Diego García, de vacaciones
“Quiero disfrutar mi primer hijo en familia”
El escolta del Valladolid dio su punto de vista sobre diferentes temas atinentes al básquetbol español y, en especial sobre su desempeño.
Marcelo Mendoza
Tras una intensa participación con el Blancos de Rueda de Valladolid en la Liga ACB del básquetbol de España, Diego Damián García disfruta del receso en nuestro medio, más precisamente en Sauce Viejo, acompañado de su esposa Silvana y su hijo Damián, que acaba de cumplir cinco meses de vida.
—¿Cómo es la Liga ACB?
—Es muy competitiva, con equipos muy poderosos; sobre todo económicamente, lo que les permite su fortalecimiento para luchar bien arriba en las posiciones. Es una Liga muy difícil y competitiva. Por los problemas económicos que tuvo Europa, toda España no fue ajena a la situación, y en el básquetbol hubo recortes. Pero en los equipos donde más se sintió fue en los de mitad de tabla para abajo. Hoy por hoy, Valladolid se está armando con mucho sacrificio. También con jugadores que vienen del ascenso. La prioridad que tuvo el club, en la pasada temporada fue mantener la categoría y, en la que se avecina lo será también.
—¿Qué variaciones sentiste respecto de la Liga Leb y la ACB en el juego y organización?
—La Liga Leb está bien organizada y es dura, como si fuese un TNA argentino. En la Liga ACB se juega mucho con el físico; los jugadores tienen mayor porte, son más altos. Se me hace muy difícil hacer mi juego ofensivo, principalmente penetrar. Al igual que en la del ascenso se estudia mucho al rival. La ACB es una de las mejores ligas del mundo y, de hecho, muy interesante.
El nuevo equipo
—¿Te costó adaptarte?
—Cuesta siempre, pero lo más difícil es cuando se cambia de equipo, con compañeros y entrenadores nuevos. Y a todo esto, dar un saltito de calidad. Cuando el entrenador te comienza a conocer, confía más en vos, uno empieza a estar más tranquilo, también. En el inicio uno se apura para que las cosas salgan bien y mostrar todo lo que sabe. Esto, a veces, obra en contra. Mi principal arma es la explosividad, las salidas rápidas y penetraciones, a esto le agregué los cambios de ritmo. También hay que hacer una pausa, penetrar y descargar afuera o adentro. Hay que aportar cada vez más en defensa, ayudar y quitar pelotas. Aprendí muchas cosas pero también me he equivocado. El entrenador me pedía lo que sabía hacer en el ascenso, salidas rápidas y penetración, que tenga ese descaro que siempre tuve. Hay que hacer un poco de todo para rendirle al equipo.
—¿Cómo te trataron tus nuevos compañeros y la ciudad?
—Los compañeros que tuve fueron excelentes, máxime con dos muy buenos conocidos como Federico Van Lacke y Víctor Baldo. La gente, fenomenal; era un público que estaba acostumbrada a ver básquetbol de primer nivel, de ACB y por una temporada tuvo que pelear el ascenso, no sabía cómo me iba a recibir. En esta temporada, nos apoyó muchísimo. Sabía que era un equipo que iba a pelear el mantenimiento de la categoría. Nosotros trabajábamos muy intensamente durante la semana y eso los simpatizantes lo veían. En los partidos, por más que perdíamos, el equipo dejaba todo en la cancha. La gente supo ver esto y la realidad del club. En un momento, llegamos a estar octavos pero, después, tuvimos una mala racha de perder ocho partidos al hilo y estar abajo. Finalmente, salvamos la categoría varias fechas antes que termine el campeonato. Logramos el objetivo.
—¿Seguís en Valladolid?
—Sí, firmé contrato por un par de años más, porque me pareció buena la propuesta; se armará un equipo igual al del año pasado. Por el momento, seguirán cuatro jugadores y se está viendo la contratación de otros. Por el momento, el mercado de pases está un tanto parado. Se espera un poco para ver qué pasa con los que están arriba. Esperamos que se arme un equipo competitivo que tenga química y, después, pelearla.
