Despide a su líder más popular

Brasil recibe mañana a su primera presidenta

Eduardo Davis - EFE

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Dilma Rousseff recibirá mañana la banda presidencial de Luiz Inácio Lula da Silva en un acto que marcará la llegada al poder de la primera jefa de Estado de Brasil y también la despedida del líder más carismático y popular que ha tenido el país.

A la ceremonia asistirán los jefes de Estado de Bolivia, Colombia, Chile, El Salvador, Guatemala, Guinea Bissau, Uruguay, Paraguay, Perú, República de Guinea, Surinam y Venezuela, así como el príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, y la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton.

También estarán los primeros ministros de Portugal, José Sócrates, de Corea del Sur, Lee Myung Bak, y de Bulgaria, Boiko Borisov, cuya presencia tendrá un simbolismo especial para Rousseff, pues su padre, ya fallecido, llegó a Brasil desde ese país hace 75 años.

Asimismo asistirá el presidente de Palestina, Mahmud Abas, en agradecimiento a la reciente decisión de Brasil de reconocer al Estado palestino según las fronteras de 1967, que ha sido respaldada por otros países de América Latina y generó críticas en Israel, que en la investidura será representado por personal diplomático.

En la lista de invitados especiales figuran también once mujeres que, entre 1970 y 1972, compartieron una celda con Rousseff mientras estuvo presa por sus vínculos con grupos alzados en armas contra la dictadura que gobernaba entonces Brasil.

Los actos comenzarán a las 14.30 hora local (16.30 GMT), cuando Rousseff llegará a la Catedral de Brasilia, situada en el inicio de la Explanada de los Ministerios, una amplia avenida en la que están todos los edificios del poder público y en cuyo extremo opuesto están la sede del Congreso y el Palacio presidencial de Planalto.

Frente a la Catedral, y si la lluvia que se pronostica para esa hora lo permite, pues de otro modo sería usado un vehículo cerrado, Rousseff iniciará un recorrido por la avenida en un Rolls Royce “Silver Wraith” sin capota, que dejó de fabricarse en 1958 y fue donado a Brasil por la reina Isabel II de Inglaterra en 1953.

En homenaje a la primera mujer elegida para gobernar el país, el automóvil será escoltado por integrantes del cuerpo femenino de la Policía Federal, que se encargarán de mantener a raya a la multitud que se espera para los actos, que se calcula en torno a unas 20.000 personas, muchas de las cuales ya están acampadas en la Explanada.

El recorrido concluirá frente al Congreso, donde Rousseff prestará juramento ante el pleno bicameral y las delegaciones extranjeras, y pronunciará su primer discurso como jefa de Estado.

Se dirigirá luego al palacio presidencial, frente al Parlamento, donde será esperada por Lula en lo alto de una rampa que conduce al interior de la sede del gobierno.

Rousseff subirá por la rampa y Lula entonces le hará una entrega simbólica del Palacio, para luego bajar por la misma pasarela y despedirse definitivamente del cargo que ha ocupado desde el 1 de enero de 2003 y que deja con una extraordinaria popularidad del 87%.

Como mandan las tradiciones no escritas de la política brasileña, Lula se trasladará directamente hacia el aeropuerto y abandonará Brasilia rumbo a Sao Bernardo do Campo, un suburbio obrero de Sao Paulo donde tiene su residencia privada y en el que hace cuatro décadas se convirtió en el líder sindical más importante del país.

Antes de llegar a Sao Bernardo do Campo, donde será recibido con una gran fiesta popular, Lula hará una escala en el hospital Sirio Libanés de Sao Paulo, donde visitará a su vicepresidente José Alencar, internado por causa de un agresivo cáncer y que no podrá estar en la investidura de Rousseff por decisión médica.

Por la noche, concluidos los actos oficiales en la sede del gobierno, Rousseff ofrecerá una recepción para las delegaciones extranjeras y cientos de invitados en el Palacio de Itamaraty, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Un “imposible”

El presidente de Brasil, Luiz Lula da Silva, afirmó hoy que su última obra que venció lo “imposible” fue la victoria electoral de su sucesora, Dilma Rousseff, quien -predijo- hará un “excelente gobierno”.

“La última obra de lo imposible fue elegir a una mujer presidente de Brasil. Es todo lo que necesitamos. Estamos terminando el año y entregando a la compañera Dilma un momento muy bueno para la historia de Brasil. La compañera Dilma hará un extraordinario gobierno”, dijo Lula, según reprodujo Ansa.