Robo al Banco Río

Pérdidas económicas

y sentimentales

(Télam).-

El tribunal que condenó a los ladrones que robaron el Banco Río de Acassuso agravó sus penas por las pérdidas sentimentales y económicas que sufrieron los dueños de las cajas de seguridad saqueadas y porque algunos debieron realizar terapia, fueron usados como escudos humanos y amenazados con armas.

En la sentencia a la que accedió Télam, los jueces Alberto Ortolani, Gonzalo Aquino y María Elena Márquez también tuvieron en cuenta la “capacidad logística y económica” de la banda, el plan “anticipado y minucioso” que idearon para robar la entidad y su “desprecio por la vida”.

“Cada uno de los titulares de las cajas de seguridad nos hizo partícipes de sus pérdidas, en algunos casos sueños rotos, en otros esperanzas perdidas de un retiro laboral decoroso y también, más allá de la pérdida económica, de sentimientos de desolación ante la desaparición de joyas de familia de cuarta generación con la carga emotiva que conlleva la certeza de saber que son únicas e insustituibles”, afirmaron los jueces.

Señalaron que los testigos relataron diferentes situaciones como que las sumas que les sustrajeron eran por la venta de un departamento o que les pertenecían a sus hijos, y una mujer rompió en llanto al recordar con tristeza que no volvería a ver joyas que tenían para ella un profundo valor sentimental.

Explicaron que a más de cuatro años del hecho, “algunos rehenes no se encuentran totalmente recuperados de lo padecido”, motivo por el cual algunos se quebraron en las audiencias y otros debieron realizar terapia por haber estado cautivos.

Los jueces dijeron que incluso una testigo relacionó de manera directa la muerte de su padre como consecuencia del disgusto ocasionado por el saqueo a la caja donde guardaba sus bienes.

Otro agravante fue la modalidad de los delincuentes en cuanto a utilizar como escudo humano a los rehenes ante la posibilidad de un eventual disparo de la policía, “en una clara actitud de desprecio por la vida”.

“Los (23) rehenes expusieron haber sentido temor por su vida, que fueron amenazados con armas de fuego -con referencias por parte de los delincuentes a que podría ser un nuevo “caso Ramallo’-, que los obligaron a tirarse al suelo y que en algunos casos tuvieron que orinar en un macetero a la vista de los presentes”, remarcó el fallo.

Respecto a que liberaron a tres personas, los jueces sostuvieron que fue “atendiendo a sus planes y en función de su conveniencia, toda vez que con el personal policial y los dos rehenes que se encontraban en estado de franca alteración afuera de la entidad bancaria, alejaban la posibilidad de dificultades en su plan delictivo”.

Agregaron que “los llamados telefónicos (de los rehenes a sus familiares) les permitieron crear la situación de conmoción requerida y por ende el tiempo de negociación necesario para sus fines”.