Huertas Urbanas: la experiencia en primera persona

“Lo único que compramos es pan

y carne, nos surtimos todo de acá”

Es un programa conjunto del Inta y la Municipalidad. Apunta a que sus adherentes puedan producir verduras para consumo y avanzar hacia la comercialización. Para Evelina Moreyra, quien hoy ofrece sus productos en la Feria de las 4 Vías, “nos dio la oportunidad de poder salir adelante”.

“Lo único que compramos es pan  y carne, nos surtimos todo de acá”

Evelina está en general “muy conforme” con la quinta que tiene en su casa. Produce lechuga, zanahoria, zapallitos, rabanitos, entre otros.

Foto: Amancio Alem

 

Juan Ignacio Novak

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Evelina Moreyra muestra con orgullo el producto de la pequeña quinta que tiene en el fondo de su casa, en el norte de la ciudad. “Mirá lo que es esta chaucha”, comenta, mientras se queja del paso funesto de los gorriones: “Los importados esos nos comen todo, son una desgracia esos bichos”, se enoja. Pero vuelve a dirigir su mirada a las rozagantes verduras y hortalizas, fruto de su trabajo y del de su marido, y no puede contener una nota de satisfacción en su voz cuando afirma que “todo es orgánico” y asegura que “no hay químicos”.

Evelina es una de las tantas personas que se plegaron al Programa de Huertas Urbanas que impulsa el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) en sintonía con la Municipalidad de Santa Fe. Se trata de una iniciativa que se basa en la entrega gratuita de semillas de productos hortícolas para que las familias que adhieran puedan generar una alternativa de autoasistencia alimentaria.

Evelina tiene su parcela en acción desde hace casi tres años y la puso en marcha con su marido, mano a mano. Al recordar el origen de la pequeña unidad productiva, explicó que, desde una mutual a la que está asociada, en su momento la entusiasmaron para integrarse a la iniciativa diagramada en el marco del programa Pro Huerta del Inta.

En la actualidad, los frutos de su huerta son variados: lechuga, rabanitos, zanahorias, calabazas (“de esas que a las que llaman coreanitos”, explica) y zapallitos, entre otros. Que le sirven para incorporar a su alimentación cotidiana. “Llega un momento en que lo único que compramos es carne y pan, nos surtimos todo de acá”, aseguró.

Pero el desarrollo de su emprendimiento no sólo le sirvió para consumo propio: desde hace un par de meses, con el apoyo del gobierno local, ofrece también buena parte de sus productos en la Feria Franca de las 4 Vías. “Hay socios que se dedican a hacer dulces, escabeches, todo artesanal. Yo vendo la verdura y nos está yendo muy bien. Lo que más se vende es lo verde”, contó, entusiasmada. Al hacer un balance de su iniciativa en particular, Evelina se mostró “muy conforme”. Entretanto, exhibe el trabajo de su marido, que está preparando un cerco para evitar que los pájaros coman las semillas; plantea que la huerta “nos dio la oportunidad de poder salir adelante. Nosotros somos los dos jubilados. Mi marido tiene muchos gastos en medicamentos y la jubilación no alcanza para nada”, remarcó.

Pese a que ya pasó largamente los 60 años -“en agosto cumplo 66”, cuenta sin rodeos-, a Evelina se la percibe como una persona emprendedora, abierta a las enseñanzas de los profesionales del Inta que se acercaron. Y espera que su optimismo pueda tener réplica en otros vecinos. “Ojalá muchos huerteros tomen interés en esto y se sumen a este programa. Esto es una cosa que no se ve, pero, si tenés perseverancia, al sexto mes ves el resultado, totalmente positivo”, aseguró.

“La experiencia es enriquecedora”

La propuesta titulada Huertas Urbanas comenzó a implementarse en la Municipalidad de Santa Fe en 2008, a partir de la puesta en práctica de un convenio de colaboración con el programa Pro Huerta del Inta, que este organismo desarrolla desde hace casi dos décadas en todo el país.

La iniciativa se originó con el objetivo de que familias en estado de vulnerabilidad social accedan -a través de la entrega de semillas- a la posibilidad de desarrollar en los patios de su casa o en terrenos baldíos aledaños su espacio de huerta. Para que puedan, de esta forma, obtener alimentos frescos, sanos y orgánicos, de manera muy accesible.

“La experiencia es muy enriquecedora”, destacó Carlos Pereira, referente del Programa Trabajo y Empleo. “Las familias que están trabajando en el programa obtienen una variedad alimentaria que otras que viven, a lo mejor, en el mismo barrio y en la misma situación de vulnerabilidad social, no tienen”, aseguró y resaltó que “el acceso a una variedad muy grande de verduras que se incorporan a su dieta es un factor muy importante”.


Una alternativa de autoempleo

Otro de los objetivos que se desprenden del programa es que aquellas personas que se plegaron al mismo y tienen a su vez acceso a un terreno un poco más grande puedan pensar “en la huerta como una salida laboral a partir de producción para la comercialización” destacó Carlos Pereira.

El funcionario explicó, de hecho, que “hay un porcentaje, que si bien no es muy significativo, comercializa todo el excedente de producción”. Inclusive existe un grupo de huerteros que, con el acompañamiento del municipio, ofrece sus productos en la Feria Franca de las 4 Vías (como el caso de Evelina Moreyra). Y otros que directamente venden en su propio barrio.

Pereira enfatizó que “Huertas Urbanas” apunta a la sustentabilidad alimentaria de familias en situación de vulnerabilidad, pero destacó que también se persigue, paulatinamente, que más familias puedan encontrar en su huerta “un medio de ingresos económicos”. “Es una alternativa más de autoempleo para familias que no tienen otra forma de sustento” señaló.

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La huerta le permite hoy, a esta emprendedora, generar una alternativa sustentable. “Con la jubilación no alcanza”, dice. Foto: Amancio Alem

Con instituciones

El trabajo en sintonía con instituciones es también parte del programa. Como lo que se desarrolla en el Hospital Mira y López, donde los internos realizan una actividad terapéutica a la vez que obtienen verduras y hortalizas para la cocina del nosocomio. “Estamos por comenzar un trabajo en la Unidad Penitenciaria de Las Flores, que ya tiene una huerta, pero vamos a otorgarle más variedad y un perfil distinto” adelantó Pereira. Y recordó la labor con las escuelas, donde se incorpora a la huerta en el proceso educativo. “En lo que resta del año pensamos sumar una importante cantidad de instituciones al trabajo” aseveró.

/// EL DATO