Reflexiones de un líder social

“Recuperar la Argentina de M’hijo el dotor”

Héctor “Toty” Flores es uno de los fundadores del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD). Fue orador durante el último Congreso Nacional CREA, donde valorizó el rol del campo para restablecer la cultura del trabajo y la movilidad social ascendente en el país.

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Rebelde.“Creo que lo que nos distinguió como movimiento fue no haber aceptado los Planes Trabajar, con lo cual empezamos un tránsito de búsqueda de nuestra dignidad”, definió el integrante del MTD La Matanza. Foto: Gentileza CREA

 

Juan Manuel Fernández

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Enviado Especial a Córdoba

Cuando la necesidad lo obligó a dejar su pueblo natal con sólo 17 años ni se imaginaba los desafíos que la vida le depararía en el conurbano bonaerense. Y mucho menos que nuevas carencias lo impulsarían a recorrer un camino de liderazgo social que lo depositaría, con los años, en una banca como Diputado de la Nación.

Mientras vivió con su madre en San José de Feliciano, provincia de Entre Ríos, Héctor “Toty” Flores se ganó la vida como canillita vendiendo diarios y revistas. Ya en Laferrere, partido de La Matanza, se empleó como obrero metalúrgico, oficio que desarrolló hasta que la “reconversión productiva” lo dejó en la calle en 1995. Ese fue el punto de inflexión; el inicio de un camino de transformación personal y colectiva que se plasmaría primero en la lucha piquetera por la recuperación del trabajo y luego en la creación de la cooperativa La Juanita, ámbito en el que se desarrollan infinidad de iniciativas productivas, desde editoriales, de panificación o costura.

“Creo que lo que nos distinguió como movimiento fue no haber aceptado los Planes Trabajar, con lo cual empezamos un tránsito de búsqueda de nuestra dignidad que de alguna manera habíamos perdido cuando nos quedamos sin trabajo”, señala el actual legislador por la Coalición Cívica e integrante del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) de La Matanza.

En esa búsqueda, los integrantes de La Juanita aprendieron a relacionarse en redes, a vincularse con otros actores con quienes complementarse sobre la base del espíritu de superación y la confianza; a construir “capital social”, como se le dice ahora. Por ejemplo hace unos años se asociaron con el diseñador de modas Martín Churba y desarrollaron el programa “Pongamos el Trabajo de Moda Para Siempre” que derivó, entre otros resultados, en una exportación a Japón de guardapolvos confeccionados en los talleres de la cooperativa.

Otra de las sólidas relaciones se construyó con el Movimiento CREA, entidad que invitó al MTD a participar de su Programa Líderes. A partir de entonces se generó un robusto vínculo y “los piqueteros” pasaron a mezclarse entre los oradores de los últimos dos congresos nacionales de la entidad. En el más reciente, realizado los primeros días de septiembre en Córdoba, Héctor “Toty” Flores fue el referente social que integró el panel “El rol de la empresa en la sociedad”. En diálogo con Campolitoral, aseguró que “hay salida” para la Argentina, pero sólo será posible “si uno se para desde la dignidad y encuentra otros que lo acompañen, como en este caso los sectores empresariales del campo que están buscando también un país distinto al que estamos acostumbrados”.

—¿Últimamente se ha estigmatizado al campo; qué ve de positivo en este sector un dirigente de su extracción social?

—No solamente al campo, sino que el discurso dominante en los últimos tiempos ha sido el permanente enfrentamiento entre un sector y otro. Fijesé que casi todos los organismos sociales están divididos: los organismos de derechos humanos, los sindicatos y también las entidades empresariales. Es decir que el discurso del gobierno ha llevado a la división. Tenemos que buscar la posibilidad de que haya sectores donde haya un reservorio moral del país; de la Argentina de “M’hijo el dotor’, de la posibilidad ascendente de algunas clases. Por ejemplo donde los más pobres que veníamos del interior del país y estábamos en la ciudad y conseguíamos trabajo podíamos pensar que nuestros hijos podían ser profesionales. La recuperación de esa historia creo que es la tarea central y en el campo nos parece a nosotros que hay ese reservorio; que hay que ponerlo en juego, como lo hizo la 125 y hay que continuarlo. El campo se transformó en un sujeto social transformador en busca de soluciones para el país. Eso está latente y se expresa, por ejemplo, en este congreso que es casi un milagro: ver alrededor de 5.000 productores que están discutiendo cual es la salida para el sector pero también para el país, en esta Argentina de desesperanza me parece un milagro.

—¿Hoy en lugar de lucha hay diálogo y entendimiento entre los empresarios y los trabajadores?

—Yo creo que hay una búsqueda y ese diálogo tiene que rendir sus frutos. Me parece que hay acciones que van abonando la posibilidad de entendimiento entre argentinos. Y se expresa de múltiples formas. Esta (el congreso CREA) es una; pero también está la superestructura de las entidades que todavía no se ponen de acuerdo. Pero a lo mejor es así el proceso que tiene que darse.

—De todos modos hubo de parte suya un duro llamado de atención al empresariado, al que le pidió más compromiso con la sociedad.

—El empresariado hoy tiene mayor responsabilidad. Es un sector que todavía está usufructuando los privilegios que ha tenido de estar en un país productor, donde el trabajo ha sido una fuente muy importante de generación de riqueza y que hoy tiene que, de alguna manera, comprometerse para devolver eso a la sociedad. Creo que cuando los ciudadanos entendamos que no sólo tenemos que ser individualmente correctos sino socialmente responsables estaremos pensando que otro país es posible.

—Los bolsos para los asistentes al congreso tienen una historia muy particular ¿me la cuenta?

—Este es un emprendimiento productivo que fue encargado a la Cooperativa La Juanita de La Matanza de 5.500 bolsos. Nosotros creíamos que era necesario integrar a otros talleres. Capacitamos a algunos del interior del país, como Concepción del Uruguay en Entre Ríos, San Lorenzo en Santa Fe, Mercedes en Corrientes y uno en Saladillo provincia de Buenos Aires. Asociados todos hicimos el trabajo. Nos decían que desde el punto de vista de la gestión empresarial era una locura porque seguramente no iba a dar ganancia y probablemente perderíamos plata por el costo de los fletes y esas cosas. Pero se nos ocurrió que los productores van a estos pueblos periódicamente y entonces solamente combinamos, con creatividad, para que estos costos sean menores. Y este es el agregado de valor; hoy tenemos un producto que no solamente vale como un bolso sino que es producto de una asociación que está pensando en un país distinto.


El campo se transformó en un sujeto social transformador en busca de soluciones para el país. Eso está latente y se expresa, por ejemplo, en este congreso”

Creo que cuando los ciudadanos entendamos que no sólo tenemos que ser individualmente correctos sino socialmente responsables estaremos pensando que otro país es posible