En la despedida del Brigadier

Los Pumitas cayeron de pie

Perdieron con Francia, pero alcanzaron la mejor ubicación de la historia de los Mundiales de la categoría M20.

Les Petits Coqs establecieron diferencias en detalles que, en este nivel, siempre resultan determinantes. La entereza argentina resultó insuficiente para revertir un resultado previsible. Foto: Luis Cetraro

César Miño

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Con una producción que proyectó virtudes propias de su estilo y mayor experiencia, el Seleccionado de Francia superó a su par de Argentina por 37 a 23, alcanzando de ese modo el quinto puesto final en el IRB Junior World Championship 2010 concluido ayer en la Región Litoral de nuestro país.

Por su parte, con la sexta ubicación, Los Pumitas lograron la mejor performance histórica de un representativo argentino desde la unificación de los Mundiales Juveniles en la categoría Menores de 20 años, ya que en Gales 2008 había concluido octavo y en Japón 2009, undécimo.

Como siempre, es dable recordar que previamente existieron de manera separada, competiciones mundiales de Menores de 19 y 21 años; además de la internacional ex Fira Junior Cup, de la que nuestro país se volvió tantas veces con el título bajo el brazo.

La etapa inicial

No fueron necesarios demasiados minutos para que comenzaran a expresarse detalles que resultarían clave para el devenir de las acciones, en un contexto donde hubo que trabajar a destajo para obtener o recuperar cada pelota.

Por ejemplo, que Les Petit Bleus consiguieron casi inequívocamente quebrar la línea de la ventaja en cada incursión ofensiva: ya sea a través del juego por el eje profundo o bien por el espacio abierto, una vez asegurada la calidad de las pelotas de origen.

Como contrapartida, Argentina debió trabajar con demasiado esfuerzo para tener esa posibilidad, que sabido es, resulta de fundamental importancia. De ese modo, transcurrieron los minutos hasta arribar prácticamente al epílogo de la etapa inicial, con el marcador favorable a los europeos por 5 a 3.

Pero cuando se jugaban los últimos segundos de tiempo extra, la solidez antes descripta permitió a los galos apoyar su segundo ensayo -vía line y maul- , para que goal mediante pudiesen irse al descanso con un 12 a 5 en su favor.

El complemento

Los Pumitas parecieron acomodarse mejor en el segundo tiempo, pese a que a través de un par de acciones precisas y eficaces, los franceses estiraron la diferencia a 27 a 6, cuando promediaba el período final.

De allí en más se vio lo más entretenido del partido, ya que ambos alcanzaron cierto vértigo, lo que hasta entonces sólo había aparecido con cuentagotas. Argentina atacó con determinación, pero de ese modo también favoreció a los precisos y atildados contraataques adversarios.

Finalmente, con el desenlace a la vista, Tomás de la Vega apoyó su segundo ensayo, permitiendo no sólo acotar la diferencia final, sino fundamentalmente premiar al esfuerzo inclaudicable de un grupo de jóvenes que enalteció los colores celeste y blanco que vistieron en una competición de semejante valía.

Las huellas del desgaste en la fecha anterior ante Gales y el mayor rodaje internacional de su adversario, se erigieron en factores que tuvieron preponderancia para ceñir las chances para que Los Pumitas no alcanzaran la posición por la que salieron al impecable césped del estadio Brigadier General Estanislao López.

Sin embargo, deben sentirse absolutamente tranquilos: no sólo por la posición de privilegio en la que culminaron, sino también porque todos y cada uno de ellos, junto a sus conductores, entregaron lo mejor de sí desde el inicio de un proceso inmerso en sacrificios.

/// EL DATO