AL MARGEN DE LA CRÓNICA

Somos los piratas

La noticia es simple y directa: la cadena de videoclubes estadounidense Blockbuster se declarará oficialmente en bancarrota en los próximos días. ¿Los motivos para semejante decisión? El gigante del alquiler de películas con fines domésticos está afectado por la crisis y la piratería.

Según informó el Wall Street Journal, la cadena norteamericana podría acogerse al amparo del capítulo 11 de la ley que regula la bancarrota empresarial en EE.UU., un recurso que protege a las compañías de los pagos pendientes a los acreedores para permitirles realizar ajustes y superar los problemas financieros. Actualmente, Blockbuster arrastra una deuda superior a 900 millones de dólares y atraviesa por serias dificultades para obtener liquidez.

Durante los últimos años, Blockbuster tuvo que cerrar centenares de establecimientos de su cadena en varios países debido a una fuerte caída de ingresos motivada por la piratería así como un cambio en los hábitos de consumo, del alquiler del DVD físico a la distribución en Internet.

Ésa es la información que afecta a una de las empresas mejor desarrolladas en torno del entretenimiento hogareño con el alquiler de películas. Antes, Blockbuster había superado con éxito el cambio de formato cuando se anunció la desaparición del sistema VHS para pasar al DVD. Pero ahora, increíblemente, en el país que es cuna de la defensa de los derechos de autor, la piratería caló en lo profundo del negocio y se observa cómo un gigante cae, al parecer, malherido y tratando de sostenerse de algún modo.

Indudablemente, el intercambio de filmes en la web ha provocado esta situación a la que no es ajena nuestro país. El intercambio indiscriminado de archivos de música y de video ha provocado no la desaparición de un gigante sino la imposibilidad de sostenerse de muchos de los viejos negocios dedicados al alquiler que han prestado -con éxito- sus servicios durante años. También se han reducido a un pequeño y selecto grupo las casas que aún se empeñan en vender música por “derecha” cuando en la puerta o en la esquina en la que funcionan, algunos improvisados puestos ofrecen casi de todo a valores ridículos.

Y dentro del panorama nacional, Santa Fe se ubica como una de las capitales de la copia “trucha” que se extiende, casi sin control, por todas partes, inundando la puerta de los supermercados, esquinas del microcentro, plazas y paseos o directamente algunas veredas anchas de las avenidas más transitadas. Si Blockbuster cayó, es muy probable que el problema sea mucho más grave en nuestra zona, pero no se perciben acciones concretas por parte de las autoridades que tienen el poder de policía sobre la piratería.