Llegan cartas

El niño es...

Belkis Escudero

El niño es / capullo en el rosal / que espera.// Jazmín tímidamente amanecido.// Cristal / que vibra y canta./ Su llanto / es nube pasajera.// Manitas / que piden y acarician.// Montoncito dulce / de hoy y de mañanas.// En su tibieza de nido / envuelve la existencia / iluminando el presente / con su intacta / y mágica inocencia.

Agradecimiento

Juan Carlos Sabotig.

Señores directores: Hijos de Telma Guadalupe Vernazza Vda. de Sabotig agradecen la eficacia y contracción al trabajo de los profesionales médicos, enfermeras y todo el servicio de la guardia del hospital José María Cullen (Shock Room) y al servicio de emergencia del Cobem, que debieron asistir a nuestra querida madre en circunstancias de una fuerte descompensación física, dándonos contención y demostración de sus grandes valores humanos.

Latiente corazón argentino

Zunilda Ceresole de Espinaco.

Señores directores: Invisible como el viento, se ha refugiado en el alma con la luz esplendente de la historia, el festejo del Bicentenario de nuestra Patria y la sonrisa asoma como en sueño de amor y de poesía.

Erguido sobre las tumbas del pasado, venciendo a la muerte y al olvido; encarnado en los relatos de los abuelos; oyendo voces gemir acusadoras con el ¡ay! de sus dolores clamando por el abandono; en los fértiles valles, en las verdes llanuras, en las intrincadas selvas, en las salvajes cumbres donde el cóndor anida, en los antárticos hielos, en los ríos peregrinos, en las usurpadas Malvinas, en la vida cotidiana, en los sueños y esperanzas, en la evocación de los nombres que el granito, el mármol y el bronce acuñaron; en las sentidas estrofas y la armoniosa y solemne música del Himno; en el trémulo flamear de la bandera; en la simbología precisa del escudo; en la distintiva escarapela, el espíritu de argentinidad ostenta su intrínseca filiación.

En este año del Bicentenario, bajo la protección de la Providencia propongámonos unidos por el invisible hilo de la pertenencia a la tierra en la que hemos nacido, exentos de egoísmo: defender la justicia, combatir por el que sufre, conformar un ideal sublime y caminar con firme planta hacia el bien de la Patria.