Pablo Trapero en San Sebastián

“Cualquier situación dramática es violenta por definición”

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El director está en la ciudad vasca cumpliendo dos roles: miembro del jurado y presentador de su película. Aquí, junto a su esposa Martina Gusmán.

Foto: EFE

El director argentino es miembro del jurado del Festival de Cine y estrenará comercialmente en España su última producción, “Carancho”.

 

De la redacción de El Litoral

El argentino Pablo Trapero divide su estancia en el Festival de Cine de San Sebastián entre su labor como miembro del jurado oficial y la presentación de “Carancho”, su último filme que, protagonizado por Ricardo Darín, vuelve a ser violento porque “cualquier situación dramática lo es.

“La impotencia de un personaje que no puede cumplir sus deseos porque la realidad no se lo permite crea agresividad. Y el enfrentamiento de la fuerza A contra la fuerza B de un curso básico de teatro busca el choque violento”, explica Trapero, que estrenará “Carancho” el próximo viernes en España.

Precedida por su paso por el Festival de Cannes, en Francia, y el éxito comercial en la Argentina, “Carancho”, que significa buitre, conecta con la “animalidad” encerrada en la cárcel femenina de “Leonera”, su anterior filme, y vuelve a estar protagonizada por su esposa, Martina Gusmán.

Esta vez, el rey del zoológico es Ricardo Darín, que afronta un papel atípico en su trayectoria: el de un abogado que “buitrea” los accidentes de tráfico para ofrecer sus servicios -presionar a las aseguradoras- a las víctimas a cambio de una jugosa comisión.

“No es algo muy conocido, pero sucede en la Argentina. Es claramente una ficción, aunque resultante de una realidad a la que esta película arroja un poco más de luz”, explica el cineasta, para quien “Carancho” es su sexto filme.

Sobre una premisa tan sangrienta y amoral condenada al conflicto, Trapero da el giro hacia la historia de amor del personaje de Darín con una médica de principios inquebrantables interpretada por Gusmán.

Éxito de taquilla

Y de esta combinación ha resultado el primer éxito de taquilla del director, hasta ahora más destacado en los circuitos festivaleros que en los índices de popularidad.

“Ha sido una sorpresa, porque parece que la gente no necesariamente va al cine a encontrar un tratado, un debate o una denuncia. Pero se ha animado a una película de mucha intensidad, que se lanza al vacío y que, como decimos en la Argentina, sacude el avispero”, señala.

¿Será el efecto Darín? “Sin duda ha tenido que ver”, reconoce el director, que siempre pensó en él para este papel que, en cambio, rompe con la imagen que ha prodigado en cintas como “El secreto de sus ojos” o “El hijo de la novia”.

“Cuando hablé con Ricardo hace dos años, estaba a punto de rodar con Campanella, pero desde muy temprano se comprometió con nuestro proyecto” y comulgó con la idea fundamental: no juzgar al personaje.

Esta práctica, presente siempre en el cine de Trapero, contrasta con su tarea de juzgar ahora las 15 películas de que componen la Sección Oficial del Festival de San Sebastián (norte de España) para ganar la Concha de Oro.

“Siempre es complicado ser jurado, pero tengo que reconocer que me encanta. Si no fuera por este tipo de convocatorias, no encontraría la manera de ver cuatro o cinco películas al día”, concluye.