Ganados y carnes

En 2011, la oferta de hacienda será menor

Se combinará un destete de terneros muy inferior al de años anteriores con una retención de ganado cada vez más franca.

Ignacio Iriarte

Todo indica que la escasez más aguda todavía no ha llegado. En agosto, como consecuencia de una faena mucho más alta de lo esperado (1,02 millón) y de un peso medio notablemente recuperado (226 kilos), resultado de los nuevos pesos mínimos de faena y de que los animales en general vienen más pesados, la producción de carne habría sido de 233 mil toneladas, con un consumo superior a los 60 kilos per cápita.

Durante tres meses, de junio a agosto, la oferta de carne no hizo otra cosa más que recuperarse, y ahora recién está comenzando a reducirse. La suba de septiembre, entonces, debemos adjudicarla tanto a la firmeza de la demanda como a un defecto de la oferta.

A partir de octubre, la faena ha caído otro escalón (10 por ciento) y podría esperarse inclusive otra caída adicional, a medida de que avance la primavera y el verano, por lo que habría espacio para nuevos aumentos de precios en los próximos meses.

Los feedlots que estaban al 54 por ciento de su ocupación a principios de octubre, están acelerando su vaciado y la oferta de origen pastoril se restringe semana a semana, favorecida por una primavera excepcional.

Los ganaderos han comenzado a tomarle confianza a un activo que sube mes a mes, y regulan sus ventas, lo que realimenta las subas.

Las cargas son bajas y sobra pasto. El ganadero que vende a las pocas semanas se arrepiente; los que querían salir del negocio y aprovechar los altos precios ya son cada vez menos; va quedando un núcleo duro que no quiere vender.

La escasez de invernada actual será el faltante de gordo más adelante.

Muchos que eran escépticos, van advirtiendo que ante la situación actual de escasez –y la que vendrá–, el Gobierno poco es lo que puede hacer y van retomando la confianza en el futuro de la actividad.

Los fundamentals de la ganadería argentina son todos positivos.

Durante gran parte del período de liquidación de 2007-2009, la oferta mensual de carne promedió las 260-300 mil toneladas; este volumen baja a principios de este año hasta tocar un piso de 205 mil toneladas en mayo, se recupera hasta tocar las 233 mil toneladas en agosto y promete ubicarse nuevamente en las 200-210 mil toneladas en los próximos meses.

La recuperación de la faena de junio-agosto no fue más que un respiro estacional, ahora empieza la escasez en serio. En realidad, lo que revelan los datos de faena y de consumo de los últimos meses es que la demanda local está muy firme y el salto de precios de octubre refleja la resistencia de los consumidores a reducir la ingesta de 60 a 52-55 kilos.

Como todo indica que el consumo en general permanecerá firme por todo lo que resta del año, y durante el 2011, un año electoral, cabe preguntarse entonces qué puede pasar con los precios del ganado y de la carne ante las perspectivas de una oferta declinante y de dos picos de demanda a la vista: las Fiestas de Fin de Año y el efecto “llenado de heladera” de marzo, mes que presenta el mínimo anual de faena, de acuerdo a la estacionalidad.

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Sólo un alivio estacional. La recuperación de la faena de junio-agosto no fue más que un respiro estacional, Ahora empieza la escasez en serio.

Foto: Archivo

Combinación letal

En el 2011 la oferta de ganado será menor aún que la de este año, porque se combinará la entrada en escena a pleno de un destete muy inferior a los de años anteriores, con una retención de ganado cada vez más franca. En la fase de retención del ciclo, que se insinúa mes a mes más afirmada, tienen un papel central las expectativas. Ya se registran precios excepcionales y clima a favor, sólo faltan las expectativas favorables, y éstas mejoran semana a semana y realimentan la retención

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