Biblioteca Pablo A. Pizzurno
Biblioteca Pablo A. Pizzurno
Nuevos horizontes de una biblioteca popular
De la redacción de El Litoral
Ubicada en Bv. Gálvez 950, la Biblioteca Popular Pablo Antonio Pizzurno realizó un balance de la labor realizada en 2010. Desde su creación, la biblioteca funcionaba en las dependencias de la Casa del Maestro y recientemente fue trasladada a la planta baja de Amsafe La Capital lo que le permitió “reencontrarse con el viejo sueño de funcionar al frente de la institución con ingreso directo desde la calle”, según consignó su comisión directiva. Esta nueva ubicación, además de responder a un requisito exigido por la Conabip (Comisión Nacional de Bibliotecas Populares), facilita el acceso a todo público y, de esta manera, facilita a “desarrollar mejor su misión de ser popular”, expresaron.
La biblioteca popular tiene una función esencial, que es la de contribuir a la construcción de ciudadanía; dado que es la única institución que acompaña al ciudadano por el tiempo de vida que desee; de ahí su importancia. En esta nueva etapa, la biblioteca desarrolló variadas actividades. Entre otras, organizó el material bibliográfico en el nuevo sitio, previa selección para asignarle otra disposición, con criterio de funcionalidad, según sus dimensiones y acondicionando el lugar para los multimedios. También formó la Comisión Directiva de la Biblioteca a fines del mes de junio, que de inmediato se abocó a la elaboración del estatuto con la formulación de objetivos que respondieron al nuevo desafío planteado. Así decidió realizar gestiones para la obtención de la personería jurídica que fue otorgada por Fiscalía de Estado con el Nº 0836. También organizó el servicio de la “valija viajera”, actualmente disponible para la escuela que lo solicite.
Apoyo
Entre sus acciones más destacadas, en 2010 la citada Biblioteca comenzó a brindar apoyo escolar a niños y adolescentes en situación de calle, provenientes de El Refugio Hogar de Tránsito, tarea que se desarrolló hasta la finalización del año lectivo, sin interrupciones, tanto en la sede de la Biblioteca y como en El Refugio.
Desde la comisión directiva de la biblioteca, destacaron “la articulación de esfuerzos con instituciones educativas para lograr que estos niños se inserten nuevamente en el sistema formal de educación, por las implicancias negativas que acarrea el “estar fuera de’”.
En este sentido, destacó “la incorporación de colaboradores -en su mayoría docentes jubiladas, informaron- que llevaron adelante junto con la comisión, un proyecto pedagógico creativo que resultó un verdadero desafío. Los adolescentes y niños en condiciones de extrema vulnerabilidad social requerían mucho más que un mero apoyo escolar, las historias escolares teñidas de fracaso que cada uno revelaba demandó la aplicación de enfoques de enseñanza diferentes con el seguimiento minucioso de los distintos procesos de aprendizaje”. En especial, la entidad hizo hincapié en “la construcción de un vínculo afectivo en que el reconocimiento del otro se plasmara en actitudes concretas de valoración del esfuerzo, la creatividad”.