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nuevas historias, la republicación de la historieta original como tira diaria en tiempo argentino y una película todavía en veremos, son las novedades sobre el eternauta.

Las muchas vidas de El Eternauta

En múltiples continuaciones y formatos, la obra capital de Oesterheld y Solano López sigue en plena vigencia. En el Día de la Historieta -en homenaje a su aparición en 1957-, un informe y la opinión de expertos.

TEXTOS EMERIO AGRETTI

 

Cuando Juan Salvo escapa de una Buenos Aires invadida, en 1959, en un proceso que arroja a su esposa y su hija a un lugar indefinido en el tiempo y el espacio, y lo proyecta a una búsqueda interminable, quedó claro que la historia de El Eternauta -aún con su estructura circular perfecta, no terminaba allí. Y de hecho, más allá de sus violentamente truncadas posibilidades, la intención del escritor Héctor Germán Oesterheld era la continuidad de las aventuras del personaje, como él mismo alcanzó a demostrar.

A saber: en 1962, Oesterheld continúa al personaje desde su revista “El Eternauta”, con dibujos de Schiaffino, Lobo, Farther, Muñoz, Durañona y Spadati. Los primeros números cuentan historias que Salvo presenció; Pompeya e Hiroshima entre otros. Pero desde el 6 recomienza la historia de la invasión a la Tierra. Salvo se reencuentra con uno de los resistentes (Favalli), pero ahora es el Norte el que comienza a organizar una resistencia y Nueva York es destruida, en un episodio que quedó inconcluso.

En 1969 la revista “Gente” publica una revisión de la saga original, con dibujos de Alberto Breccia y un mensaje mucho más directo del guionista, donde los EEUU son cómplices del invasor. Aparentemente a pedido del público, la revista suspendió la publicación.

En 1976 la revista Skorpio publicó la segunda parte de El Eternauta, por Oesterheld/Solano López, ambientada en un futuro donde los invasores han dominado el planeta, y el protagonista ha adquirido poderes especiales. Mientras tanto, su creador muere asesinado en un centro clandestino de detención del proceso militar.

En 1983 aparece en Italia y con guión de Alberto Ongaro la tercera parte de la historia. Los dibujantes son Mario Morhain, Oswal y -en los rostros- Solano López. Es considerada una historieta de ciencia ficción más, apta para el consumo internacional. También, al igual que la segunda parte, fue recopilada en tomo en nuestro país.

En 1997, “El Eternauta: El Mundo Arrepentido” muestra una nueva incursión intergaláctica de El Eternauta, con dibujo de Solano López y guión de Pol; dupla que seguirá luego las continuaciones “oficiales”, con “El regreso”, “La búsqueda de Elena” -editados en fascículos y luego recopilados en tomo- y el cierre de la historia, todavía inédito: “El fin del mundo”.

En el interín, el propio Solano López auspició una colección de aventuras paralelas de El Eternauta, comenzando con la propia “El mundo arrepentido”; siguiendo con una revisión de “Odio Cósmico” en tomo (Pablo Muñoz-Walther Taborda, sobre guiones iniciales de Ricardo Barreiro para un comic book inconcluso) y terminando, por ahora, con “El perro llamador” (ver aparte). Esperan turno, además de “El fin del mundo”, la adaptación en historieta de la novela de 1962 que Oesterheld escribió como continuación directa de El Eternauta 1 y “La resistencia”, con guión de Juan Sasturain y el dibujante Solano López asumiendo el rol de narrador-personaje que Oesterheld se reservó en el original, y que luego -entre el homenaje y el descaro- fuera replicado por Barreiro, Muñoz y compañía en “Odio Cósmico”.

JUEGO ABIERTO

A pesar de lo afirmado en las primeras líneas de esta nota -y de las lógicas expectativas que despierta cada emprendimiento-, no todos están conformes con que El Eternauta haya tenido continuaciones, y muchos puristas pusieron el grito en el cielo. No es el caso de Mariano Chinelli, uno de los mayores especialistas en la obra y responsable, además de varias publicaciones y eventos referidos a ella, de la página web Continuum 4.

“Más allá de que haya muchos lectores que ven como válida solo la obra original de Oesterheld y Solano López (1957/1959), yo respeto la opinión, pero no la comparto. Primero, porque como cuenta Solano López, el propio Héctor tenia pensado continuar con las aventuras del personaje. Un proyecto que quedó trunco a fines de los años “50. Pero incluso fue el mismo Héctor quien luego escribió un par historias con el eternauta como protagonista, también intentó novelizar la versión original, y hasta incluso se animó a readaptarla para hacer una remake para la revista Gente. En su mente, en su imaginación, Oesterheld nunca abandonó al eternauta en la primera historieta”, sostiene, en comunicación con Nosotros.

A esto, Chinelli agrega el innegable atractivo de la idea, “porque la misma historieta original abre el juego a todo un universo literario e historietístico mucho mas extenso. Y la posibilidad de que en estas nuevas historias también participen otros autores, me parece, solo ayuda a enriquecer aún más ese universo”.

LA CANONIZACIÓN

Desde la Universidad de Córdoba, Roberto Von Sprecher -autor de varios ensayos académicos sobre la obra de Oesterheld- alude a los efectos de la “canonización” de la primera parte de El Eternauta, explicada en términos de consagración definitiva, construida a largo plazo y más allá del éxito inicial.

“Este es un caso particular. Fue reconocido durante su primera publicación por el público, por los lectores, cuando fue editado en cortas entregas entre 1957 y 1959. El reconocimiento de los lectores implicó ventas y por lo tanto reconocimiento del mercado. Esto normalmente no implica autonomía y abre al peligro de lo efímero. Sin embargo, el prestigio dado por los lectores fue sólido y comenzó a correr boca en boca, como comenzó a correr entre los creadores de historietas guionistas y dibujantes. El hecho se repitió cuando Editorial Ramírez la reeditó, en tres tomos, a principios de los sesentas. Pero luego pasaron más de quince años sin que la obra fuera publicada y, sin embargo, durante esos años El Eternauta Primera Parte comenzó su camino de consagración más sólida, recordada y rememorada por creadores, lectores y críticos. “Hubo gestos de reconocimiento provenientes de fuera del campo de la historieta, como ocurrió en la Bienal Internacional de historietas realizada en Buenos Aires en 1968, donde el reconocimiento a Oesterheld y a su obra venía del campo del arte y otros, posteriores, provenientes del campo de la historieta en particular a través de las columnas que Trillo y Saccomanno publicaban en las revistas de Ediciones Record, parte recopilada en su Historia de la Historieta Argentina en 1980”, sostiene Von Sprecher.

El estudioso agrega que las republicaciones encontraron lectores que las esperaban y otorgaron a la obra, nuevamente, el reconocimiento del público, del mercado y de la crítica. Sin embargo, el reconocimiento definitivo vendría con el regreso de la democracia, cuando a la valoración aquella larga historieta se sumó el conocimiento público del martirio de su autor y el de sus cuatro hijas.

Von Sprecher remarca que la segunda parte El Eternauta, con guiones de un Oesterheld militante y clandestino, mostró un modelo de sociedad y una visión del mundo muy distinta a la de la primera parte, y no tuvo el reconocimiento y la consagración de aquélla, que se acrecentó desde la vuelta de la democracia. Y encuentra en 2007 la canonización oficial, al cumplirse treinta años de la desaparición de Oesterheld y 50 del comienzo de la publicación de la primera parte, con el punto culminante que pase a ser una obra recomendada en las escuelas.

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+ información

http://historietasargentinas.wordpress.com

http://www.portalcomic.com/columnas/continum4

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El dibujante Francisco Solano López, impulsor de las nuevas historias.

MODELOS Y VALORES (*)

¿Cómo se construye el enemigo en la primera parte de El Eternauta?: prima una especie de mirada antropológica. Dicha mirada implica un relativismo cultural que sirve para comprender al otro en los términos de su propia cultura, incluyendo a los enemigos. El enemigo central se diluye en su abstracción, el mal es condensado en los indefinidos Ellos y no encuentra explicación. En el esquema valorativo pre-montoneros de Oesterheld, en su mirada antropológica, el mal resulta inexplicable y su visión del mundo es la de una resistencia democrática, combatiente, en acción.

En El Eternauta Segunda Parte, a pesar de ser publicada por una editorial comercial como Ediciones Record, aparece más claramente la figura de la vanguardia guerrillera. El Eternauta, el que fuera Juan Salvo, se convierte en suprahumano que actúa como líder mesiánico que no duda en sacrificar la vida de sus compañeros de combate; los medios para alcanzar el objetivo de derrotar a los extraterrestres, que ahora son una clara representación de la dictadura.

El Eternauta ha adquirido poderes extraordinarios, cuyo origen no se revela, para funcionar en la historia como un vanguardista iluminado que siempre tiene la razón y a quien no queda otra posibilidad que seguir. Emite órdenes y exige que los demás obedezcan. Germán Oesterheld como personaje- es arrastrado y utilizado por el Eternauta en sus planes, la mayoría de las veces sin recibir explicaciones. ¿Es ese el tipo de relación que Oesterheld, en su militancia, aceptó de la cúpula de Montoneros? Todo indica que sí y en esa aceptación implicó el martirio inútil.

El cambio más radical en la modelización de valores entre la primera y la segunda parte lo constituye la relación medios-fines que argumenta y aplica el Eternauta (...). Se verifica un modelo según el cual un nuevo orden social puede ser impuesto si se sigue a una vanguardia iluminada, que tiene conciencia y el poder necesario para luchar y vencer, sin importar los medios. El modelo que sigue al triunfo sobre el invasor es la versión del socialismo montonero con el progreso basado en la industrialización.

La obra de Oesterheld que ha resultado canonizada, y eso es un mérito de muchos, no es la segunda parte sino El Eternauta Primera Parte, aquella en la que encontramos un modelo que se basa en la decisión democrática grupal y el conocimiento como base de superar las dificultades y a los enemigos.

(*) Roberto von Sprecher (Universidad Nacional de Córdoba).

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Nuevas historias

Las últimas noticias de las aventuras del Eternauta que han tenido sus lectores provienen del libro “El perro llamador y otras historias”.

La historia central, que da título al volumen, registra varias particularidades. En primer lugar, que fue escrita hace más de 20 años por el guionista Sergio Kern, a pedido de Solano López, quien por entonces llegó a dibujar solamente el primer capítulo. Ese capítulo se publica aquí, más otros tres en los que desfila, sucesivamente, el arte de Salvador Sanz (Nocturno), Cristian Mallea y Enrique Santana, cada uno con su propio estilo, pero inscriptos en una línea “clásica”.

Las dos historias que completan el libro tienen interés por distintas razones. Una, guionada por Toni Torres y dibujada por Sergio Mulko, narra un hipotético encuentro entre El Eternauta y Gilgamesh, el inmortal. La historieta supera varios lustros de rivalidad entre dos concepciones -más comprometida y de autor una, más distractiva y comercial la otra; lo que no implica en todos los casos definiciones de calidad-, que llevaron al desprecio de muchos sectores intelectuales hacia la producción de la editorial Columba (D’Artagnan, El Tony, Nippur Magnum).La restante y mucho mejor está firmada por el muy interesante Mauro Mantella y firmada por el prócer Quique Alcatena, aunque esta vez sólo le puso la firma al dibujo de uno de sus ayudantes, Ariel Rodríguez Migueres. Con todo, “La balada de los gurbos” aporta una luz inesperada y conmovedora sobre la tragedia de los paquidérmicos monstruos que arrasaban Buenos Aires en el primer Eternauta.