Lengua viva
El hombre, un ser social y comunicable
Evangelina Simón de Poggia
La primera necesidad que se le presenta al hombre desde su ámbito social es la de comunicarse e interactuar con los otros seres de su misma condición humana; para lograrlo ha desarrollado diversas estrategias que lo llevaron a satisfacer esta necesidad y a ocupar un lugar en el espectro comunicacional . La pregunta es ¿qué es lo que sucede en el momento en que se produce la interacción comunicativa? El primer eslabón del proceso es la necesidad que el individuo tiene de entrar en contacto con el otro, lo cual lo lleva a tomar la decisión de comunicar, luego se plantea la comunicación natural y, por último, la intención comunicativa, sus implicancias y su relevancia. Todos los elementos que intervienen en este proceso comunicativo natural participan de un contexto, el cual los motiva, los integra, los acciona, conduciéndolos a la producción del “acto”. El hombre, motivado, decide expresarse, siente la necesidad de intercomunicarse, se apropia de su sistema de lengua, lo usa según sus competencias y, finalmente: enuncia. Así comienza el acto, avanza en forma procesual para finalizar y desaparecer. Pero el milagro se ha producido: aparece el enunciado, el texto, lo perdurable, lo aprehensible, lo factible de ser analizado, donde se concentran las competencias lingüísticas y se vislumbra el idiolecto de A frente al de B. Ambos en una lucha interactuante, comienzan su marcha hacia la comunicación propiamente dicha, aquella que Saussure y Jakobson imaginaron con la simpleza que implica que A transmite su mensaje a B, en un juego, aparentemente, simple y abstracto. Esta es la oportunidad para que un emisor ponga en juego los conocimientos de su lengua a partir de su exteriorización idioléctica que, sin duda, hablará de su pertenencia a un sociolecto y le dará un perfil como comunicador, ubicándolo en un estrato sociocultural determinado. Lo mismo le sucederá al receptor al tratar de interpretar. Este es el momento, en que el nivel semántico comenzará a jugar según los propósitos del hablante, pues no basta con realizar el acto de enunciar, sino que , además, es necesario que lo producido signifique, sea coherente, armónico y gramatical. La semántica va a predicar que cada elemento significa y que en relación con los demás se constituye la cadena hablada, de manera tal, que su valor significativo en el contexto se dimensiona, se revaloriza y se enriquece.
Tener en cuenta lo expuesto en los procesos que llevamos a cabo los docentes en el aula, tal vez, nos ayude a comprender mejor las situaciones intercomunicativas que intentan realizar los alumnos.




