Al margen de la crónica
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Arte menor
“Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos.”... Por años cientos de alumnos se aprendieron de memoria este texto, que es el comienzo de Platero, de Juan Ramón Jiménez, un entrañable burrito, muy castizo, con el cual un niño, el autor-niño, vive pequeñas aventuras, todo en poéticos tonos rosas y malvas...
Estamos seguros que mucha gente puede recitar de memoria ese comienzo, como los alumnos más veteranos podrían recordar algunos de los lacrimosos capítulos de “Corazón” de Edmundo De Amicis. ¿Qué textos recordarán los chicos que hoy van a la primaria?
Pero estábamos con Platero. Es que el 24 de diciembre de 1881, vísperas de Navidad nace su autor, Juan Ramón Jiménez, el españolísimo y prolífico poeta (de hecho, Platero, aun tratándose de “prosa” es un texto de alta poesía, o una prosa poética como dicen las antiguas clasificaciones) que recibiera el Nobel de Literatura en 1956.
Y todo esto viene a cuento porque por estos días, de la mano del nuevo año llegará a las librerías un volumen con poemas inéditos del literato español y premio Nobel de Literatura Juan Ramón Jiménez (1881-1958), según informaron los medios españoles.
Bajo el título de “Arte menor” verán la luz en enero 43 poemas inéditos del autor de “Platero y yo”, rescatados por el profesor de Literatura José Antonio Expósito, especialista en el poeta.
Se hallaron en el archivo de Puerto Rico, donde el escritor vivió los últimos años de su vida y donde hay casi 200.000 manuscritos de Jiménez que aún se están digitalizando.
Junto a los poemas inéditos aparecerán otros ya publicados aunque desconocidos, rescatados de revistas de principios de siglo. El libro contiene en total 142 poemas.
Expósito halló “Arte menor” cuando estuvo investigando en el archivo de Puerto Rico y tras indagar averiguó que Jiménez quiso publicarlo en 1909.
Según el profesor de literatura, el libro culminaría la trilogía formada por “Baladas de primavera” (1906) y “Las hojas verdes” (1907).
Respecto del autor, nació en la ya señera y poética Moguer, en Huelva, y estudió en la Universidad de Sevilla. Tuvo segura y confesa influencia del modernista Rubén Darío y de los simbolistas
franceses, que probablemente le aportaron ese tono melancólico a sus primeros escritos. Jiménez, que sostuvo una anticipada porfía idiomática con el canon de la época -de la cual la más conocida, pero no la única es su preferencia por la jota en vez de la ge- se instalara en Madrid, y desde allí viajó varias veces a Estados Unidos y a Francia; también a Cuba y Puerto Rico, país donde vivió hasta su muerte.
Y si traemos este tema a esta columna en las vísperas de Navidad, es por tres motivos, azarosos: recordar su nacimiento, señalar la aparición de algunos poemas inéditos y recordar a su humilde burrito, y la inevitable asociación con el pobre nacimiento de Belén.