Una feria navideña con vocación de servicio

La Feria Navideña Artesanal de Padel ya es un clásico en la ciudad. Se realizará, desde el lunes, por séptima vez. Una charla con sus organizadoras es una buena ocasión para conocer el trabajo de esta institución, creada en 1936, cuando sólo se hablaba de la lepra en voz baja.

TEXTOS. ANA MARÍA ZANCADA. FOTOS. GUILLERMO DI SALVATORE Y EL LITORAL.

Como siempre, el encuentro con las señoras del Patronato del Enfermo de Lepra (Padel) equivale a llenarse de asombro, al ver la forma organizada y completa en que trabajan. Desde su sede, en calle Moseñor Zazpe 2662, dan ejemplo de organización y resultados positivos.

Ésto ha sido una constante desde sus comienzos, allá por 1936, en que todo parecía una arriesgada aventura, al enfrentarse con una de las enfermedades más temidas en ese momento: la lepra, maldición bíblica que había que mencionar en voz baja y que se creía sumamente contagiosa.

Ahora las cosas han cambiado mucho, gracias el empeño de estas mujeres que desde hace ya varias generaciones, heredan y transmiten la abnegada dedicación de sus fundadoras. Y lo que más asombra es el espíritu de trabajo disciplinado que las caracteriza.

Ahora nos recibe la nueva comisión, dirigida por Salomé Freyre en su carácter de flamante presidente, en una amable charla con Porota Maciel de Paz, Raquel Carbonell de Lehman, y Raquel de la Torre. Mientras en otra habitación, la vicepresidenta Teresita Doglioli de Bobbio, Clemencia Bobbio y otras niñas organizan las provistas que mensualmente se entregan a los familiares de los enfermos.

OTRA EDICIÓN DE UN CLÁSICO

En este momento el trabajo se centra en la organización de la 7º Edición de la Feria Navideña Artesanal, que tanto éxito ha tenido. Se realizará entre el lunes y el jueves próximos, de 17,30 a 22,30 en los salones gentilmente cedidos por UPCN, en Rivadavia 2513. Como ya es habitual, todo lo producido se invertirá en las múltiples actividades que lleva adelante Padel.

“Este año todo lo recaudado será para el laboratorio -nos dicen- que está, pero es muy chico; también se va a unir el Pabellón de Pediatría con la Sala de Guardia. Con el beneficio de la Feria, el año pasado se hizo una farmacia último modelo, muy completa”.

“Lo que pasa -añaden- es que ésto se agrandó mucho, el Hospital es enorme y las familias de enfermos que atendemos...”.

- ¿Cuántas familias?

- Alrededor de 70, más o menos. Este año tenemos una asistente social que se ocupa de los enfermos ambulatorios. Todos los meses ella viene a la reunión e informa, de cada familia que visita, cómo va el control médico y lo que necesitan.

- ¿Es pagada por el gobierno?

- Estamos en trámite; mientras tanto, Padel contrató una profesional. Ella hace el trabajo de campo, el seguimiento del enfermo y de la familia. Es María Alicia Botta, es muy eficiente y nos informa de la situación de cada uno de nuestros enfermos ambulatorios y su grupo familiar. Ahora, con ese informe y la ayuda de Jorge Leiva, que desde hace muchos años trabaja en mantenimiento del hospital y acompaña a María Alicia a los barrios, podemos tener un seguimiento completo de nuestros enfermos.

- ¿Y cómo cubren todos estos gastos?

- Con los beneficios, con las ayudas que recibimos. La comunidad ayuda mucho. La Feria de Navidad es muy importante para nosotras. Últimamente nos dedicamos mucho a ella. Esta es la séptima edición. Además, este año se hizo una rifa de unos cuadros que nos habían donado artistas, como Chuchi Varea, Florencia Ratto y Hugo Lazzarini. Con lo producido por la Feria hemos hecho muchísimo. Como dijimos: la farmacia nueva, pasillos para unir pabellones, sala de espera de quirófano, remodelación del pabellón de los enfermos, residencia de los médicos generalistas, sala de dirección y enfermería, edificio destinado a residuos patológicos, que es importantísimo, nueva perforación de agua para el hospital y motor sumergible, grupo electrógeno para el quirófano y el resto del Hospital, salita de rehabilitación para pediatría, renovación de dos baños para consultorio externo de pediatría, iluminación del hall de entrada del hospital, reparación de techos y aire acondicionado para todo el hospital y, este año, nos dedicaremos al laboratorio.

Además, en el Hospital Iturraspe tenemos la sala de Dermatología con la Dra. Silvia Paredes y, también este año, se le compró un aparato de aire acondicionado.

ACERCA DE LA LEPRA

- ¿La lepra es una enfermedad de la pobreza?

- No, pero se da por el hacinamiento y la falta de consulta con el médico. El contagio tan temido no es tal porque la persona tiene que estar en un momento muy especial de su enfermedad. En la zona de la costa se daba más, pero ahora hay muchos menos casos, porque incluso los médicos aprendieron a detectar la enfermedad. Eso se lo debemos al Dr. Merlín, que trabajó mucho en ese aspecto. Y recordemos que la lepra se cura. Pero, claro, la pobreza no ayuda. Pero sigue costando que el enfermo venga a hacerse atender, hay que buscarlo. Los SAMCO han ayudado mucho, el Protomédico es Hospital base, el Dr. Ricardo Ribeiro, director del Hospital, hace visitas (allí surgen en el recuerdo otros nombres de médicos que pasaron por la dirección del hospital: Dres. Serafino, Monella, Barletta, Enrique Torres del Ser, Borzone).

Ahora en nuestro hospital ya quedan pocos enfermos de lepra; hay enfermos sociales, son los que recogen de la calle, porque no tienen adonde ir. Entonces están un tiempo y si no tienen jubilación la asistente social hace los trámites. Se les brinda un lugar y, cuando se quieren ir, se van. En el mismo hospital tenemos unas casitas donde los atendemos, les damos comida, les hacemos los trámites para la jubilación 5110. Tenemos, por ejemplo, un chico con problema de drogas, que se atiende en el Psiquiátrico y vive en el Protomédico.

- ¿Son personas sin familia?

- No, algunos tienen familia, pero ellos se quedan en el hospital. También están asistidos por nuestro párroco, el padre Agustini.

La charla sigue; ellas están entusiasmadas con todo lo logrado, ansiosas por todo lo que queda.....Al retirarnos, pasamos por la sala atestada de toda la mercadería que espera, perfectamente organizada, ser distribuida entre las familias. Es un grupo más de santafesinas que trabajan en silencio, pero sin tregua, con vocación de servicio, con abnegación, con la convicción de que, en el esfuerzo de cada una de ellas, nace la esperanza para el que cree que lo ha perdido todo.

Integrantes de la comisión directiva de Padel durante la entrevista con Nosotros.

la feria es el resultado de varios meses de intenso trabajo.