Artes Visuales

“Dibujos en el Museo”

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Obra de Lorenzo Amengual

Domingo Sahda

El Museo Provincial de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez, 4 de Enero 1510, Santa Fe, exhibe en sus salas de la planta baja varias colecciones de arte visual, las que fueron abiertas a la apreciación pública el día 29 de septiembre ppdo.

En esta oportunidad haremos referencia a tres colecciones habilitadas cuyo denominador común es el Dibujo como forma acromática construida sobre el plano. En suma, estamos en presencia de la línea en todas sus variantes de desarrollo gráfico, configurando obras con el límite autoimpuesto del trazo, el desarrollo de la línea, los grisados. En suma, la restricción del impacto visual en función de la construcción portadora de calidad intrínseca y de sentido sumada a la expresión de densa lectura sensible.

Las colecciones a las que nos remitimos son: “Luis Scafati-Antología”; “Cábala Criolla”, del creador Lorenzo Amengual, y “Dibujos”, cuyo autor es Ezequiel Trevisi.

La muestra antológica de Luis Scafati es ilustrativa del potencial gráfico-artístico de este creador que colecta obras pertenecientes a diversos itinerarios expresivos. Pretende, como su título lo indica, ofrecer un panorama abarcativo tanto en el tiempo como en la diversidad de planteos plásticos. Y este arco se sostiene sin fisuras en todo el recorrido de la colección a la vista. Vemos obras pertenecientes al Libro “Tren Fantasma”; “Pequeño Quijote Ilustrado”, Libro “La metamorfosis”, etc., en referencia explícita al relato de Franz Kafka, cuya imagen-escarabajo es un relato visual que coagula en una pieza de alta calidad visual dos modos de resolver la construcción de la imagen.

El gesto de absoluto control llegado a su máxima tensión expresiva entreteje imágenes de plasticidad rotunda. Cada pieza expuesta conlleva las características de metáfora visual de alta carga expresiva a mas de la evidencia de un decantado oficio que determine, ocasionalmente de modo tajante, que cada dibujo es en sí una lección ejemplificadora en los cuales forma y contenido, evidencia y sugerencia, modo de tratamiento y asunto o idea plástica se corresponden tramo a tramo, sin desmayos.

Scafati se vale del trazo, del contraste de valor, del gesto implícito en la línea, de la ampliación y el recortado, de la traslación de imágenes, del acento de color ocasional para crear campos expresivos en los cuales cada ítem está en su lugar. Se arquitectura un todo que se sostiene a sí mismo sin fugar. Estamos frente al Dibujo como explicitación de un lenguaje autónomo que se sostiene por el valor de la imagen impregnada de protofondo subjetivado y que hace alusión evidente al tránsito del hombre como sujeto de la cultura. El expresionismo como punto de partida para crear el “campus plástico” valiéndose de este punto de vista para crear un universo propio. Ocasionales toques de color aparecen y operan por efecto de contraste en el todo compositivo. Apoyándose en la palabra, el texto o relato, Scafati trasciende al mismo y crea otros relatos icónicos que valen por sí mismos, sin referencias ni apoyaturas exógenas. Cuando hay “sustancia” y medios para encauzarla la obra de arte resplandece por sí misma.

Lorenzo Amengual ocupa, con su colección de precisos trabajos de formato menor, tres salas laterales en un sostenido recorrido en el cual están presentes de manera constante el humor un tanto socarrón a mas de la capacidad para configurar imágenes que giran en torno al imaginario propio de la “Cábala Criolla”, título que involucra a toda la colección a la vista.

El merodeo constante entre el sentido del absurdo y la ironía, montada en una precisa ejecución plástica, hacen de cada uno de los trabajos expuestos una cita en la cual el regodeo visual tiene constante presencia.

No hay fisuras plásticas ni “rellenos” de ocasión. Tampoco ambigüedades plasticistas. El expresionismo como modo estilístico de construir la forma y su contexto es el sostén icónico constante en estas imágenes cuya sobrecarga simbólica se reitera sin fatigar la mirada ante la constatación del registro exacto. Cada pieza resulta un logro visual. Se suma a ello la precisión, de calidad inusual, en el silueteado de imágenes sobre soporte contrastado. Distante de mucha bullanguería pseudoartística que abruma por su petulancia, la obra de Amengual, como la de Luis Scafati, reafirma la calidad sostenida de la imagen cargada de sentido lograda a puro Dibujo.

Ezequiel Trevisi presenta su colección de Dibujos, en los cuales el decantado oficio se apoya en la construcción de imagen que remiten al volumen transcripto en el plano por tratamiento de sombras, luces y contrastes. Hay aquí una subyacente idea del dibujo como registro tonal de grisados próximo a “lo pictórico”, en tanto que la línea en este autor funciona como límite de planos o borde de volúmenes.

Un controlado, limpio oficio aparece en cada una de las obras a la vista. Parte de la colección exhibida remite, de un modo un tanto sesgado, al tránsito de lo erótico sofrenado en cada tramo.

Los dibujos de Ezequiel Trevisi se construyen desde una praxis en la cual cada tramo del trabajo visual está rigurosamente controlado. Esto retacea un tanto el aura poética o el discurso de irrealidad que merodea, que asoma circunstancialmente en este u otro trabajo. La pasión por lograr efectos deseados, una suerte de registro exactos indubitable devienen a veces en barrera que sofrena el ímpetu plástico presupuesto.


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Dibujo de Luis Scafati.