llegan cartas

Reglas claras conservan la amistad

Florencia Paviotti.

Ciudad.

Señores directores: En medio de reclamos de miles de personas que decidieron alzar su voz en defensa de la familia -hombre, mujer- y de otras que lo hicieron a favor del proyecto de matrimonio homosexual, hay que rescatar el respeto y el clima festivo que reinó en las manifestaciones.

¿Podemos decir lo mismos de lo ocurrido en el Senado de la Nación durante la votación del proyecto de ley de matrimonio homosexual? Viajes, quórum, abstenciones, insultos y denuncias.

Algunos senadores de la Nación no pudieron estar presentes en la sesión porque se encontraban de viaje con la presidenta de la Nación, al menos de ellos conocimos las razones de su ausencia. ¿No merecía el tema la presencia de todos? El pueblo pedía a gritos: presencia, debate, reflexión. Nuevamente no lo escucharon.

En alguna oportunidad, quien presidía la sesión debió pedir que los legisladores ocupen sus lugares porque se perdía el quórum. ¿Cuál es el fundamento de esta regla del quórum que no hace más que aplazar en el tiempo debates y actuar como filtro de los temas que algunos desean tratar o no tratar?

Tuvimos una vez más abstenciones. ¿Indiferencia es lo que necesitaba el pueblo? ¿Darle vuelta la cara a quienes incansablemente pidieron que se protejan sus derechos y que se legisle según la situación lo requería?

En el último tiempo, nos cansamos de escuchar cómo se exaltaban y proclamaban ciertos derechos como el de opinar y el de que se respete la opinión de cada uno, el derecho de la igualdad, el de la no discriminación. Frente a ello, en el Senado escuchamos cómo un legislador tachaba a otro de nazi. Todos somos conscientes de que el nacionalsocialismo fue uno de los horrores más grandes por los que debió atravesar el hombre, estamos de acuerdo en que no constituye una expresión feliz. También una senadora recibió una denuncia en el Inadi, Instituto Nacional contra la Discriminación, en virtud del discurso que expresó en contra del matrimonio homosexual. Ambos son ejemplo que dejan a las claras cómo la libertad de pensamiento, de opinión, la no discriminación, son derechos que se defienden no a favor de todos: no hay igualdad, muchos o pocos no somos respetados en nuestras convicciones más íntimas.

No hay reglas claras, no es posible una convivencia armoniosa. Si hay pluralidad, que se respete toda.