SEÑAL DE AJUSTE

La nueva generación de hermanitos

La nueva generación de hermanitos

Desde la última edición en 2007, la tele fue corriendo la raya de lo permisible, Jorge Rial puede prometer más y más, y el augurio de emociones intensas se materializa en las camas.

Fotos: GENTILEZA TELEFÉ

ROBERTO MAURER

Mientras “Bailando por un sueño” llega a su tramo final en el Trece, en Telefé se inició “Gran Hermano”’, un proyecto que fue reavivado a fin de recuperar el terreno perdido ante su competidor principal. Es una paradoja que el mismo público magnetizado durante la temporada por el colorinche, las extravagancias, las coreografías, las peleas, los romances y los personajes excéntricos del programa de Tinelli, ahora sea atrapado por la abulia plomiza de “Gran Hermano”. ¿Y si en la conciencia de las masas funcionara una ley oculta de compensaciones, que las impulse a pasar de la acción a un reposo de la mente y los sentidos en blanco, en una especie de efecto de marmota, invernando a la espera del retorno de la primavera de “Bailando...”?

No es lo mismo que piensa Jorge Rial acerca de estas crónicas del vacío, cuando anunció en la gala de apertura que esta edición “viene a cambiar la historia, y no sólo de estos veinte chicos, sino del público”. Se refería a la novedad introducida en “Gran Hermano”: la interacción a través de las redes sociales. Y no es la única entre las iniciativas más anunciadas, ya que debe mencionarse la participación de Alejandro, un joven nacido mujer que se siente varón, y que necesita el premio de 400 mil pesos para reasignar sus genitales. Ha sido una elección muy afortunada de “Gran Hermano”, si se analiza desde la morbosidad: los otros pupilos ignoran identidad sexual de Alejandro.

El discurso inaugural del conductor fue vibrante, a pesar de alguna afonía. “Ustedes verán absolutamente TODO”, dijo, excitando nuestras mentes. Desde la última edición en 2007, la tele fue corriendo la raya de lo permisible, Jorge Rial puede prometer más y más, y el augurio de emociones intensas se materializa en las camas.

¿LAS CAMAS?

Mientras las cámaras nos mostraban las dependencias vacías de La Casa, evitaba llegar a los dormitorios y Rial creaba un clima de suspenso. Luego, el misterio se reveló y, debe admitirse, la idea es revolucionaria: las camas son de tres y cuatro plazas, estarán obligados a dormir juntos, y, si bien no se ha llegado a la Cama Única Mixta (llamada Redonda por los pervertidos), estamos en camino. Y nadie superior a Rial para la especulación maliciosa. “Se acabaron los territorios personales, “Gran Hermano” socializó los cuartos. ¿Quién dormirá en el medio?”.

Según la tradición, los “hermanitos”, como los llaman, fueron desfilando uno por uno frente a la tribuna, mientras recibían la bienvenida de Mariano Peluffo y Silvina Luna, una egresada de La Casa y ejemplo de las generaciones futuras. Esta vez, en nombre de la síntesis, las presentaciones de cada uno fueron breves, sin el testimonio de la abuela ni de algún vecino, y sin información costumbrista. Apenas un clip muy fashion donde cada participante aparecía diciendo pocas palabras de sí mismo, mientras las imágenes lo exhibían en las actitudes seductoras de modelos. Eran como tapas de estrellas, antes de serlo, si alguna vez lo son, rompiendo la noción de reality duro del proyecto originario, en el cual participaban personas comunes que demostraban hasta qué punto la vida es aburrida.

ES-PEC-TA-CU-LAR

El primero en entrar fue Martín Pepa, un pampeano que estudia Comunicación en Córdoba, que en el clip se presentó como “mujeriego, canchero y galán”. Luego, mientras recorría las instalaciones no paraba de decir “es-pec-ta-.cular” y “Dios, qué bueno está esto”, con una limitación de vocabulario que debería preocupar a sus profesores de la carrera de Comunicación. El criterio, esta vez, habría consistido en seleccionar vaguitos facheros y chicas que, en minifalda, parecen alimentadas a bulones. También se han buscado algunas “historias fuertes”, como las designa Rial. La cordobesa Pamela Bevilacqua, 21, madre soltera, se hizo una ecografía para comprobar las dimensiones del hijo por venir, porque el padre pertenece a una familia de enanos. A la vez Pamela busca a su papá, un tipo violento que vive en Colombia.

Emanuel Di Gioia, un chapista de San Fernando, 26, también tuvo un padre golpeador que lo abandonó, y que ahora ha logrado ubicar en San Antonio de Padua, donde ejerce de cura sanador.

La madre de Héctor Anchorena, porteño y piloto, se fue a vivir con el policía de la garita del barrio, seguramente enamorada. La tragedia de Gisele Marchi fue haber estado cinco años de novia con “un bobito”, una experiencia de la cual su autoestima se ha recuperado. No debe haber sido un gran esfuerzo: “Me gustó, soy bastante soberbia y una líder positiva”, observó de sí misma.

Y la santafesina Natali Kessler, licenciada en Criminología y ayudante de forense en la morgue, nos deleitó con detalles de su trabajo, contando que debutó con un ahogado cuyo rostro había sido devorado por las palometas. “El olor ya lo tengo incorporado”, expresó, como diría la empleada de una perfumería.

Son de una generación más desenvuelta y menos conflictuada. No dudan en definirse: “Soy canchero y galán”, “Soy simpática y divertida”, “No entro a hacer amigos, vengo a ganar”, “Me gusta seducir”.

En los próximos meses, los sobeteos y tocamientos de cancheros y simpáticas inundarán las pantallas a toda hora, en reemplazo de La Mole, Fort y las otras criaturas de “Bailando...”: la tele se renueva.