Jornada de reflexión en la escuela República del Perú
Los alumnos dicen “basta” a la inseguridad
Analizaron el episodio en que resultó baleado su profesor y pusieron sus sentimientos en un afiche. Fue un trabajo propuesto por profesionales del Ministerio de Educación.

“La escuela nos prepara para muchas cosas pero no para ésto”, dijo un grupo de 4to y 5to año que conversó con El Litoral. Foto: Guillermo Di Salvatore
De la redacción de El Litoral
“No queremos que esto ocurra nunca más; le queremos decir basta a la violencia y la inseguridad”. La expresión de repudio nació de los propios alumnos de la escuela secundaria República del Perú de Santo Tomé, donde ayer fue baleado el profesor Gustavo Medrano mientras estaba dictado su clase de Educación Física a un grupo de estudiantes.
Tras el conmocionante episodio, la escuela no se paralizó. Todo lo contrario: hoy dieron presente la mayoría de los alumnos, que suman 1.400 en total. “La escuela está abierta porque es un espacio de contención muy fuerte, y tiene que demostrar que la fortaleza y el poder lo tienen las instituciones educativas, no los de afuera”, fundamentó Nancy Colomba, directora del establecimiento, quien aclaró que sólo se suspendieron las clases de educación física.
Profesionales del Ministerio de Educación trabajaron desde temprano con los distintos cursos sobre este hecho de violencia que sacudió a la comunidad escolar. La propuesta era simple pero efectiva: que los adolescentes hablen de lo ocurrido, que expresen sus sentimientos a través de láminas y los compartan con sus compañeros, que no se queden con la angustia adentro.
“Fue muy feo porque el profesor es una excelente persona y porque esto no pasa nunca acá. Es una escuela donde estamos muy contenidos y que nos hace participar siempre de proyectos”, resumió la joven Katia Beloso.
A su lado, Florencia Tello comentó que se sintió “impactada” por el episodio protagonizado por una persona ajena a la institución que ingresó al campo de deportes y efectuó tres disparos, uno de los cuales hirió gravemente al profesor. “No podemos estar seguros ni siquiera en nuestra escuela”, expuso la chica de 16 años, que dijo sentir “bronca” y “miedo”.
Otra estudiante sostenía un dibujo de la escuela amurallada. Florencia Sweiser explicó que su equipo quiso dar el mensaje de que “al final somos todos presos de la sociedad que estamos viviendo. En general, hay mucha violencia, en cualquier lugar hay gente drogándose, la seguridad no funciona como debería y terminamos pagando nosotros las consecuencias. Cualquiera de los alumnos podría haber recibido esa bala”.
Mensaje de esperanza
“Con los chicos tratamos de encauzar lo vivido no desde la destrucción sino desde la construcción y la esperanza. El 80% de los mensajes de los chicos era esperanzador. Decían: nos duele, nos conmueve pero creemos que junto podemos, tenemos esperanzas de que el mundo puede cambiar”, sostuvieron Patricia Leiva y Marta Paillet, del Trayecto de Formación -del Ministerio de Educación- que entrena a docentes para que éstos activen a los jóvenes a que piensen y sean partícipes de sus propios proyectos de cambio social.
Admitieron que el impacto sobre el estudiantado de un hecho de estas características siempre es importante, pero aseguraron que esta escuela en particular viene trabajando con los distintos programas ministeriales y que “tiene herramientas para afrontar mejor lo sucedido”.
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