SEÑAL DE AJUSTE
SEÑAL DE AJUSTE
Escenas de la vida conyugal

Gabriel Corrado “volvió para interpretar su primer villano y conducir este nuevo ciclo. Su estampa no se ha modificado desde ‘Perla Negra’: es una suerte de George Clooney en versión Telefé”, afirma Maurer. Foto: Gentileza Telefé.
Roberto Maurer
Diariamente, Gabriel Corrado se desdobla, como Batman. A la tarde, desempeña un rol solidario resolviendo conflictos de pareja en “El referí del Matrimonio”. Por las noches, se transforma en El Almirante, el asesino y corrupto de alta gama que se sumó a la trama de “Malparida” para reforzar al mal, si había un lugar disponible. Y lo hubo: ha logrado superar por izquierda a Renata (Juanita Viale), que ahora parece buena al lado del perverso hermano de su marido (Raúl Taibo). La misma noche que organizaba la muerte de Lautaro (Gonzalo Heredia) en el capítulo 150, unas horas antes, por la tarde, Gabriel Corrado se había dedicado a la noble tarea de ofrecer soluciones a una pareja en el filo de la separación por culpa de un par de perros destrozones que el marido había llevado a casa y que ella, Natalia, no soportaba.
En especial le resultaba intolerable que los cachorros de Juan José arruinaran el césped y se oponía a la solución propuesta por su cónyuge, la de colocar lajas. Algún sabio señaló que los grandes problemas son originados por pequeñas estupideces, como las molestias provocadas por mascotas, y la tele se encuentra en primera fila en materia de estupideces: “El referí del Matrimonio” las colecciona y demuestra como pelear sin llegar nunca a los cimientos de la monogamia institucionalizada que, hoy, nos dicen, se encontraría en decadencia.
“Todos los días hacen algo esos animales”, se queja Natalia, revelando que una vez, cuando fue a regar, se encontró con la manguera perforada en varias partes por los colmillos de los incorregibles animalitos. ¿Y un paseador? “Esos perros no se cansan nunca”, suspira Natalia.
Fernanda Iglesias y Pachu Peña son panelistas, y se les suma un invitado. Ese día era Pampita, que votó por Juan José porque simpatiza con los perros. En cambio, Fernanda los odia y vota por Natalia. El conflicto acabaría rápidamente si Gabriel Corrado siguiera el ejemplo de El Almirante, su villano de la noche, que mataría con facilidad a esos malditos perros que rompen parejas y mangueras.
De los perros al humo
“Hace cinco años que no lo beso”, desafía Roxana refiriéndose a José Luis, su marido fumador, con quien se casó joven, luego de conocerlo en una confitería bailable de Moreno, donde resultó muy impresionada por su remera amarilla. Ahora, no aguanta el olor a tabaco que impregna el mismo cuerpo que alguna vez la encandiló cuando se enfundaba en una remera amarilla.
José Luis sale al patio a fumar, pero no se aleja lo suficiente de la ventana, para ver la tele, y el humo entra a la casa arruinando la vida de Roxana. En algún momento, alguien le pregunta a José Luis si se baña. En todo el tiempo, el cigarrillo es concebido como molestia, y sólo un par de veces se menciona la salud, pero jamás se habla del cáncer de pulmón.
Gabriel Corrado arregla las cosas solicitando un cara a cara, diciendo “bajemos los decibeles, mírense a los ojos”, y pidiendo música de fondo. Seguramente los perros no cambiarán, ya que no van a la televisión, y seguirán molestando. Los matrimonios continuarán riñendo, pero el ambiente es risueño y los enojos se atenúan con bromas: todos saben que se trata de un show.
Un reality terapéutico
Cada vez resulta más difícil clasificar los géneros de la tele. En un afán de precisión, “El referí del Matrimonio” ha sido definido con rebuscamiento como “un reality terapéutico, con toques de talk show”. Es un formato inventado por Jerry Seinfeld, en la primera experiencia televisiva que siguió años después a su popular serie, y la idea surgió luego de una discusión con su esposa que fue arbitrada por un amigo. Las parejas tienen el impulso irresistible de atrapar como testigo a un tercero, que debe escuchar aquello que la pareja no se dice de frente, es decir, se le adjudica el papel de estimado oyente.En la versión argentina se ha omitido el factor más divertido: en el original el panel discute con libertad a solas, sin la presencia de la pareja, que reaparece para escuchar el veredicto. Se comenta que el propio Seinfeld bendijo a Gabriel Corrado, luego de una selección en el cual participaron Ronnie Arias, Beto Casella, Roberto Petinatto y Leo Montero, y que dejó algunos despechados.
Gabriel Corrado se hizo famoso como galán en tiras de Andrea del Boca, se instaló en España, adonde fue presentador, volvió para interpretar su primer villano y conducir este nuevo ciclo. Su estampa no se ha modificado desde “Perla Negra”: es una suerte de George Clooney en versión Telefé.