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Defensa del comercio local

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López y Benassi. “Reunir a todos aquellos que somos el nexo entre fabricantes y minoristas”. Foto: El Litoral

En pleno avance de distribuidores de Buenos Aires, los mayoristas santafesinos se organizan. Reclaman equidad tributaria, en tanto alientan una mayor profesionalización en la gestión de negocios.

 

Félix Canale

fcanale@ellitoral. com

Una nueva entidad empresaria, la Cámara Santafesina de Distribuidores Mayoristas (Casadima), comenzó a actuar en la capital de la provincia para representar los intereses de un sector con poca visibilidad pública, pese su importancia en términos económicos.

“Incluimos todos los rubros. La idea es reunir a la totalidad de quienes somos el nexo entre los fabricantes y los minoristas. En todos los casos, la problemática es similar y tiene que ver con nuestra fuerza de venta y el trato cara a cara que tenemos con esos minoristas”, dicen Carlos Benassi y Armando López, presidente y vice respectivamente, de la flamante organización.

Constituida hace menos de dos meses por 20 compañías mayoristas, los primeros pasos del gremio depararon sorpresas a los propios fundadores. Una de ellas es que potencialmente son muchos más de lo que inicialmente se pensaba.

“Es un universo muy grande; en todo rubro existe un distribuidor o un mayorista. Y se amplía aún más porque hay firmas, conocidas localmente como minoristas, pero que a su vez distribuyen a otros negocios. Nuestras primeras estimaciones indican que, sumando todas las actividades y rubros, existen alrededor de 200 compañías que ameritan pertenecer a la cámara”, se entusiasman los directivos.

Los tributos

Cuando se les pregunta por las reivindicaciones inmediatas, la primera que surge es el reclamo por lo que definen como equidad tributaria.

“Cuando la actual administración provincial reformó el impuesto a los Ingresos Brutos, nosotros, que ya pagábamos un impuesto alto de 2,5 %, pasamos a tributar 3,5 %. Ese aumento nos saca de competencia cuando se vende fuera de la provincia de Santa Fe -son muchas las compañías que lo hacen, sobre todo en el NEA- y nos debilita frente a distribuidores de otras provincias, que en su lugar de origen pagan menos impuestos que nosotros”.

A medida que avanza la entrevista, va quedando claro que los “distribuidores de otras provincias” se refiere particularmente a Buenos Aires. A eso se agrega que la Agencia de Recaudación de ese Estado provincial (Arba), pecha con 3,5 % de impuesto a las mercaderías que se venden allí pero, curiosamente, ese tributo debe pagarlo el comprador en destino.

“Se está cargando un costo más al comprador, en este caso los mayoristas de Santa Fe, para una recaudación de la provincia de Buenos Aires. Dados los volúmenes con que trabaja un distribuidor, ese porcentaje es mucho dinero y más si se piensa que cerca del 90 por ciento de la mercadería que se vende en la región proviene de allí”, explican.

Según los directivos, es necesario implementar en Santa Fe algún tipo de regulación para cambiar esta situación. No sólo se trata de que se está tributando a Buenos Aires, sino que el esquema empuja fuera del mercado a los distribuidores locales.

Hacia dentro

Como primera etapa, la nueva cámara comenzó con un relevamiento del sector, para conocer cuántos son, a cuánta gente da trabajo, cuántos metros cuadrados están ocupando, si la distribución se hace con camiones propios o tercerizados, y cuánto paga cada compañía por derechos municipales de Inspección y Registro (Drei) y de Ingresos Brutos.

Aún no existen resultados estadísticos consistentes, pero tomando al azar solamente 4 compañías de distinto tamaño, que ya aportaron a la base de datos, resulta que ese mínimo grupo genera 260 puestos de trabajo, paga 500 mil pesos anuales por Drei y 3 millones por Ingresos Brutos. Con toda la cautela del caso, si estos primeros datos se proyectan a un universo posible de unas 200 empresas, puede preverse que las cifras finales serán considerables.

El factor humano

En paralelo, la organización empresaria apunta a mejorar los estándares de gestión. “No es suficiente reclamar por lo que consideramos justo, sino que también es necesario formar gerencialmente a todos nuestros colegas y al comercio minorista, para aggiornar la conducción de los negocios”, admiten.

La cuestión es vital porque -explican- se trata de una actividad que maneja mucho volumen pero con escaso margen de rentabilidad, en donde uno o dos puntos porcentuales pueden decidir el resultado económico de una compañía. Esto obliga a profesionalizar al máximo la gestión, bajo riesgo de que quien no lo haga puede quedar en el camino.

Es con este convencimiento que Casadima programó como su primera actividad pública un foro de capacitación, diseñado por la Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (Cadam), bajo el rótulo de “La importancia del factor humano”. El evento, gratuito para los comerciantes que quieran asistir, tendrá lugar el próximo miércoles 6 de octubre en los salones del Centro Comercial de Santa Fe.

Por un parque comercial mayorista

No se trata específicamente de un reclamo, pero sí de imprimirle mayor velocidad a la zonificación definitiva de la ciudad de Santa Fe y agilizar la creación de un centro de distribución mayorista. “Actualmente, en la mayoría de los casos, estamos ubicados dentro de la ciudad y esto crea serios problemas para trabajar. Un contratiempo habitual es la entrada y salida de camiones. La ciudad ha crecido y los depósitos comienzan a quedar en medio de zonas densamente pobladas”, explican los directivos de Casadima.

A su juicio, la solución es la creación de un parque comercial y logístico. “Estamos pidiendo las casi 100 hectáreas vecinas al aeropuerto de Sauce Viejo, que son de la provincia, y que es un lugar excelente para salir por las autopistas hacia cualquier punto de la provincia o del NEA, hacia el nuevo emplazamiento del puerto y en cercanía del Parque Industrial”, argumentan.

Además de las facilidades logísticas que brindaría el nuevo emplazamiento, el agrupamiento de la actividad reduciría costos. Pero uno de los beneficios esenciales, agregan, tiene que ver con el tema de la seguridad. La radicación en un predio con cerco perimetral facilita la custodia de bienes y mercaderías, además que permite compartir los costos de personal de seguridad.

También comentan que ya existe un estudio de factibilidad sobre ese predio, realizado por la UTN y el Ministerio de Economía, que incluye en el ejido atención bancaria, hotelería y aulas de capacitación. “Sería la infraestructura necesaria para que desde ahí, el comercio mayorista de Santa Fe crezca. El objetivo no es mayor comodidad, sino el desarrollo comercial, reducción de costos y la mejora en la calidad de los servicios”, concluyen.