Hay que buscar estilo propio

El viernes 23 de julio, a las 21, en el Centro Cultural ATE-Casa España, la compositora, pianista y docente Hilda Herrera se presentará en el marco del ciclo de pianistas “Sin Fronteras”. Una artista con mayúsculas, que ha gestado una obra compositiva que se encuentra ya en el corazón y el sentir popular.

TEXTOS. REVISTA NOSOTROS. ENTREVISTA. Graciela Arancibia.

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En el piano de Hilda Herrera el paisaje quedó lejos, solo está la inmensidad de cada uno de los hombres que inspiraron a Nella Castro para que la zamba no huela a melaza, no sea solo encuentros amorosos, de las mujeres por cuya boca gritaba el silencio y la soledad enhebrando desvelos desde los textos de Margarita Durán. Hilda Herrera hundió sus manos en la profunda batea añil de los poemas y libertó a los pájaros de su teclado. En los acordes de sus canciones quedaron impregnadas luchas anónimas, para que formen parte insustituible de nuestro cancionero folklórico.

- Por esas vueltas de la vida yo nací en Capilla del Monte, donde habían recalado mis padres y mi hermano el mayor cuando papá se enfermó de los pulmones en Rosario. En esa época no había nada más que decir: “vaya a las sierras”. Se trató en el Santa María de Bialet Massé. Por esas casualidades fueron a parar a Capilla y papá se enamoró del pueblo, de la provincia, y allí nacieron mis otros hermanos, somos cinco, todos músicos.

- Era el tiempo en que se cantaba mientras se lavaba la ropa...

- ¡Pero claro!, se hacía música de la manera más natural, formaba parte de la vida cotidiana, y yo encantada tocando el piano, con el acompañamiento de mis hermanos. Era una cosa tremendamente compartida, nunca pensé un destino de profesionalismo, no pensaba: tengo que ser famosa. Las cosas que hice fueron por vocación y amor a la música nuestra, nada más.

- ¿Quién fue su primera maestra?

- Tuve una sola: Dolly de Nuvolone, una porteña que se tuvo que mudar a Córdoba por las mismas razones que mi padre. Era una gran profesora formada en Buenos Aires, la mejor maestra de piano, yo estudié hasta mis 13 años, cuando me mandaron a la ciudad de Córdoba porque en el pueblo no había secundario. Toda mi formación pianística la hice con ella, es la que me puso las manos en el piano, todo lo demás fue en forma autodidacta.

Secretos de creación

- ¿Cómo conoce a Nella Castro?

- Casualidades de las vueltas de la vida. Él era pensionista de mi tía en Buenos Aires. En uno de mis viajes, con apenas 19 años y piano de por medio, nos conocimos. A él le gustaron algunos temas míos y me preguntó modestamente: “¡qué lindas zambas! ¿tienen letras?”. Entonces, ahí nomás él tomó el monstruo de las melodías, como se llama habitualmente. Así empezó la relación.

la propia personalidad

- Siempre ha hecho un repertorio muy poco escuchado. ¿Cuál es la causa?

- La gente dice: “voy a hacer esto porque puede caminar”. Yo siempre hice un repertorio muy poco hecho y no porque lo busqué a propósito. Siempre tengo una mirada hacia los grandes.

- ¿Qué valora en los autores?

- Yo no soy folkloróloga, ni musicóloga, ni investigadora, como me han rotulado muchas veces. Lo único que he hecho es escuchar mucho y, fundamentalmente, a los que considero que son muy valiosos, lo hago intuitivamente, tal vez sea por mi formación clásica. Porque amo y estudio tanto la otra música, la grande, es que me he formado de otra manera para valorar a la gente que, aún sin saber nada de música, son creadores sinceros, honestos.

Recordemos que Mozart no sabía nada de música cuando empezó a componer, pero era un gran intuitivo y después su formación fue fantástica, un genio, esa simpleza era innata. Y como él cuántos otros que habrán quedado en el camino con el amor, con esa cosa que uno lleva adentro, esa cosa ancestral que se siente. No sé por qué me interesé en el folklore, sólo sé que me conmovía.

- Qué se necesita para un buen arreglo musical:¿honestidad?, ¿criterio?

- Las dos son muy importantes.También mucho de intuición, porque esto no se puede enseñar. A la gente con la que trabajo no les enseño a arreglar. Considero que una de las cosas más importantes que tiene un instrumentista es el estilo propio, si hacen un arreglo a mi manera va a ser una copia. Cada uno debe encontrar su propia personalidad. Yo insisto en que trabajen siempre buscando, si tienen talento para hacerlo, éste va a surgir. Claro, a través de mucho trabajo. No es una cuestión de decir: yo me siento, arreglo, chapuceo, y ya está. ¡No! Cuando se trabaja así, pasan sin pena ni gloria, porque es una copia de algo, no tiene profundidad, seguramente bastante elemental, lleno de lugares comunes. Al escuchar uno empieza a encontrar que se parece a esto o aquello. Eso no le aporta nada al arreglo. Como solía decir Don Ata: “a los que tienen que hacerme un arreglo, que me digan qué es lo que está desarreglado en mi tema”. Y es totalmente cierto; por eso no me gusta la palabra “arreglo”, mejor es “versión”, como dice Salgán: “son versiones”. Me gusta esa definición, es una mirada, honesta. Es hacer lo que a uno le gusta y no lo que está de moda, ésa es la historia.

Pianistas

El ciclo de pianistas “Sin Fronteras” está coordinado por el pianista y compositor Carlos “Negro” Aguirre. Propone escuchar a pianistas de reconocida trayectoria y artistas no tan difundidos.

El próximo viernes 23 de julio, a las 21, en la sala mayor del Centro Cultural ATE Casa España (Rivadavia 2871), se presentará Hilda Herrera. Organiza Shagrada Medra, coproduce ATE, auspicia, Ministerio de Innovación y Cultura de la provincia, invita: Caja de Resonancia (AM 1020 LT 10- jueves a las 23).