En un demencial episodio de violencia callejera

Mataron a un panadero ambulante

Ocurrió esta mañana en barrio San Lorenzo. La víctima tenía 39 años. Recibió un tiro en la zona intercostal. No hay detenidos.

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En busca de los autores del hecho, la policía realizó batidas en la jurisdicción pero con resultado negativo.

Foto:Danilo Chiapello

 

Danilo Chiapello

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Se llamaba Carlos Díaz. Tenía 39 años.

Hoy, como todos los días, salió a buscar la moneda... Pero jamás regresó.

La calle, ese incierto universo que tantas veces le reportó el sustento para él y los suyos, le tendió una trampa fatal.

Eran cerca de las 6 cuando Carlos se dispuso a iniciar una nueva jornada de trabajo. Montó su bicicleta y salió en busca de la mercadería. Mientras, su compañera y sus hijos seguían entregados al descanso en el interior de la humilde casita que compartían en calle General López al 4500.

Poco después Carlos ya estaba en plena actividad, haciéndole frente a las adversas condiciones climáticas. Llevaba puesto un pantalón de jeans y apenas si se había abrigado con un buzo en tono clarito.

Pero en momentos en que circulaba por Juan Díaz de Solís y Entre Ríos pasó lo peor.

En dicho lugar el panadero fue encontrado muerto. Su cuerpo quedó tendido sobre la bicicleta y los panes y facturas desparramados por la calle.

Fueron los vecinos del lugar quienes advirtieron la situación y comenzaron a llamar a los servicios de emergencias y a la Policía.

A los pocos minutos una ambulancia del Dipaes arribó al lugar y constató que el nombrado estaba ya sin vida. Igual trámite cumplimentaron los agentes del Comando Radioeléctrico.

Unos y otros hicieron una primera observación del cuadro y creyeron estar ante un caso de muerte natural. Ocurre que a simple vista el cuerpo de la víctima no presentaba heridas visibles.

Cambio de planes

Lo verdad iba a conocerse recién un rato después en dependencias de la subcomisaría 10ma. cuando el médico policial revisó el cadáver. Fue entonces cuando el profesional advirtió que el cuerpo presentaba un impacto de arma de fuego a la altura de las costillas.

Precisó que el orificio de entrada es sumamente pequeño, por lo que se deduce que se corresponde a un arma de calibre chico, posiblemente un 22 corto.

Así las cosas de inmediato se puso al tanto del asunto a los hombres de la sección Homicidios de la Unidad Regional I.

Los pesquisas trabajan ahora en la presunción de que el infortunado fue víctima de un asalto callejero o quizás haya sido alcanzado por una bala perdida.

No obstante la segunda de las hipótesis se presenta como la más débil al decir de los propios involucrados en la investigación.

En este sentido se supo que ya obran en poder de la policía algunos testimonios que dan cuenta sobre disparos y corridas en la zona a la hora de ocurrido el hecho.

Sin consuelo

Graciela Duarte es la compañera de Carlos. Tanto ella como sus hijos no encontraban consuelo tras ser informados sobre el penoso suceso.

“Carlos era un hombre muy bueno -alcanzó a decir entre sollozos- “Lo mucho o poco que tenemos lo pudimos hacer en base a un gran esfuerzo. Él antes trabajaba como albañil y desde hace algunos años ya se había dedicado a la venta de pan”

“No sé quién pudo haber hecho esto” -agregó-. “Carlos era un hombre sumamente bueno que no tenía problemas con nadie. Si hasta regalaba alguna factura a algún chico cuando le pedían. No sé qué le querían sacar si ni siquiera llevaba dinero.

La muerte de Carlos enluta también a la familia policial por cuanto el nombrado posee un hermano que revista en la Patrulla de Caminos.