OTRA MIRADA

Una buena noticia

Por César Luis Menotti (*)

El primer Mundial desarrollado en continente africano dejó, por encima de todo, la incuestionable e inédita consagración de España como campeón. Una muy buena noticia para el juego. No hubo muchas más y sí demasiado por discutir.

Mientras se iban sucediendo los partidos tuve la sensación de que son demasiados los equipos que están demás, que el buen juego es por estos tiempos virtud de muy pocos y que el espectáculo y la sobrecargada lucha mediática siguen gozando de muy buena salud.

Así se utiliza un Mundial: el que gana, vende; el éxito no se analiza. Así sucedió hace cuatro años en Alemania, cuando se dijo que el fútbol era de Italia, aunque haya sido uno de los que peor había jugado. Llovieron los elogios al campeón: que la disciplina táctica, que eran especialistas en este tipo de competencia...

Las voces del utilitarismo volvieron a escucharse fuerte en Sudáfrica. Cayeron con todo el peso de su miserable condición encima de España y Alemania, coincidiendo con sus derrotas en la fase de grupos. Pero aquellas fueron derrotas en el resultado, no en el juego.

El tiempo puso las cosas en su lugar, ya que Serbia y Suiza se fueron temprano a casa, sin siquiera superar la primera instancia, y españoles y alemanes —auténticos defensores de la idea de jugar para ganar jugando— se encontraron y protagonizaron el mejor partido del Mundial. Inolvidable. Ganó España. No perdió nadie. En el juego ganamos todos.

Me pregunto qué dirán ahora aquellos que amparados en su cobardía e ignorancia se atreven a decir que “cuando hay mucho en juego es muy difícil jugar bien y brindar buenos espectáculos”. Les recomiendo humildemente, a ustedes siempre tan afectos al uso de videocaseteras o compacteras, dejen a un costado por dos horas los pizarrones magnéticos, la pelota parada y tómense la molestia de ver (y disfruten) un señor partido de fútbol, entre dos señores equipos como España y Alemania que, si no recuerdo mal, se jugaban poquito, apenas un boleto a la final de un Mundial...

El fútbol es espacio, tiempo y engaño, pero además qué lindo es jugar con la pelota, si hasta parece que uno no se cansa nunca. Y qué feo es correr detrás de la pelota. Hay virtudes notorias en esta selección española: tiene precisión y pase-gol, muy buena media distancia y enormes-pequeñas sociedades como Piqué-Puyol o Iniesta-Xavi.

La final fue durísima para España. Holanda le propuso un no-juego, interrumpió con una agresividad siempre al filo del reglamento. Pero este equipo ibérico deja al mundo del fútbol un mensaje claro y preciso: también se puede ser campeón del mundo jugando bien.

(*) Ex director técnico del Seleccionado argentino.