Pinceladas de lo cotidiano

Pinceladas de lo cotidiano

Daniel Sedita

Nació en Rosario, pero eligió un pueblito cordobés para vivir y plasmar a través de óleos y acuarelas los reflejos y colores de su paisaje.

TEXTOS. MARINA ZAVALA. FOTO. FLAVIO RAINA.

ALGO SANGUÍNEO. “Nací en Rosario. En realidad siempre la inclinación artística fue algo que me atrajo; como pasa generalmente en ésto, es algo sanguíneo. Mis padres eran cantantes. Mi madre pintaba también, aunque no profesionalmente y mi padre hizo algunas incursiones en radios de la ciudad en el año cuarenta y pico. Yo empecé estudiando música, me gustaba mucho. Así estuve debatiendo mi futuro entre algunos dibujos y el estudio musical que me encanta y hasta hoy lo sigo practicando como un hobbie. Pero, bueno, un viaje a Córdoba fue lo que me definió. Porque me faltaba una temática para poner en la pintura, en mi arte”.

DESCUBRIR EL PAISAJE. “Muy joven, me caso con una rosarina también, y nos vamos a vivir a Córdoba, en Traslasierra, a un pueblito que se llama San Javier. Y ahí es cuando descubro y empiezo a hacer algunas acuarelas. Me sorprendió el lugar porque yo viví un poco el progreso en Rosario. Cuando nos mudamos, vi que ahí todo era como en el siglo pasado. Los burritos te llevaban el material en cajones, te llevaban la arena, la piedra para construir, o la leña. La mayoría de las personas se manejaba con sulky, salvo los que venían de afuera o los acomodados que tenían su vehículo. Todo eso me significó un paisaje hermoso y ahí empecé a pintar la naturaleza. Mis primeras acuarelas y óleos mostraban lo cotidiano, eso que perdura, calles de pueblos, casas típicas. Empecé con mis primeras muestras en Villa Dolores, una ciudad cercana; y me fue muy bien porque vendí casi toda la producción. Eso me alentó a seguir y de esta forma empecé a conocer gente, que me sugirió ir a Córdoba capital. A partir de ahí, comencé organizar mi sala de exposiciones en Yacanto y más tarde a exponer en Buenos Aires”.

IMPRESIONISMO. “Soy autodidacta; pero el maestro Georg Miciu -austríaco, hijo de pintores y pintor también- me introdujo en la técnica de pintura “au plein air’ o “a pleno aire’, se la conoce como la pintura de caballete. Este procedimiento está basado en la pintura impresionista europea. Él me dio unas muy buenas bases y herramientas. Estas obras se hacen en el lugar y mediante un importante trabajo de observación. Así uno puede ver cosas que con la forma normal de mirar, no las ve; y ésto me costó. Georg vivía en la Punilla, más precisamente en Villa Giardino. Nos conocimos en Córdoba, por medio de un amigo en común, y me alentó muchísimo a desarrollar esta actividad. Después, hice estudios de observación, visité museos fuera del país, en Estados Unidos principalmente. Pasé por Nueva York, Washington; es una maravilla lo que se puede apreciar. Y así fue que, desde el “91 cuando empecé, y con el tiempo; no dejé de pintar y de exponer nunca. Me dedico exclusivamente a ésto, como mi única actividad”.

EXPRESIÓN. “Hoy me encuentro en las sierras de Córdoba, donde vivo con mi esposa y mis seis hijos. En mi punto de partida, ya que la técnica que he desarrollado me permite llevar mi caballete y desplegarlo frente al mar, tanto en Ushuaia, en el Delta del Tigre, el puerto de San Isidro, la Patagonia, en Estados Unidos. La espátula es la herramienta que me permite expresar con total libertad mis colores y formas. Me paso gran parte del tiempo mezclando colores. Es una alquimia, un juego. Armar este juego materializa una expresión que parte de la naturaleza, lo que vivo, lo que me impacta, lo que me hace respirar me sirve, y esa expresión espero que les sirva a otros”.

así soy yo

CRUZANDO FRONTERAS

“A partir de algunas invitaciones de clientes extranjeros, que llegan a Córdoba por distintas actividades,se fueron gestando los contactos para armar una serie de muestras en Estados Unidos. Me sugirieron unas galerías de arte e hice varios viajes, especialmente por la costa este en Carolina del Norte, Carolina del Sur, Georgia (Atlanta); pero también fui a Texas, Oklahoma y Kentuchy. Fue una experiencia linda y muy interesante, porque me recibieron muy bien. Hasta el día de hoy tengo invitaciones para volver. Ellos son muy amantes del arte, les gusta mucho, tienen mucha sensibilidad”.

EN SANTA FE

“He dado algunas clases y algunos cursos, pero no hago docencia. En cambio, una o dos veces al año, hago demostración de pintura “au plein air’ y me dispongo a contestar las preguntas del público. Creo que es una forma en la que puedo ser más práctico para que la gente aprenda lo que hago. En una de esas presentaciones conocí a Ana María Aviazzi, una santafesina que adquirió uno de mis cuadros y no conforme con ésto me trajo a Santa Fe sin haber armado nunca una muestra, por puro “amor al arte’. Depositó en mi mucha confianza, porque nos conocemos desde hace muy poco tiempo. Es algo que quiero resaltar, estoy muy agradecido”.