La dama de las leyendas

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Zunilda Ceresole de Espinaco

Amante de los cuentos populares y los mitos tanto como de la docencia, hoy nos muestra su perfil esta docente y escritora santafesina, reconocida por sus relatos ancestrales y “llenos de magia”.

TEXTOS. REVISTA NOSOTROS. FOTO. flavio raina.

UNA MUJER DE LA CULTURA. “Yo soy una mujer de la cultura, así me definen. Popularmente me llaman “la dama de las leyendas’, porque me he interesado siempre en este tipo de narrativa. Pero también hago otras cosas, como ensayos, por ejemplo. He recibido premios en dos oportunidades: en un concurso sudamericano del Club de Leones, por el texto “Mitomundo guaraní’; y en un certamen de Austria, donde se interesan mucho por la lectura de leyendas, por “Leyendas del Litoral’. Los europeos gustan de estos relatos tanto como los latinoamericanos. Me han traducido trabajos a distintos idiomas. “Raíces de mi tierra Litoral. Leyendas Regionales’, un librito mío muy chico que publicó la Secretaria de Cultura, fue traducido al italiano por Otelo Mario Martinelli, un escritor y critico literario; aún se conserva en la Casa Argentina de Roma para consultas. Mis artículos publicados en El Litoral, fueron consultados por profesores universitarios como referencia”.

AL COSTADO DEL FOGÓN. “Comencé a interesarme por las leyendas escuchando a los viejos. Nosotros íbamos a Colastiné con mi familia, al club de caza y pesca. A la nochecita se hacía un fogón, estábamos alrededor y se contaban cosas. Eso a mi me apasionaba. Escuchaba, por ejemplo, la historia del embolsado, que después tomó popularidad. Por otra parte, siempre escribí, desde chiquita. Tal es así, que ganaba siempre los concursos en la escuela en poesía, en lectura y en redacción. Una vez mis compañeros le dijeron a la maestra que si yo participaba, no iban a presentarse más. Recuerdo que para mi las clases de redacción pasaban muy rápido. En cambio, las de matemática eran mala palabra; hasta quinto año me costó, porque no me gustaba. Por casualidad, comencé a publicar. El Sepa (Servicio de Educación por el Arte) me publicó un cuento y gustó, eso me motivó a difundir mis trabajos. En el año 1987 empecé a mandar escritos al diario El Litoral. Hay un montón de cosas que escribía para la escuela u obritas de teatro que no conservé; para mi era algo común.”.

AMOR A LA DOCENCIA. “¡Cómo amé la docencia! Yo estudié para maestra de grado y también para ser maestra de música, en las dos pude ejercer. También di clases en el secundario, enseñando música. La enseñanza me apasionó. Lo que más me gusta del aula es el contacto, hablar con los chicos. Intenté siempre no ser un loro al frente. Me gustaba, como digo ahora en mis conferencias, tener una audiencia cautivada y no cautiva. He tenido buena repercusión entre mis alumnos. Aún hoy me hablan desde distintos lugares o me saludan por la calle. Tengo una alumna que cada 11 de setiembre, viene, me busca y me invita a pasear”.

LLEGAR A LAS FUENTES. “Siempre me dediqué a investigar. Estudié idiomas y hago mitología comparada, que es muy interesante. El diario me ha publicado varios de estos escritos. Existe una similitud, por ejemplo, entre el Orfeo griego y el Orfeo japonés; o entre “El flautista de Hamelín’ y “La pifulka mágica’. Inclusive “Hansel y Gretel’ tiene un paralelo con un cuento toba. La separación de las aguas del éxodo de Egipto, el talón de Aquiles; son relatos que tienen un paralelo en nuestras culturas. Pareciera que hubo una unidad primigenia. Para escribir las leyendas me he recorrido cerros, islas, selvas. He ido hasta el lugar en donde surgen, allí es donde más me inspiro. También leo bibliografía porque yo siempre digo que la leyenda es como un perfume, de acuerdo al frasco en el que lo coloques va a lucir mejor o peor. Este es un trabajo que hay que hacer con honestidad. Si vos vas a recrear una leyenda indígena, tenés que ver cómo vivía ese pueblo, qué dioses tenía, que comía, que actividades realizaban, si eran nómades o sedentarios. No le podés poner un rancho a un indio Mapuche, por ejemplo. Hay ciertas cosas que se desprenden, y uno ya tiene olfato con el tiempo. También me gustan las leyendas universales, me apasionan”.

LA ESCRITURA. “El primer libro que escribí fue un poemario, que también tenía prosa poética; se llamó “Espacios de luz, espacios de sombra”. Las poesías fueron ilustradas por artistas plásticos locales como Eugenio Wade, Salvador Massa, Benito Postogna, Yolanda Suárez Aguirre y José Martí; además de Diana Fica, de Buenos Aires. Si alguno se me escapa, le pido perdón; pasaron muchas años. Recuerdo que presentamos la obra en el Museo Fernández Navarro. Hoy sigo escribiendo y haciendo mitología comparada. El año que viene, si Dios quiere, voy a editar “Argentina y sus leyendas”. Un libro de historias de todos los lugares del país, desde La Quiaca a Ushuaia. Este año no lo pude hacer por cuestiones de tiempo y un poco de salud. Además, tengo otro trabajo avanzado, “Toponimia y leyendas de Santa Fe”, que incluye leyendas muy lindas de muchos pueblos santafesinos. Por ejemplo, el nombre de Ñanducita. Uno se pregunta “¿Qué es?’. Resulta que la leyenda dice que había una indiecita que corría y era tan ligera que parecía un ñandú, le decían Ñanducita”.

UN MUNDO MÁGICO. “Los temas que uno encuentra en las leyendas y los mitos son muchos. Hay relatos religiosos, de orografía, de hidrografía; otros abordan el tema de lo sobrenatural, de los animales, o de los árboles. Una sola característica desarrolla toda una historia. Entrar a una historia de este tipo es para mi como transcurrir en un mundo mágico, que siempre te sorprende. Cuando voy a un lugar y hago un relevo, escucho a la gente que me cuenta las historias con tanta naturalidad y con mucho sentimiento. Las leyendas no son palabras vacías, sino que llevan una gran corriente de sensibilidad”.

cURRÍCULUM

Zunilda Ceresole de Espinaco es santafesina, reconocida especialista en mitos y leyendas. Estudió magisterio y profesorado de Música. Escribió artículos para distintas publicaciones; entre ellas, en el diario El Litoral. Trabajó en radio y dicta conferencias. Además, participó en distintas actividades solidarias como el dictado de talleres recreativos en institutos penales y la colaboración con centros de distintas comunidades.

INICIATIVAS

Fundó la biblioteca “José Rafael López Rosas”, en el Centro de Jubilados y Pensionados “9 de julio”. Durante las inundaciones llevó adelante el taller “Educación por el arte” en la Escuela Nº34 “República de Bolivia” y en el Centro Social y Deportivo “Santa Rosa”.