Estaba alojado en un hotel

Secuestrador prófugo detenido en Entre Ríos

De la Redacción de El Litoral

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La detención de un santotomesino de 38 años con pedido de captura, abre una nueva posibilidad para dar con los autores materiales del secuestro extorsivo del hijo de un empresario santotomesino, por el que se pagó alrededor de $ 100.000 el 30 de diciembre de 2008.

La policía de Entre Ríos lo atrapó en un hotel de la ciudad de Gualeguaychú y notificó a sus pares santafesinos para que lo fueran a buscar. Según se supo, Sergio Ceferino V., tiene familiares viviendo en ese lugar, por lo que no se descarta que haya estado allí escondido durante el lapso que duró la investigación.

Mediante un exhorto de la Justicia penal santafesina, una comisión de las Tropas de Operaciones Especiales viajó a Entre Ríos a buscarlo y lo trasladó a Santa Fe, donde se esta mañana iba a ser indagado.

La imputación que le cabe a Sergio V. es la misma que le atribuyeron a Daniel Vicente Krenz, alias “Pichón”, de 27 años, que fue procesado como “partícipe principal de secuestro extorsivo”.

La banda

Krenz era un conocido de la hermana de la víctima, y según entendió el juez de Instrucción Diego Andrés De la Torre que fue quien dictó el procesamiento, se aprovechó de sus vínculos para conseguir información de los movimientos de la familia.

Con respecto a una pareja que se vio involucrada en el delito, una mujer de Sauce Viejo, de 40 años y un muchacho de 21 -éste último sobrino del capturado-, recibieron la falta de mérito primero y luego fueron sobreseídos en la causa.

Al cabo de la investigación policial-judicial, que duró un poco más de un año, el juez De la Torre pudo acreditar que Krenz negoció la información obtenida en casa de la víctima con terceros, que en realidad fueron los que consumaron el secuestro.

El muchacho de 21 años fue reducido por tres hombres la noche del 29 de diciembre de 2008 en inmediaciones de Los Aromos, en Sauce Viejo. Una semana antes había comenzado a mensajearse con una chica apodada “Flopy”, con la que supuestamente se iba a encontrar aquella noche.

Las llamadas extorsivas a la casa del cautivo fueron la punta que le permitió a los investigadores realizar entrecruzamientos, hasta dar con los titulares de las líneas utilizadas para consumar el secuestro.