

—De un aberrante hecho en el cual el acusado Javier Cristian Díaz, pareja de nuestra defendida, violó a su hija de 12 años por vía vaginal y anal, luego la ahorcó con sus manos y finalmente la asfixió con una almohada, provocándole la muerte. La fiscal lo acusa por el delito de abuso sexual agravado seguido de muerte. Nosotros como querellantes lo acusamos de homicidio calificado y vamos a solicitar se le imponga la pena de reclusión perpetua.

—¿Cuál será su rol como abogado de la querella?

—En el nuevo Código Procesal Penal de la provincia hemos introducido la figura del querellante, que es la víctima del delito o sus herederos, y que a diferencia de lo que acontecía con la legislación anterior, ahora es parte en el proceso, con facultades de promover y proseguir la acción penal con autonomía e independencia respecto del fiscal, y tiene amplias facultades, las mismas que el fiscal.

—¿Ha participado con anterioridad de procesos orales?

—Si bien en la legislación de nuestra provincia no existía el juicio oral, tengo una larga experiencia en este tipo de juicios, pues he actuado en muchos casos de jurisdicciones donde sí estaba vigente como en la Justicia Federal en Santa Fe, Rosario, en la Provincia de Buenos Aires y en la Capital Federal. Fui el tercer abogado en la provincia que aproximadamente en el año 1980 solicitó por opción el juicio oral en un caso de homicidio.

Mayor celeridad

—¿Qué espera de este juicio?

—En el nuevo sistema regulado como procedimiento penal para la provincia de Santa Fe, no sólo se establece la oralidad del juicio sino que su estructura es además la más moderna del país. Las partes llevan adelante el juicio, manteniendo el Tribunal atribuciones de dirección, control y decisión de las cuestiones incidentales que se puedan suscitar, pero no pueden realizar ninguna actividad de oficio, como incorporar pruebas de oficio ni interrogar a los testigos o peritos, función que asumen plenamente las partes. De este modo se ha procurado, al estilo anglosajón, asegurar al máximo la garantía constitucional de imparcialidad del Tribunal.

Abierto el juicio se realiza el alegato de apertura, en el cual cada parte expone su esquema de acusación y defensa. Luego se le toma declaración al acusado y con posterioridad comenzará el interrogatorio de los testigos y peritos que en este caso son bastante. Finalizadas las pruebas cada parte expone su alegato final e inmediatamente el Tribunal pasa a deliberar en sesión secreta, con el fin de dictar la sentencia.

—¿Qué duración tendrá?

—Hay varios testigos y peritos que deben declarar; no obstante se comprobará que a pesar de ello el juicio no habrá de durar más de dos o tres días como máximo, lo cual demostrará su celeridad y eficacia, ya que el mismo juicio con el procedimiento escrito anterior hubiese demorado como mínimo dos años, como ocurría con todos.


“El Gordo me la mató”

El 8 de julio de 2009 la policía de la ciudad de Esperanza detuvo en la Ruta Provincial Nº 6 al “Gordo” Javier Cristian Díaz, de 31 años, que escapaba con rumbo incierto. Esa mañana había violado y asesinado a la hija de su pareja, en la casa que ambos compartían en el barrio Nuevo Horizonte, en el límite con la ciudad de Recreo y al oeste de avenida Blas Parera al 10200.

Fue una de las últimas actuaciones en casos resonantes del juez de Instrucción José Manuel García Porta -actualmente jubilado-, quien procesó a Díaz por el delito de “abuso sexual doblemente agravado, por ser el guardador de la víctima y por el resultado de muerte”.

Según se pudo establecer en esa instancia judicial, habría existido una pelea de pareja, y la mujer le pidió a su compañero que se fuera de la casa de calle Sarsoti al 6500. Durante la indagatoria, el acusado confesó la autoría del crimen atroz y dijo cosas como: “Me sentí cornudo” o “me salió el monstruo de adentro”; aunque aclaró que “nunca la había abusado antes”.

Díaz y Carina llevaban una década viviendo juntos y tienen un hijo en común de unos 4 años. Él trabajaba con su padre en un horno de ladrillo, y no tenía antecedentes penales; mientras que ella cumplía tareas domésticas en una casa de familia.

Aquella trágica mañana, su compañero le mandó un mensaje de texto que le produjo escalofríos: “No me busques”; “Agustina se fue”. Cuando llegó, su casa estaba llena de policías y al ver el cuadro dijo con certeza: ““El Gordo’ me la mató”.