Un clásico de nuestro tiempo

Ian McEwan, autor de “Expiación”.
Foto: Archivo El Litoral
Un clásico de nuestro tiempo

Ian McEwan, autor de “Expiación”.
Foto: Archivo El Litoral
Fabricio Welschen
En septiembre de este año se cumple una década de la publicación de un libro que, con el transcurso de los años, se va perfilando como un pequeño clásico de la literatura universal de principios del siglo XXI. La referencia es a la novela del escritor inglés Ian McEwan, Expiación (Atonement en inglés), quien con la publicación de ésta en 2001 ha consolidado su trayectoria como novelista, iniciada en la década de los setenta del siglo pasado.
En comparación con las obras anteriores del autor se puede apreciar que Expiación presenta una puesta de manifiesto mucho más compleja en lo temático y en lo estructural; es considerada, y en esto no cabe duda alguna, la obra más sobresaliente de McEwan.
En Expiación nos encontramos ante una obra cuyo tema central no es otro que el de la literatura misma y en donde se ahonda exhaustivamente en este mismo tema. El argumento de la historia que presenta la novela no deja de ser atractivo e interesante: una muchacha de 13 años, escritora compulsiva, descubre, durante un proceso cognitivo interior, una nueva faceta de la escritura (más madura y realista en comparación con sus anteriores producciones), e impulsada por esta nueva perspectiva literaria y su afán imaginativo da una falsa acusación que desbarata y arruina la vida de una joven pareja de enamorados. Años después, quien fuera la muchacha escribe, para reparar en cierta forma los daños fatales que ha causado, una novela en donde manipula hechos de ficción de forma tal que la falta cometida en la juventud no dañe la unión entre los dos enamorados. Pero más allá del argumento es el tema de la literatura el que se encuentra siempre presente a lo largo de la novela y que subyace constantemente en el argumento.
La novela contiene como epígrafe un fragmento de una de las obras menos logradas de Jane Austen, La Abadía de Northanger, con lo cual evidentemente se está haciendo un paralelismo entre el personaje de Austen, Catherine Morland, quien es una ferviente pero a su vez muy impresionable lectora de Ann Radcliffe, lo cual le hace especular en la vida real con intrigas y misterios, y el personaje Briony Tallis, la protagonista de la historia, la escritora y la manifestación de las inquietudes del orden literario en la novela; de la misma manera, el epígrafe puede ser un paralelismo entre las dos novelas que tienen el factor común del tema subyacente de la literatura.
Ya sea en cada divagación mental de Briony Tallis (sobre todo en la excelsa primera parte, que no por nada ocupa poco más de la mitad de la obra), en las numerosas referencias, la mayoría pertenecientes a la literatura inglesa (Austen, Fielding, Lawrence, Richardson, Woolf, etc.) o en la metaficcional vuelta de tuerca con la que finaliza Expiación, en donde se desvela el artificio de la novela dentro de una novela, la literatura siempre ocupa un lugar primordial. El amor ante las adversidades, la diferencia de clases sociales, la pérdida de la inocencia al adentrarse en el mundo adulto, el sexo, el delito, la fatalidad, la culpa, la guerra no son más que temas secundarios frente al complejo mecanismo, con la literatura como tema recurrente.
Expiación pone sobre el tapete temas y preocupaciones pilares de la literatura mediante un argumento intrincado y de tintes fatalistas (rasgos característicos del autor); Briony Tallis comete un delito motivada inicialmente por una convulsión interior que le hace ver una nueva forma de escribir literatura (el día que comete el delito es el mismo en el que decide ser novelista), años más tarde se arrepiente de los estragos causados por su falta y decide enmendar su culpa al crear un mundo paralelo de ficción en el que la pareja perjudicada no sufre daños irreparables y puede continuar con sus vidas felices (la expiación a la que alude el título de la obra). Aquí se puede apreciar la habitual problemática literaria de la tensión existente entre realidad y ficción que se plantea en otras grandes novelas. El final feliz de la pareja de enamorados sólo ocurre en la ficción; los hechos reales son más crudos, pero la cuestión no pasa por lo que es verdadero y lo que es ficticio, sino por el hecho de que Briony Tallis puede enmendar su falta solamente en aquel mundo de ficción en donde ella es (como se define a sí misma) Dios. El delito que ha sido “provocado” por la literatura es reparado recurriendo a la literatura. El tema de la metaficción que se manifiesta en la parte final plantea la existencia de dos grados distintos de ficción en un mismo espacio, es decir, una novela dentro de una novela, con lo cual puede verse que este pequeño clásico contemporáneo abarca el tema de la literatura y las cuestiones que divergen de ella, inscribiéndose de esta forma en la línea que siglos atrás trazó el Quijote al inaugurar la novela moderna.
Una novela que, con un argumento intrincado pero atractivo, una estructura cuidadosamente delineada y que hace una utilización exquisita de las detalladas descripciones tanto psicológicas como de los entornos que marcan el ritmo de la lectura, abarca a la literatura misma y ahonda en ella mediante la utilización de artificios y de los planteamientos anteriormente citados en una obra digna de la favorable acogida que ha recibido por parte de la crítica y de los lectores de distintos países.
¿Se sabe concretamente por qué tipo de protocolos atraviesa la obra en el proceso que la encamina a convertirse en un clásico de la literatura universal? ¿Cuántos años tienen que transcurrir como mínimo para ser considerada como tal? Más allá de los interrogantes se sabe que la obra en cuestión, Expiación, es una novela que ha sido aclamada por la crítica desde el momento de su publicación, que ha tenido una positiva recepción por parte de los lectores, que los factores temáticos y estructurales que presenta (y en donde se puede contemplar una muy digna reminiscencia de toda la literatura inglesa del siglo XIX y principios del XX) están cuidadosamente elaborados. Una obra literaria que se focaliza, precisamente, en la literatura, un tema tan espinoso a la hora de abordar como fructífero cuando se obtienen buenos resultados como es en el caso presente.
Ante este panorama no parece precipitado e infundado afirmar que nos encontramos ante un pequeño clásico de nuestro siglo.