El debate por la comisión evaluadora

Los pubs, otra vez en medio de la polémica

 

Luciano Andreychuk

[email protected]

Un proyecto de decreto enviado por el Ejecutivo municipal reinstaló ayer la discusión sobre un tema que parecía de momento cerrado con el último veto del intendente. En una nueva sesión del Concejo, el interbloque oficialista pretendió tratar y aprobar una iniciativa que proponía la conformación de una comisión encargada de evaluar figuras jurídicas para pubs y comedores con espectáculos bailables. La idea: comenzar a definir un encuadre normativo más específico para la actividad de estos locales, en el marco de la emergencia nocturna.

Se proponía que la pretendida comisión estuviese conformada por un concejal por cada bloque, y un representante por las secretarías de Planeamiento y de Control, sin los empresarios de estos locales. Además, buscaba abrir un mecanismo participativo que involucrara a los actores involucrados con el tema, un espacio que permitiera obtener datos, opiniones, propuestas. El proyecto no se trató sobre tablas porque no reunió los votos necesarios: la oposición no acompañó, y el proyecto pasó a comisión y se trataría la próxima sesión.

Dos sesiones atrás, el Cuerpo había aprobado sólo con los votos opositores una prórroga de 18 días para el funcionamiento de estos locales nocturnos, y la creación de una comisión conformada por representantes del DEM, pero también de empresarios vinculados con estos locales nocturnos. La ordenanza sancionada fue vetada por el Ejecutivo, al día siguiente, sin demoras.

Para los ediles opositores, el proyecto de decreto del Ejecutivo que no se trató ayer “hay una clara contradicción”. Para los oficialistas, la propuesta es “coherente, más amplia y participativa”. Lo cierto es que aparecen dos formas de interpretación del tema opuestas en extremo: entre una primera comisión “de la oposición” (vetada por el intendente) y la actual comisión “oficialista” (pretendida por el Ejecutivo, rechazada ayer por la oposición). Hay dos posiciones encontradas, y un tira y afloje político en el que nadie quiere ceder. De tan politizado, el conflicto de los pubs y comedores bailables hace agua y se diluye en la mera contienda política antes que en el consenso, la conciliación y la acción propositiva.