La copa en manos de un equipo que respetó el toque y el fútbol ofensivo por encima de todo
La copa en manos de un equipo que respetó el toque y el fútbol ofensivo por encima de todo
España demostró que el campeón es también el que juega mejor
La final fue para los dirigidos por Del Bosque, que mantuvieron la llama sagrada que viene portando desde hace un tiempo el Barcelona. Holanda pegó mucho y jugó poco.
La historia pudo ser otra. Arjen Robben se fue solo mano a mano con Iker Casillas, cuando el partido ya definitivamente estaba cerrado y todo hacía suponer que el equipo que convirtiera el gol se llevaría la victoria. El arquero español ganó el duelo y cambió el destino para su selección. Foto: Agencia EFE
Enrique Cruz (h)
(Enviado Especial a Johannesburgo, Sudáfrica)
El diario Marca tuvo una ocurrente idea. Publicó en su edición de ayer domingo la foto de los jugadores de España cuando eran niños y, debajo de ellas, las actuales. Y tituló algo así como “el día que todos ellos soñaron”. Y recuerdo cuando después de aquel primer partido con derrota, ante los suizos, compartíamos una breve charla con Ángel María Villar, presidente de la Federación Española de Fútbol desde 1988, quien en el hotel Da Vinci, en pleno corazón de Sandton, no sólo nos decía que “Grondona es el mejor dirigente del fútbol mundial”, sino que transmitía una notable seguridad y confianza respecto de lo que podía ocurrir en el futuro con esa selección de Del Bosque que había empezado con el pie torcido el campeonato.
España es campeón del mundo y no se discute. Fue el que mejor juego desplegó, el que tuvo mayor respeto por la pelota, el que buscó el arco de enfrente pero también se preocupó por desempolvar aquellos mensajes futboleros que no se han tenido muy presentes que digamos en los últimos tiempos, como el toque, la circulación atildada de la pelota y el buen gusto.
Del Bosque logró armar un equipo que reflejó cabalmente la capacidad ganadora del Barcelona. Seis de los 11 titulares de ayer son jugadores del equipo catalán: Piqué, Puyol, Iniesta, Xavi, Busquets y Pedro, juegan al lado de Messi en el mejor equipo del mundo. Y ellos le dieron forma a esta selección que supo interpretar, como no podía ser de otra manera, el instinto futbolero que surge de ese Barcelona que parece imbatible.
España ya no es la “Furia” que salía a pelear los partidos, a someterse a los argumentos de un luchador, de un guerrero. España ahora es una selección que conjuga el gusto por el fútbol bien jugado. Por eso es un gallardo y justo campeón.
España fue fiel y Holanda infiel
Si algo estaba claro en lo previo, es que se iban a enfrentar dos rivales comprometidos con la búsqueda del arco de enfrente, cada cual con su estilo. España mantuvo enarboladas las banderas que lo acompañaron en todo el torneo, pero Holanda se olvidó de lo bueno que venía haciendo desde el comienzo de las eliminatorias (llevaba, hasta ayer, 14 partidos consecutivos con victorias) y se dedicó a pegar. Holanda priorizó el corte sistemático del juego para evitar que España manejara la pelota como lo hizo casi a gusto y placer contra los alemanes. Pero se comprobó una vez más que por más final que fuere, siempre hay un espacio para pensar y confiar en que el fútbol se impone sobre todo lo demás.
El desafío de Holanda fue cortarle ilegalmente el circuito a España, para después lastimarlo con los dos delanteros, que poco pudieron hacer. Sobre todo Robben, quien malogró dos situaciones muy claras y estuvo al borde de la expulsión por sus reiteradas quejas contra el mal arbitraje de Webb.
Así dadas las cosas, Holanda quería llegar a los penales pues no veía otra alternativa para superar a los españoles. Y Del Bosque comenzó a tomar iniciativas. Puso a Jesús Navas, un inquieto wing derecho del Sevilla, quien empezó a generarle muchos problemas a Van Bronckhorst. Después, Del Bosque volvió a “primerear” con Fábregas, quien empezó a manejar el partido convertido en rueda de auxilio de Xavi e Iniesta. Poco le importó a Del Bosque quedarse con un solo volante de corte defensivo, pues enfrente tenía a una Holanda timorata, que sólo apostaba al contragolpe y que se desvanecía cada vez que Robben malograba alguna oportunidad ante Casillas.
La copa, un premio
Dicen que los campeones siempre son los mejores. A veces, grandes equipos se quedan con las manos vacías y otros llegan al título sin dejar mucho en cuenta para la historia. Esa historia le reserva un lugar a España. No sólo porque es el primer título que consigue, sino también porque lo hizo a través del buen juego de este grupo notable de jugadores que supo interpretar, desde la concepción futbolera de sus clubes, una idea que lo llevó al éxito.
No en vano el Pep Guardiola, entrenador del Barcelona, aprendió de Johan Cruyff, quien lo dirigió en aquellos inolvidables equipos que se cansaron de ganar títulos en los principios de los ‘90. Guardiola moldeó este grupo de jugadores y Del Bosque, ya en la selección, le agregó el toque de experiencia de uno de los mejores arqueros del mundo (Iker Casillas), los goles de David Villa, la marca de Capdevila para acomodarlo por izquierda, el despliegue y presencia en el mediocampo de Xabi Alonso y las trepadas notables de Sergio Ramos por el costado derecho.
A propósito de Ramos, les dio un cachetazo a los que suponen que los marcadores de punta ya no cuentan y arman, como nuestro técnico, líneas de cuatro pobladas de centrales. Sergio Ramos no sólo le dio marca a Del Bosque, sino que se convirtió en una pesadilla cada vez que se proyectó por derecha. Buena técnica, inteligencia táctica y capacidad para provocar sofocones a las defensas rivales, fueron los atributos de este muy buen jugador de fútbol, a pesar de ser “marcador de punta”.
España fue un cabal ganador de la final y del Mundial. Sufrió en esos mano a mano que conjuró un arquero con todas las letras como Casillas, pero dominó, fue agresivo y más pretensioso que esta Holanda desdibujada y rendida ante la superioridad de los españoles.
Levantó la copa España, por fin. Ya no son más los campeones morales, los que llegaban a los mundiales con la chapa de candidatos sólo por tener a las mejores figuras del mundo que, obviamente, no eran españoles. El mapa futbolero de los españoles cambió. Ahora, España es España por los jugadores surgidos de sus canteras. Lo pergeñó Cruyff, lo terminó de madurar Guardiola, lo gestó el Barcelona “reforzado”, lo disfruta un pueblo futbolero que ha llegado a la gloria. Y la tiene bien merecida. ¡Salud, Madre Patria!
El héroe nacional. El partido recién terminó y, mientras su compañeros comienzan el festejo, el autor del único gol, Andrés Iniesta, grita en soledad su euforia. España fue un justo campeón.
Foto: Agencia EFE
Sin antecedente.
La selección española hizo historia también por haberse convertido en el primer equipo que se proclama campeón del mundo tras haber perdido el primer encuentro. España cayó con Suiza en Durban en su primer encuentro en Sudáfrica 2010, y nadie hasta ahora había conseguido coronarse, como mucho habían alcanzado la final (por ejemplo, Argentina en 1990). También batió la selección española un récord de su historia: nunca había ganado cuatro partidos seguidos por 1-0, como hizo en este Mundial, a partir de octavos de final, con Portugal, Paraguay, Alemania y Holanda.
/// EL DATO
El pulpo, implacable.
El pulpo Paul terminó el Mundial con el ciento por ciento de efectividad en sus pronósticos, al haber vaticinado la victoria de España en la final sobre Holanda. Ya había acertado con las semifinales y el partido en el que Alemania se quedó con el tercer puesto sobre Uruguay. El pulpo del acuario de Oberhausen terminó por convencer al fin de que es el mejor pronosticador que se haya conocido.
/// LO IMPORTANTE
La felicidad de los famosos
El tenista español Rafael Nadal, que viajó a Sudáfrica para ver la final del Mundial, se mostró muy emocionado después del partido. “Me he puesto a llorar como un niño”, dijo Nada, envuelto en una bandera española y con una bufanda anudada en la cabeza. “Es increíble”, agregó.
“Me imagino que será una locura”, apuntó además el número uno del tenis mundial con respecto a las celebraciones en España. “Hay que celebrarlo un año entero. Hay que disfrutar mucho porque es muy difícil de repetir”, sentenció Nadal, que viajó a Sudáfrica junto al jugador de básquet español Pau Gasol. Precisamente, Gasol declaró que “este equipo ha saldado una deuda histórica”.
“Ha sido un partido impresionante, emocionantísimo, y no tengo palabras para describir lo que hemos vivido todos los que estábamos compartiéndolo aquí en Johannesburgo”, dijo el pivote de Los Angeles Lakers en su página web.
“Muchas gracias a todos los de La Roja por hacernos sonreír y por convertir este verano en una auténtica celebración”, agrega el dos veces campeón de la NBA.
En tanto, el piloto español Fernando Alonso sufrió, se emocionó y celebró la victoria de España en la Copa del Mundo, que presenció en el hospitality de Ferrari en el circuito de Silverstone junto a la prensa internacional.
Alonso se indignó con la actuación del árbitro inglés Howard Webb por no expulsar al holandés Nigel de Jong cuando le pegó una patada en el pecho a Xabi Alonso, se desesperó cuando el balón no entraba en el arco de Holanda y saltó como un resorte de su asiento con el gol de Iniesta, al grito de “¡Campeones, campeones!... yo soy español, español, español...”, y se abrazó con todo el mundo.
Acabado el partido, continuó con los cánticos, envuelto en una bandera de España, y con una reproducción de la Copa del Mundo.
Holanda 0
España 1
Holanda: Maarten Stekelenburg; Gregory Van der Wiel, John Heitinga, Joris Mathijsen, Giovanni Van Bronckhorst; Mark Van Bommel, Nigel de Jong; Arjen Robben, Wesley Sneijder, Dirk Kuyt; Robin Van Persie. DT: Bert Van Marwijk.
España: Iker Casillas; Sergio Ramos, Gerard Piqué, Carles Puyol, Joan Capdevila; Sergio Busquets, Xabi Alonso; Andrés Iniesta, Xavi Hernández, Pedro; David Villa. DT: Vicente Del Bosque.
Goles: en el segundo tiempo suplementario, 11 min Iniesta (E).
Cambios: en el segundo tiempo, 15 min Jesús Navas por Pedro (E); 25 min Eljero Elia por Kuyt (H); 42 min Cesc Fábregas por Alonso (E). En el primer tiempo suplementario, 9 min Rafael Van der Vaart por de Jong (H); 15 min Edson Braafheid por Van Bronckhorst (H). Segundo tiempo suplementario, al inicio Fernando Torres por Villa (E).
Incidencia: en el segundo tiempo suplementario, fue expulsado a los 4 min Heitinga (H).
Estadio: Soccer City de Johannesburgo.
Árbitro: Howard Webb (Inglaterra).
Holanda se llenó de amarillas
A los 23 minutos del primer tiempo, el árbitro inglés Webb había amonestado correctamente a cuatro jugadores, dos de cada lado. Parecía que su objetivo era que el partido se encarrilara y por eso no iba a permitir ningún exceso. Esto se dio hasta los 29 minutos, preciso instante en que De Jong le cometió una tremenda infracción a Xabi Alonso que era para tarjeta roja. Sin embargo, el referí mostró sólo la amarilla y se anotó el primer gran error de la noche.
Luego, trató de marcar pautas claras en las jugadas de pelota quieta, sobre todo en el duelo Puyol-Heitinga en el área holandesa. Mientras tanto, Van Bommel jugaba al límite: amonestado, cometía faltas que lo ponían cerca del límite.
Esa acumulación de amonestaciones al principio hizo que Webb se midiera luego, sobre todo en una jugada en la que Sneijder llegó tarde con la pierna muy alta contra Sergio Ramos y cometió un foul que le valió una severa advertencia.
Holanda empleó en mayor medida que España el juego fuerte. Fue por eso también que recibió mayores reprimendas de parte de Webb. Pero toda esa rigurosidad del principio, no la tuvo el juez cuando Van Bommel cometió su enésima falta, reaccionó Iniesta y debió haber amonestado a los dos, con lo cual se habría ido Van Bommel de la cancha.
Después, Webb acertó en no dejarse impresionar por Xavi en una maniobra que se produjo en el arranque del suplementario y en la que los españoles reclamaron un penal inexistente.
En el segundo tiempo del suplementario, Heitinga, que estaba amonestado, se apoyó en el Niño Torres y Webb marcó la falta y la expulsión del defensor holandés. En el gol de España, los holandeses reclamaron una falta en perjuicio de Elia en la puerta del área española. Desde allí arrancó la maniobra en la que Fábregas colocó un justo pase para que Iniesta definiera. En síntesis, un partido con complicaciones y en el que el inglés tuvo que apelar muchísimo a las amarillas. Es más, el árbitro impuso un nuevo récord al amonestar a 14 jugadores, más que en ninguna otra final de un Mundial.