Brasil volverá a ser sede tras la angustia de 1950
Ojalá sea el “Argentinazo”
La Copa del Mundo de la Fifa 2014 comenzó a “jugarse”. El comité organizador trabaja con todo para recibir a las selecciones participantes.
Redacción de El Litoral
EFE
Sin entrenador pero con la certeza de que debe emprenderse una profunda renovación generacional en su selección, Brasil pone a rodar desde hoy el balón del Mundial 2014, 64 años después de la decepción que le dejó el “Maracanazo”.
La andadura de cuatro años, que ha comenzado tras el pitazo final de las acciones en Sudáfrica, deja, de momento, dudas y certezas.
La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) sacó el mes pasado de sus planes al estadio Morumbí, de Sao Paulo (sudeste), debido a que las autoridades civiles no han ofrecido garantías financieras para las obras de reforma. Y la misma suerte podría correr la sureña ciudad de Curitiba, capital del Estado de Paraná.
“Esta duda surge porque no recibimos el informe final de análisis financiero del estadio de Paraná. Tan pronto eso llegue, haremos el análisis de todos los informes para ver si hay algún problema o no”, declaró Ricardo Teixeira, en Johannesburgo el presidente de la CBF.
El directivo, que ocupa el cargo desde 1989, dijo el 8 de julio durante la presentación del Mundial Brasil 2014 que Sao Paulo tendrá una última oportunidad el 19 ó 20 de julio, si es aprobado un nuevo proyecto debidamente financiado.
“Estamos, diría, peligrosamente en las fechas límite, razón por la cual el problema tiene que ser definido lo más rápido posible”, añadió Teixeira, quien, además, preside el comité organizador.
Dudas tienen los coordinadores con el Estado y la capacidad de los aeropuertos de un país con dimensiones continentales.
“Los tres grandes problemas que tenemos para la copa son aeropuerto, en primer lugar; aeropuerto, en segundo lugar; y aeropuerto, en tercer lugar”, manifestó el directivo, quien matizó que el desembolso de los recursos oficiales fue aprobado hace dos meses.
Teixeira anticipó que está en marcha un proyecto para “dividir en cuatro regiones” al país de más de 8,5 millones de kilómetros cuadrados y 200 millones de habitantes para reducir las distancias de desplazamiento de las selecciones y los hinchas.
Las ciudades de Río de Janeiro, Sao Paulo, Belo Horizonte, Porto Alegre, Brasilia, Curitiba, Manaus, Natal, Fortaleza, Recife, Salvador y Cuiabá fueron escogidas por la Federación Internacional de Asociaciones de Fútbol (Fifa) como sedes de la vigésima edición de la Copa del Mundo.
Un triunfo americano en el octavo torneo que se disputa en la región igualará los diez títulos que desde ayer atesora Europa.
Un triste recuerdo
El torneo volverá a Brasil 64 años después del “Maracanazo” asestado por Uruguay con una victoria por 2-1 sobre los anfitriones, la peor mancha en la historia de su fútbol.
De las siete ediciones jugadas en América, todos los títulos quedaron para la región.
Uruguay dominó en su territorio en 1930 y en Brasil ‘50, mientras que el equipo Canarinho ganó en Chile ‘62, México ‘70 y Estados Unidos ‘94; Argentina fue absoluto en 1978 y México ‘86.
Certeza tiene la organización en cuanto a la seriedad como el Estado de Minas Gerais (sudeste), cuya capital es Belo Horizonte, ha encarado su plan de sede y las obras de adecuación de su estadio. También hay acierto en cuanto a la programación del sorteo de las Eliminatorias, fijado en principio para el 31 de julio de 2011 en una ciudad aún por definir.
Anticipar la fecha facilitará la disputa de las Eliminatorias en continentes con muchas selecciones participantes, como Asia.
Y certeza tiene la organización sobre el trabajo futbolístico que debe emprenderse. Con la salida de Dunga tras el fracaso en el Mundial sudafricano, la CBF debe encarar ahora el desafío de escoger seleccionador, no tan permisivo como el Carlos Alberto Parreira que condujo la campaña brasileña en Alemania 2006, ni tan draconiano como su sucesor.
Recambio
Si el Mundial de hace cuatro años dejó para Dunga al guardameta Julio César, los zagueros Lúcio y Juan, los centrocampistas Gilberto Silva y Kaká, y el delantero Robinho, para esta generación ha comenzado la cuenta atrás.
Para el Mundial que organizará Brasil Lúcio y Juan bordearan los 36 y 35 años, el buen lateral derecho Maicon tendrá 33, Gilberto Silva sumará 38, Kaká habrá celebrado los 32, Robinho, los 30, y Luis Fabiano, 34.
De todos ellos, Julio César puede resistir al paso del tiempo, pero, para proveer las otras plazas, habrá que echar un vistazo a las jóvenes promesas, como los irreverentes Ganso y Neymar. Demasiada incertidumbre para tanto compromiso, y con el fantasma del “Maracanazo”.




