Agradecimiento

Prof. Carolina Cammarota y alumnos del Taller de Alfabetización en Informática de la Escuela Especial para Formación Laboral Nº 2111 Estela G. de Ferreyra: Agustín, Nicolás y Sebastián.

Señores directores: En la semana del 29 de junio al 2 de julio, en nuestra escuela se llevó a cabo la muestra anual de trabajos, que se lleva a cabo todos los años para mostrar a la comunidad las diferentes técnicas, procesos y actividades que realizamos en la escuela. Esta carta está dirigida a todas aquellas personas que nos visitaron, en esa semana.

A través de este diario queremos hacerles llegar nuestro más sincero cariño y agradecimiento por todos los mensajes de felicitaciones que nos han dejado.

Para nosotros es muy importante que nuestras familias y toda la comunidad reconozca el trabajo, el esfuerzo y el amor con que preparamos esta muestra, siempre acompañados por todos los docentes de la escuela, el equipo directivo y el equipo psicopedagógico. ¡Muchas gracias!

Posibilidad vs. inoperancia

José María Chartier.

DNI. 6.191.112, ciudad.

Señores directores: En mi trajinar encuentro y veo tristeza en las caras de la gente; endurecida, la mirada lejana y perdida, con la esperanza esfumada o queriendo gritar algo que ha perdido. Ya no hay confianza. Estamos viviendo en un mundo lleno de maldad, odio, robos, secuestros, muertes innecesarias, envidia, coimas, etcétera, todo por ambición. Gente sin trabajo digno. Niños con hambre, casi desnudos por dentro y por fuera; han perdido la sonrisa y el deseo de vivir.

Ancianos que sufren, que imploran cansados de luchar, viviendo de migajas. Hay algunos políticos que buscan su propio interés, aliados a la corrupción. Si abrimos bien los ojos, observaremos que en lo más recóndito de nuestro entorno alcanzaremos a ver una lucecita que se prende y se apaga, buscando el alma y el corazón de los que anhelan un seguro bienestar; no de riqueza, pero sí, de seguridad y tranquilidad.

Es la lucecita de la esperanza y de la fe, que no tenemos que perder, elevando un ruego hacia Dios, nuestro salvador.

Con cada amanecer comenzamos una nueva vida, cuando quizás aparezca en esos corazones egoístas un poco de comprensión y respeto hacia un porvenir mejor para todos nuestros hermanos.

Todos somos hijos de esta tierra y todos merecemos el mismo trato, porque el mundo es de todos; no como piensan algunos privilegiados.

Dios no conoce el privilegio, por eso a todos nos lleva al mismo lugar, con la misma justicia. Esto no es un sueño, es una realidad que nos está castigando en todos los ámbitos.