La presidenta en la ONU


Encendida defensa de la política económica

Dijo que como futura titular del G 77 impulsará la reforma de los organismos multilaterales de crédito y que urge una legislación global respecto de los fondos buitre.

Encendida defensa de la política económica

Cristina Fernández de Kirchner exaltó el crecimiento de la economía argentina, diciendo que fue el más importante en los últimos 200 años. Foto: DyN

 

De la redacción de El Litoral

polí[email protected]

DyN / EFE

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner defendió categóricamente el uso de las reservas para pagar deuda pública durante su discurso ante la 65a. Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, en donde además aseguró que durante el kirchnerismo el país tuvo “el crecimiento económico más importante en sus 200 años de historia”.

La mandataria, primera oradora en esta segunda jornada de Asamblea General, anunció además que en calidad de próxima titular del G-77 (grupo de países en desarrollo) impulsará una “fuerte reforma de los organismos multilaterales de crédito”, los que en su visión “fracasaron en su misión de mantener una economía estable, el bienestar y el empleo” en el mundo.

La presidenta, asimismo, reiteró que “urge una legislación global en materia de fondos buitres, que golpean sin piedad a las economías de los países. Y legislar sobre calificadoras de riesgo, que por ejemplo daban un riesgo muy alto para la economía argentina, cuando se venía pagando deuda rigurosamente desde 2005 sin recurrir a los mercados internacionales”.

Insistió, luego, en una “reingeniería de los organismos multilaterales” de crédito; apuntó a la implementación de “diferentes roles de los bancos centrales” en función de la política de aplicar las reservas en el pago de deuda pública contraída.

El cuidado de la moneda

La jefa de Estado insistió en que las políticas impulsadas desde el denominado Consenso de Washington están “agotadas por fracaso” y enfatizó que “la moneda no se la cuida desde una perspectiva monetarista, sino que su valor está vinculado al crecimiento y a la generación de riqueza” de los países.

Cristina aseveró haber impulsado “un uso inteligente y racional de las reservas, producto del superávit comercial” del país, y aseguró que se evitó salir a pedir fondos al mercado de capitales, porque “resultaba incoherente que el país se endeudara con tasas de dos dígitos cuando tenía reservas suficientes”.

Fernández de Kirchner afirmó que la Argentina, en los ocho años de administración kirchnerista, “tuvo el crecimiento económico más importante de los 200 años que tiene de historia”, al salir de la debacle de 2001-2001, por las “medidas contracíclicas adoptadas” frente a la crisis financiera internacional.

A su vez, sentenció que “la Argentina fue un poco el conejillo de indias de las políticas de los años ‘90”, durante la gestión menemista, y que padeció “en 2001 una crisis muy parecida a la que sacudió al mundo en 2008”, y que sin embargo “con un proyecto propio, con nuestras propias convicciones, y nuestros propios intereses” se salió de esa situación.

En esa línea, la mandataria exaltó que se haya producido “un desendeudamiento como nunca se había visto en nuestra historia”, y apuntó que “la Argentina renegoció el 93 por ciento de la totalidad de deuda”, luego del default declarado a fines de 2001.

9%

Ante el estrado internacional aseguró que el país “creció al 9 por ciento de la actividad económica en los últimos doce meses” y que se redujeron los índices de indigencia y de pobreza a límites antes nunca vistos”.

Fernández de Kirchner también estableció que se realizó un “uso racional de las reservas, que eran producto del superávit comercial”, cuando se decidió, a principios del presente año, aplicarlas al pago de deuda pública, lo que generó rechazo en la oposición y la renuncia del presidente del Banco Central, Martín Redrado. Al respecto, la mandataria recordó que por las divisas del BCRA “nos pagaban el 0,5 por ciento de intereses”, por lo que resultaba “incongruente el endeudarse con tasas de dos dígitos, cuando teníamos reservas más que suficientes” para afrontar los compromisos de 2010, en materia de pagos.

Algunos legisladores opositores de nuestro país van a hablar mal de la Argentina en el exterior; mandan cartas a las embajadas o viajan en misiones oficiales del Foreign Office (Ministerio de Relaciones Exteriores británico) a un país que está ocupando las Malvinas”.

Cristina Kirchner,

ante la prensa refiriéndose a Elisa Carrió sin nombrarla.

/// análisis

Discurso que permanece en el tiempo

Walter Schmidt

La participación de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández ante las Naciones Unidas mantuvo una línea desde el 2003 hasta ayer, pero que conlleva la difícil tarea de mostrar una carta extra que sea escuchada por la comunidad internacional.

Han sido capítulos fijos en la agenda de los Kirchner, en el pomposo estrado de la ONU durante siete años, el reclamo de reformulación de Naciones Unidas y del FMI, el multilateralismo, así como los permanentes planteos por la soberanía de las Malvinas y ante Irán acerca del esclarecimiento del atentado contra la Amia y la Embajada de Israel. En estos dos últimos temas, tal vez los más sensibles para la política exterior argentina, no siempre es sencillo forzar nuevas instancias ante Londres y Teherán.

En el caso inglés, la presidenta intentó despertar la inquietud ambiental, tomando como ejemplo lo que ocurrió en el Golfo de México con el derrame de petróleo por parte de British Petroleum ante las costas de “la primera potencia mundial”, EE.UU., como dijo después.

Y sobre todo, más allá del acto unilateral inglés de permitir esa exploración en Malvinas, aventando el peligro de que las empresas que trabajan en aguas de la plataforma marítima nacional no contarían con el poder económico de BP para hacerse cargo ante un desastre ambiental de esa índole.

Respecto de Irán, recurrió a una fórmula que deslizó el entonces canciller Rafael Bielsa, que convocó uno por uno a los distintos sectores de la comunidad judía en la Argentina para comentarles la idea: “Se podría conseguir que Irán se sometiera a la jurisdicción de los tribunales locales, lo que sería realmente un gran triunfo argentino. O la posibilidad de constituir un tribunal en un tercer país”, decía Bielsa en noviembre del 2003. Sí propuso, como en otras oportunidades, ubicar a la Argentina a la vanguardia de la comunidad internacional en algún aspecto, aunque no siempre contundente.

En esta ocasión, definió a su gobierno como “pionero” en el uso de reservas del Banco Central para el pago de la deuda, que, según dijo, viene siendo considerado por países como la India y por economistas de otras naciones. Se sobreentiende que si el motivo de la cumbre de la ONU era garantizar los Objetivos del Milenio para el 2015, es decir la reducción a la mitad del hambre, así como la menor desocupación y pobreza, y una mayor escolaridad, las autoridades argentinas dieron por descartado que están en la buena senda. Y no faltó, más allá de las coincidencias con Estados Unidos, la crítica siempre presente hacia la Casa Blanca.