Presentada por Colectivo Teatral Sietelocos

Sacco y Vanzetti, con toda la fuerza

Con excelentes críticas llega al Centro Cultural Provincial la obra de Mauricio Kartun para ofrecer funciones viernes y sábado. Dirige el experimentado David Edery.

Sacco y Vanzetti, con toda la fuerza

En la mirada de la crítica especializada, la propuesta se enriquece por las actuaciones de un elenco sin fisuras.

Foto: Gentileza producción

 

De la redacción de El Litoral

Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti, dos obreros, inmigrantes italianos, militantes anarquistas, fueron detenidos en 1920 en Estados Unidos, acusados sin ninguna prueba de un crimen que no cometieron. Éste es el disparador utilizado por el dramaturgo argentino Mauricio Kartun para construir “Sacco y Vanzetti”, la obra que llega este fin de semana a la Sala Mayor del Centro Cultural Provincial, adonde se presentará el viernes 25 y el sábado 26, a las 21, con el auspicio del Ministerio de Innovación y Cultura de la provincia y el INT, en una puesta en escena dirigida por David Edery, uno de los nombres más contundentes a la hora de hablar del teatro rosarino al frente del Colectivo Teatral Sietelocos.

En el elenco actúan Miguel Franchi, Pablo Coppa, Liliana Belinsky, Patricia Pareja, Roberto Chanampa, Carlos Soto Payva, Eduardo Vercelli, Sergio Garfinkel, Raúl Santangelo, Gloria Bussano, Raúl Luna Tubio y Miguel Chiaudano. La asistencia de dirección es de Rubén Deninno; la escenografía, de Jorge Nieto; el vestuario, de Ramiro Sorrequieta; la técnica de Alejandro Ghirlanda y la música original de Roberto Ceballos. Esta puesta resultó ganadora del Concurso de Co-Producciones 2009 de la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Rosario y fue declarada de Interés Municipal por el Concejo Deliberante de Rosario.

Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti eran un zapatero y un vendedor de pescados. Ellos cambiaron, de algún modo, el significado de la palabra justicia. En 1927 fueron condenados a muerte en la silla eléctrica. La puesta rosarina relata cómo aquello que es simple puede volverse enrevesado “en manos de una Justicia que, en el fondo, no los estaba acusando de un homicidio que no habían cometido (cientos de pruebas a su favor pasaron a lo largo de los años por el profuso juicio), sino que el martillo del juez Thayer velaba el atropello y la discriminación que sufrían por entonces (y ahora también) los inmigrantes en un país como Estados Unidos, siempre temeroso de un posible avance del comunismo, del mismo modo que entendía que los anarquistas, en su búsqueda de libertad para todos, se volvían “subversivos’”, según sostuvo Miguel Passarini en El Ciudadano.

Ecos de la historia

Es así como los ecos de la historia argentina reciente -escribe Passarini- “están allí para quien los quiera escuchar: el texto y las imágenes que construye Edery a modo de viñetas hasta llegar a las instancias del juicio, y el juicio en sí mismo, acercan al presente la visión de que el mundo no ha cambiado nada, de que la discriminación en todas sus formas y la persecución política, más allá de lo escrito en las Constituciones de Estados Unidos, Argentina o del país que sea, son hechos cotidianos: Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, asesinados el 26 de junio de 2002 por la Policía, del mismo modo que “Pocho’ Lepratti o Carlos Fuentealba, y los miles de militantes secuestrados, torturados y desaparecidos durante la última dictadura militar, son la prueba más contundente, y también dicen “presente’ cuando un texto como éste sube a escena, poniendo en primera persona la revolución de las palabras.

“La mano experimentada de Edery supo conducir a un elenco ecléctico, en el que conviven tres generaciones de actores con formaciones y recursos diferentes que, sin embargo, consiguen abordar un registro de actuación unívoco, prolijo, dosificado en los momentos oportunos, y en el cual, obviamente, se lucen los protagonistas en pasajes verdaderamente conmovedores, aunque el resto del elenco es, en general, el gran soporte para el lucimiento de los personajes principales”.

Finalmente, el crítico rosarino pone de relieve las actuaciones protagónicas de Pablo Coppa y Miguel Franchi, en una totalidad marcada por la excelencia, que podrán apreciar los espectadores santafesinos este fin de semana en el Centro Cultural Provincial.

Entradas

Generales, $ 25; estudiantes y jubilados, $ 20.