CONTROLES

Prefectura no detectó alcoholizados en el río

 

De la Redacción de El Litoral

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El personal de la Prefectura Naval de Santa Fe empezó su rutina de controles de alcoholemia a los navegantes que transitan con sus embarcaciones por las aguas de la zona. Las pruebas que se realizaron sobre diez conductores de embarcaciones deportivas -o de placer- dieron todas resultado negativo.

El prefecto Leonardo Llaver informó hoy a El Litoral que “los navegantes tuvieron una absoluta predisposición a los distintos controles que se llevaron a cabo”. La tarea de la Prefectura Naval se extendió desde el mediodía hasta las 19 del sábado y domingo.

Indicó que “algunos navegantes se mostraron muy conformes por la medida adoptada y expresaron que les parece correcto que se realicen estos controles”.

Además de los exámenes de alcohol en sangre, el personal de la Prefectura verificó que cada embarcación cuente con la documentación pertinente y las medidas de seguridad a bordo. Llaver aseguró que continuarán las inspecciones sobre las aguas de Santa Fe.

El límite permitido de consumo de alcohol difiere de acuerdo con el tipo de embarcación, pero para todos los casos de verse superado se procederá de la misma manera: la prohibición de continuar conduciendo.

La navegación deportiva o de placer incluye a embarcaciones como lanchas y motos de agua. La navegación mercante abarca a embarcaciones comerciales dedicadas, por ejemplo, al transporte de ganado, contenedores y cereales. El límite máximo de alcohol en sangre permitido es de 0,5 gramos por litro para los conductores de lanchas y/o embarcaciones pequeñas y de 0,2 gramos para los conductores de motos de agua. Para los de embarcaciones comerciales, en cambio, es 0.

Sanciones

Tal cual informó El Litoral, en caso de que el test de alcoholemia dé positivo, el conductor de cualquier embarcación tendrá la opción de ser reemplazado en ese mismo momento por otro que esté habilitado, de amarrar la embarcación en un árbol y esperar a que un familiar lo asista, o de aguardar un tiempo prudencial sin navegar hasta que un nuevo test de alcoholemia le dé por resultado los límites permitidos.