A los trabajadores rurales

El 8 de octubre se conmemoró en todo el país el día del trabajador rural. En una tierra marcada por la producción agropecuaria, la deuda con los que la realizan sigue estando pendiente.

Federico Aguer

[email protected]

La Organización Internacional del Trabajo ha expresado que la pobreza “ en cualquier lugar, constituye un peligro para la prosperidad de todos”. En Argentina,este realidad es cada vez más lacerante.

Para Carlos H. Luparia, el trabajo rural presenta singularidades que la legislación ha debido tener en cuenta para sancionar normas aplicables a sus particularidades, para solucionar su problemática emergente. “Cabe destacar que no siempre la legislación en materia de trabajo rural ha sabido responder a estas exigencias”, dice en referencia a que muchas veces se ha ignorado al trabajador rural. La generalización en materia rural es sumamente dificultosa. El régimen de producción agropecuaria es determinada en buena medida por la naturaleza de los cultivos, del tipo de explotación, que dependen de las condiciones de la tierra y del clima, que varían profundamente de región en región. Además, el régimen de propiedad de la tierra y su distribución es diverso.

Juan Bialet Masse, sobre el estado de las clases obreras rurales argentinas a principios de este siglo, informaba en 1904, que “oía las quejas, los clamores contra un feudalismo medioeval, sin cuchilla, pero con la horca de la proveeduría, y si bien sin pendón y caldera, a veces con látigo y cepo, con emisión de moneda, con valor circulante fuera del estado emisor, sin el freno de la ley y de la justicia”. En nuestro norte forestal, la historia está plagada de estos ejemplos.

Un 17 de octubre de 1944, se sanciona el denominado “estatuto del peón de campo”, redactado por la Secretaría de Trabajo y Previsión en épocas del gobierno de Juan Perón, en carácter de ley de emergencia, luego ratificado por la 12.921 y reglamentado en el año 1949. Fue, pese a sus limitaciones, un verdadero suceso en el campo laboral, verdadera ley de protección del sufrido peón de campo.

La ley 25.191, sancionada en 1999, determina el uso obligatorio de la Libreta del Trabajador Rural para todos los trabajadores de la actividad rural, sean permanentes, transitorios o no permanente.

En 1980, como anexo a la ley 22.248, se establece el “Día del Trabajador Rural” como feriado con goce de remuneración.

Se estima que todavía existen en Argentina un millón trescientos mil trabajadores informales en el campo.