Una imagen, un huerto y un milagro centenario

La comunidad huertana celebra que hace 400 años apareció la Virgen del Huerto en Chiávari, Italia, en el mes en que se conmemora el día de San Antonio María Gianelli, fundador de la congregación.

TEXTOS DE SUSANA PERSELLO DE MARCONETTI. FOTO. EL LITORAL

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El origen de la devoción y del culto de Nuestra Señora del Huerto se remonta a fines de 1400.

 

En la primavera de 1493, la ciudad de Génova (Italia) es aquejada por una gravísima epidemia. Chiávari, una amena y pequeña ciudad construida sobre la costa del levante, tenía cotidianas comunicaciones con Génova y -por lo tanto- no permanece inmune a dicha epidemia.

La señora María de la familia de los Quercio, una piadosa mujer del suburbio de Rupinaro, iluminada por una fe profunda acude a la Madre de Dios y le promete una señal de público reconocimiento si permanecía inmune del tremendo flagelo.

Su esperanza no fue defraudada: la mujer resultó inmune a la epidemia. En señal de gratitud a María Santísima, mandó pintar su imagen no en una Iglesia sino en un lugar público, en un muro a lo largo de los huertos que en aquel entonces se extendían desde el Palacio del Capitán hasta la marina, para que los que pasaran pudieran verla fácilmente. Confió el encargo a Benito Borzone.

Siguiendo las indicaciones de la señora, el pintor logró expresar de un modo admirable la idea de la bondad y del poder de María. Representa a la Virgen en el acto de estrechar en su seno con la mano izquierda al Niño Jesús, que se toma de su cuello, mientras que con la mano derecha sostiene alzado el pequeño brazo del Hijo para bendecir a la ciudad o a cualquiera que tuviera la gracia de pasar delante de Ella.

En torno a la cabeza de la Virgen se leen las palabras del saludo angélico: Ave Gratia Plena, y, más en alto la frase bíblica: Hortus Conclusus. La nueva imagen suscitó enseguida una nueva devoción, pero el culto a María del Huerto se mantenía siempre privado.

En 1528 la peste volvió otra vez a la Liguria y también a Chiávari. Este peligro despertó más la devoción y la atención hacia la sagrada imagen. Fue entonces cuando se edificó un altar a los pies del nicho para permitir al público asistir al Santo Sacrificio.

SEBASTIÁN DESCALZO

María en el Huerto se le apareció a Sebastián Descalzo el 2 de julio de 1610. Respondía al designio de la Providencia que quería suscitar un despertar en la fe y en la piedad mediante su culto como Mediadora y Corredentora del género.

Posteriormente, el pequeño muro sobre el cual se había pintado la imagen de María amenazaba derrumbarse a causa del deterioro del tiempo y la intemperie. En el nicho apareció una fisura como de un dedo de ancho, que, atravesando transversalmente la imagen por el lado derecho de la cabeza iba a terminar en el flanco izquierdo, de tal modo que dejaba intacto al Niño Jesús. El pueblo temía que el nicho se derrumbase, pero después de la aparición de María al joven Sebastián, el muro se restauró por sí solo. De la peligrosa fisura no quedó más que una señal apenas visible.

Los que testificaron declararon que -después de haber desaparecido la fisura- la imagen de María aparecía más hermosa. El cuadro, a pesar de estar expuesto a la lluvia, el sol y las exhalaciones marinas conservaba toda la frescura de sus pinturas.

María concedió dones y gracias: curaciones de enfermedades, extinción de odios y enemistades y conquistó el corazón aún de los incrédulos. Esto permitió acrecentar más la devoción entre los chiavarenses y las poblaciones vecinas.

preservar la imagen

A pesar de todos estos signos, hubo quienes se opusieron a ver esto como un instrumento providencial en los designios de Dios. Para dar un nuevo impulso al culto de María, el 27 de julio de 1610 se congregó todo el pueblo en un acto de pública veneración. Con el consentimiento del Vicario, en lugar del simple nicho se construyó una capilla, para preservar mejor la sagrada imagen.

El 25 de marzo de 1612, el canónigo Bartolomé Chiappe celebraba en la capilla de la Virgen del Huerto la primera Misa solemne. Finalmente se decidió construir una nueva Iglesia y el 1º de julio de 1613 se puso la primera piedra del templo de María del Huerto, bendecida por Mons. Papiniano Denalio, vicario general de la curia de Génova. [...]

Los trabajos para la erección del Santuario requirieron años y a menudo fueron suspendidos por falta de fondos. [...]. La inauguración con la bendición del templo se hizo el 23 de noviembre de 1633. Terminada su construcción se iniciaron los preparativos para el traslado de la sagrada imagen. Ocurrió el 8 de septiembre de 1634. [...]

En 1863 llegaron las Hermanas Hijas de María Santísima del Huerto a Santa Fe con el propósito de fundar un colegio que brindara educación religiosa. Ocuparon una pequeña edificación en la actual calle San Jerónimo, cedida por los misioneros jesuítas.

Cuando en 1610 en Chiávari aparecía María del Huerto, llegaban los Jesuítas a Santa Fe para desarrollar su misión también educativa, que continúa hasta el presente. Es por eso que la mano de María une a las dos congregaciones desde hace 400 años. Los dos colegios centenarios siguen aún siendo pilares en la educación santafesina y con proyección de futuro, basados en sus idearios.

Capillas y parroquias

Bajo la advocación de María del Huerto existen varias parroquias y capillas en nuestra ciudad y los alrededores: en la costanera, una iglesia de estilo barroco; la capilla del hospital Cullen; en el barrio Villa Libertad de Santo Tomé; y en la ciudad de Coronda, entre otras.

Cabe recordar que cada 21 de octubre se conmemora el Día de San Antonio María Gianelli, fundador de la Congregación Hijas de María Santísima del Huerto, misioneras en todo el mundo al servicio de la salud y la educación. Llevan el lema gianellino: “Caridad evangélica vigilante”.