Prefirió la justicia a la venganza

Condenan a instigador de un crimen señalado por la madre de la víctima

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Emanuel Avila, el condenado por el asesinato de Carlos de la Cruz.

Foto: Télam

Dieron 15 años de cárcel al mentor de la muerte de un joven cuya madre lo buscó, lo encontró y entregó a la policía.

DyN

La Justicia condenó a 15 años de cárcel al acusado de haber instigado el crimen de Carlos Nelson de la Cruz, un muchacho que fue asesinado en una plaza y cuya madre se infiltró en el mundo de la bailanta para atrapar a los asesinos.

“Ahora sí siento tranquilidad”, dijo Josefina Medina, madre de la víctima, luego de escuchar la sentencia y mientras aguarda el pronto juicio de Roberto Fernández, acusado de ser el autor material del homicidio.

Medina aseguró además que otras mujeres deberían seguir su ejemplo de salir a buscar a los asesinos: “Si esperan que esto se resuelva, los asesinos no van a llegar nunca adonde tienen que estar. Yo ahora sí siento que cumplí como madre”.

Hoy, el acusado de haber instigado el crimen, Emanuel Avila, de 21 años, prefirió no estar presente cuando el secretario del Tribunal Oral Criminal 6 de Morón leyó el veredicto.

La Fiscalía había reclamado 20 años de cárcel pero los jueces lo absolvieron por el delito de tenencia de arma de guerra y lo encontraron partícipe del homicidio, mientras que también lo responsabilizaron por un robo ocurrido un año después del crimen de De la Cruz.

El hecho ocurrió el 24 de abril de 2008 en Libertad, partido de Merlo, cuando Carlos Nelson de la Cruz, su hermano y tres amigos estaban en una plaza de esa localidad y se acercó hasta ellos un auto Volkswagen Polo verde.

Según se reconstruyó en el juicio oral, uno de los ocupantes del vehículo, que resultó ser Avila, le dijo a su compañero “tirales, tirales” y su cómplice cumplió.

Avila y De la Cruz habían peleado días antes y el ahora condenado lo había amenazado, según contó en el juicio oral el hermano de la víctima. De acuerdo a los testimonios reconstruidos en el debate oral, Avila “tenía un arma nueve milímetros” con la que habría intimidado a los jóvenes de la plaza e hizo arrodillar a uno de sus amigos de De la Cruz.

En ese momento los otros jóvenes salieron corriendo, a raíz de lo cual se escucharon los disparos y De la Cruz cayó gravemente herido hasta que murió días después en el hospital, mientras que los sospechosos huyeron.

Josefina Medina sabía quién había matado a su hijo y al enterarse un año después de que Avila solía ir a una bailanta de Rafael Castillo (La Matanza) comenzó a ir como una clienta más, disfrazada con una peluca, para localizarlo y avisarle a la policía que lo detuviera.

La mujer recordó: “Era mi decisión encontrarlo, iba a hacer cualquier cosa para encontrarlo. Lo odio con toda mi alma porque me destruyó la vida. En la cárcel me va a pagar lo que me hizo. Pero ahora falta Fernández. Para él pido perpetua porque no sólo mató a mi hijo, sino porque tiene muchas causas más”, dijo.

Cuando le preguntaron si al tenerlo cerca al hombre que había atacado a su hijo no se tentó con la venganza por mano propia, Josefina respondió: “Pensé muchas veces en hacerle daño pero yo también tengo hijos más chicos”.