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Todo está como era antes

Preocupación por los costos industriales, que registraron un incremento de 38 por ciento interanual. A eso se agregan el impacto de las nuevas escalas salariales y la pérdida de rentabilidad.

Calificacion costos de produccion.pdf

Félix Canale

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La progresión de un nuevo ciclo de crecimiento económico nacional, de cara a la segunda década del siglo XXI, paradójicamente retrotrae el escenario productivo a finales de 2007 y principios de 2008.

A medida que las series estadísticas avanzan, todos los números se evalúan contra los registrados hace 2 años, antes de que surgiese el conflicto entre el gobierno y el campo. Pero, de igual manera, las encuestas entre los empresarios industriales vuelven a reflejar varios de los problemas señalados en aquel año, desplazados a segundo plano por la crisis de 2009.

Un tema de entonces era el cuello de botella en gestación, por la progresiva utilización de la capacidad instalada (rondaba el 80 por ciento) y la inexistencia de créditos para la producción. En mayo de 2010, según cifras del Indec, el promedio de utilización alcanzó a 76,7 por ciento, con rubros como el textil, metálica básica, e impresión y edición, cercanas al 90 por ciento de la velocidad de sus máquinas.

Hoy, frente a tal panorama existe el Programa de Financiamiento Productivo del Bicentenario (con un fondo de unos 2 mil millones de dólares a tasa de 9,9 % en pesos), cuyo propósito es inyectar dinero para incrementar producción, sustituir importaciones y fomentar exportaciones. Más allá de algunas expresiones formales de la UIA sobre la benevolencia del paquete, hasta ahora no se registra un generalizado entusiasmo de los industriales por aprovechar tal oportunidad.

Los costos

La renuencia a invertir puede tener distintas vertientes, y entre ellas algunos analistas señalan la falta de visibilidad por lo que pueda ocurrir después de 2011 en términos políticos. Al margen de tal explicación, existen números que fogonean las dudas.

En agosto de 2008, un informe de la Fundación Observatorio Pyme indicaba que los principales problemas del sector eran el aumento de las materias primas (95,6 % de los encuestados) y el incremento de los costos salariales, con el 94,4 % de las respuestas.

Un documento de la misma institución conocido el miércoles pasado, destaca que “el porcentaje de empresas con problemas por subas en los costos de materias primas se incrementó en el último año hasta alcanzar en el primer trimestre de 2010 al 90 % de las Pymes industriales, mientras que la proporción que manifestó preocupación por el aumento en los costos salariales se mantiene en torno al 80 %, desde la segunda parte de 2009.”

De acuerdo con el sondeo realizado por la Fundación, al cerrar marzo, el incremento de costos del sector manufacturero registraba un 38 % interanual. En el primer trimestre de 2010, el 66 % de los industriales de Pymes manifestó que ya había trasladado parte de ese aumento al precio de venta de su principal producto (aproximadamente, 17,4 % con respecto al trimestre anterior), en tanto para todo el año el aumento esperado promedia un 18,9 por ciento.

De hecho, estas estimaciones se realizaron antes de iniciarse las paritarias de 2010, cuando todavía se aguardaba un incremento de sueldos de entre 14 y 19 por ciento. Hoy, el promedio de las recomposiciones salariales está por sobre el 25 %.

Los salarios

La preocupación por la cuestión retributiva tiene un segundo ángulo, surgido de otro informe, esta vez del Estudio Orlando J. Ferreres, según el cual, el costo en dólares de la mano de obra se multiplicó por 3 desde 2002, mientras que los costos de los bienes de capital, en la misma moneda, se han mantenido relativamente estables (ver gráfico).

Según analiza Ferreres, al ser oneroso el costo salarial, en tanto la maquinaria es barata en términos relativos, lleva a que los industriales inviertan en equipos que ahorran el recurso caro, particularmente aquellos que exportan. Esta tendencia, opina el experto, estaría demostrada por el incremento de más de 70 % interanual en la importación de bienes de capital, que por su eficiencia significan menor demanda de mano de obra.

La estimación de Ferreres tiene un antecedente cercano, que es un informe del Ieral, de la Fundación Mediterránea, de acuerdo con el cual los salarios industriales argentinos, medidos en dólares, se encuentran próximos a los valores previos a la devaluación de 2001. Además, empiezan a ser superiores a los que se pagan en Brasil, lo que enciende una luz amarilla por la complementariedad de ambas economías.

Sobre el tema del dólar, la consultora Ecolatina, en un análisis distribuido ayer domingo, estima que la ventaja cambiaria de la devaluación se perderá en 2011. Dice: “Si bien la cotización del peso no se mantendrá fija en los próximos meses, se depreciará a un ritmo menor que el alza de los restantes precios de la economía. Esto implica un fuerte deterioro de la competitividad externa por el elevado incremento de la inflación y los salarios en dólares”.

La rentabilidad

En 2007, el PBI creció 8,7 % y la actividad industrial, 7,5 %. En noviembre de ese año, y pese a las tasas chinas, la encuesta del Observatorio registraba que el 56,2 por ciento de las industrias Pymes señalaban que su rentabilidad era peor que un año atrás.

En abril de 2010, el porcentaje de quienes dicen estar peor se ubicó en 58,2 por ciento, aun con la recuperación en marcha. Agrega el informe de la Fundación: “Las expectativas de los industriales de Pymes con respecto a la evolución futura de la rentabilidad de su empresa son aún ambiguas. Por un lado, el 34% espera incrementar la rentabilidad en el próximo año, pero, un 33 % cree que la rentabilidad caerá en los próximos 12 meses”.

Costo salarial-costo de capital.pdf
Percepcion rentabilidad empresas.pdf

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Los documentos originales citados en la versión digital de esta nota en http://blogs.ellitoral.com/empresariosyempresas.