Ayer en Sandton y hoy, desde temprano, en Soccer City, había explosión futbolera de despedida...

El pulpo Paul, Shakira y su Waka Waka y la melancolía sudafricana

Había llegado una multitud de españoles sin entradas y dispuestos a pagar lo que fuera por ver a su Selección en la final de esta tarde. Johannesburgo es puro naranja y rojo con amarillo.

 

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Las chicas posan para la foto, en tanto se observa de fondo el micro que transportó a los jugadores españoles durante todo el campeonato. Fue en la puerta del hotel donde España esperó el gran partido de esta tarde.

Foto: Enrique Cruz (h)

Enrique Cruz (h) (Enviado especial a Johannesburgo, Sudáfrica)

Son las últimas horas del Mundial, que se consumen entre el fervor de españoles y holandeses, los ojos tristes de los sudafricanos que comienzan a ver que el sueño se les termina, las predicciones del pulpo Paul (anoche acertó con la victoria de los alemanes ante los bravos y dignos uruguayos), la belleza de Shakira (hoy tenía previsto cantar el Waka Waka ante 90.000 espectadores en la ceremonia de clausura), la descompostura de Platini (ya está recuperado) y las dudas que persistían hasta el cierre de nuestra edición respecto de la presencia o no de Mandela para entregar la copa.

Ayer por la tarde, Sandton tenía el clima futbolero esperado. España concentra en el hotel Da Vinci, en pleno corazón de dicho barrio, y hacia allí llegaron los simpatizantes españoles para ver de cerca a los jugadores. A todo esto, miles de hispanos llegaron en las últimas horas a Johannesburgo, sin entradas, con el propósito de ver a su selección convertirse en campeón del mundo. Si el miércoles, en un sitio oficial de la Fifa, la entrada para ver Alemania-España se vendía a 550 dólares, ¿cuánto iba a costar hoy? De todos modos, sabido es que en ese aspecto el hincha no escatima esfuerzos y va a pagar lo que sea para no perderse el partido de hoy en Soccer City.

“Son divinos”

“Los sudafricanos me demostraron todo su cariño y afecto. Durante todo el mes estuvieron muy felices. Recuerdo que llegué a la oficina de inmigración y los agentes se pusieron a bailar y a cantar el Waka Waka. Nunca me había pasado nada parecido. Ha sido una experiencia fabulosa”, dijo la bella Shakira en un pequeño encuentro con la prensa desarrollado ayer en Soccer City.

El tema musical cantado por Shakira ha sido el que acompañó cada uno de los momentos, sonando con mucha fuerza desde los fieles altoparlantes de los estadios. En los entretiempos, bellas chicas bailaban el tema y amenizaban el cuarto de hora de descanso, generando una corriente importante, sobre todo en las primeras dos semanas de competencia, que fueron muy rigurosas por el aspecto climático.

Cuando se la consultó por el resultado del partido, dijo que “ojalá el pulpo no se equivoque”, dejando entrever su favoritismo por los españoles. Shakira vio dos partidos de este torneo, hasta la final de hoy, y uno de ellos fue Nigeria-Argentina, en Ellis Park.

En cuanto a presencias en el cotejo de hoy, lo que se hablaba era que el Rey de España no iba a asistir al encuentro, pero que sí lo harían los príncipes. Y también que los jugadores serán recibidos mañana por la tarde en La Moncloa.

Los precios no bajan

El recorrido por Sandton permitió comprobar que los precios no bajan, más allá de la eliminación de algunos equipos. Se pueden conseguir remeras de los Bafana Bafana (no el atuendo oficial con el que salían a jugar los partidos) por sumas que orillaban entre los 100 y 180 rands (o sea, entre 50 y 90 pesos de los nuestros, aproximadamente).

Ayer, las casas de venta de ropa deportiva en Sandton City estaba muy concurrido. Las camisetas de España y Holanda (que orillan los 450 rands, aproximadamente), las bufandas de ambas selecciones, las vuvuzelas con los colores tradicionales de ambos países (naranja en el caso de Holanda, rojas y amarillas en el de España) eran los elementos más buscados por la gente.

Quedan argentinos

Con la nostalgia, en muchos casos, de suponer que había posibilidades de estar en el partido de hoy, muchos argentinos aún pernoctan en Sudáfrica, esperando el día de partida de sus vuelos y aprovechando para ver algo de fútbol, los que aún tienen el poder adquisitivo disponible en sus billeteras.

Ayer, por ejemplo, varios de ellos caminaron por el Shopping de Sandton y la mayoría se paraba para saludar a Quique Wolff y el Mago Capria, que se apropiaron de una mesa estratégicamente ubicada, donde el paso de la gente se hacía muy fluido. En el fondo, Quique Wolff debe estar contento de ver a España en la final. Es que jugó varios años en Real Madrid y fue compañero de Vicente Del Bosque, el entrenador de la Furia. A propósito, Del Bosque dijo que “esta final no es linda para dirigirla, sino para jugarla”.

¿Y Cruyff?

Algunos hinchas holandeses que hacían gala de un correcto español se preguntaban qué era lo que había dicho Johan Cruyff, quizás el futbolista más trascendente de la historia del fútbol holandés.

Cruyff dijo que, “si España entra en su juego, tiene muchas chances de quedarse con la Copa”, aunque luego se explayó, manifestando que “España juega mejor al fútbol que Holanda, pero eso no asegura nada”, tratando de poner un manto de piedad por la selección de su país, que disputaba la tercera final luego de aquellas dos que perdiera en la década del ‘70 ante Alemania y Argentina, respectivamente.

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Pablo Ridolfo es un sanjorgense que disfrutaba sus últimas horas de estancia en Sudáfrica junto a dos amigos.

Foto: Enrique Cruz (h)

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Al hombre no le quedó lugar en su cuerpo para ponerse o colgarse algo más. Enorme fervor popular y futbolero por la final.

Foto: Enrique Cruz (h)